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Aprendizaje por proyectos en el Colegio Hélicon

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¡Qué rollo, mañana no hay cole!

El patio del Colegio Hélicon está tranquilo. Además de ser un día lluvioso, son ya las cuatro de la tarde, y ya no es hora de recreos. Álvaro Pérez, su director, nos guía hasta una estructura de plástico. Su apariencia es la de un invernadero. A pesar de estar cubierto, la lluvia se ha colado en este semillero donde un grupo de chavales de entre seis y ocho años festejan que han nacido los primeros tallos de las habas que sembraron apenas un par de semanas antes. Sergio, de ocho años, nos cuenta que ya plantaron las semillas y que incluso él trajo unas de tomates que le dio su abuelo: «Mi abuelo tiene un huerto en el pueblo y dice que él lo hace igual».

Álvaro nos cuenta que lo de menos es que han aprendiendo que en este «túnel» de plástico germinan las semillas, y que cuando nazcan las plantas las llevaremos al huerto del cole, donde crecerán. Lo más importante que han aprendido es la responsabilidad de cultivar su propio alimento. Esto les proporciona ilusión y aprendizaje. Forma parte también de nuestro objetivo: entusiasmar a los niños. Además, fomenta en ellos la alimentación sana y equilibrada, el trabajo en equipo y valores como el respeto y el cuidado de la naturaleza y el entorno.

Sergio y sus compañeros son alumnos de Primaria. Esta es la etapa que más desarrollado tiene este proyecto: pintura de juegos en el patio, juegos de estrategia, técnicas de supervivencia, proyecto solidario (Somos valientes), coreografías de bailes, robótica, audiovisuales (Behind the Camera), comunicación —los alumnos son los propios reporteros del proyecto—, producciones musicales, radio, conciertos…

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La conversación con los chicos se produce en jueves. No es casualidad. Los jueves —los miércoles en Secundaria— el cole se trasforma. El director del Hélicon nos habla de sus habitaciones: «Yo soy mentor de dos, una en cada etapa. En Secundaria es el segundo año, pero es impresionante lo que los chicos están haciendo. Los proyectos emprendidos en esta actividad obligan a nuestros alumnos a poner en práctica los conocimientos curriculares. En estos proyectos se trabajarán actitudes y destrezas tanto de Matemáticas como de Lengua, que se evalúan en la nota de dichas asignaturas. Esto está enganchando a los alumnos. Y a los padres. Nos cuentan los padres que sus hijos ahora nunca quieren faltar, que están entusiasmados con el proyecto. Me comentaba una madre que uno de nuestros alumnos, al salir del cole un día antes de festivo, le dijo a su madre: “Qué rollo, mañana no hay cole”».

En Secundaria están trabajando proyectos como MathArte (Arte y Matemáticas), Teatro Social, Botanyc 2.0, Ecomuro, Terraformadores, ¡Que jueguen otros!, ExpresARTE, Escape Classroom…

Para el desarrollo de este proyecto, en el Hélicon tuvieron claro que había que salir del aula. Álvaro Pérez nos habla de la relación entre la pedagogía y el espacio físico en la escuela, y sobre cómo el diseño de los espacios de aprendizaje debe apoyar los principios pedagógicos y las metodologías educativas, y a la postre, el propio proyecto educativo del centro: «Nuestra hoja de ruta», apunta Álvaro. «Sacamos a los alumnos de sus aulas y les ofrecemos otros espacios de aprendizaje, incluso a veces son ellos quienes buscan estos espacios singulares. Los días de Vida de Centro, como hoy, te puedes encontrar a alumnos por todos los rincones del colegio».

«Todo este proyecto —nos dice Álvaro— se llama Vida de Centro», un nombre no alejado del lema del que en Hélicon se sienten orgullosos: Educar para la Vida. Álvaro nos cuenta que este proyecto no es algo anecdótico o temporal: «Vida de Centro es un área de diseño propio que permite a los alumnos de Primaria y primeros cursos de Secundaria realizar tareas y actividades en función de sus intereses. A comienzos de curso les presentamos a los chicos las distintas casas y dentro de estas, las habitaciones. Ellos son quienes deciden incorporarse a unas u otras. El proyecto, aprobado por la Comunidad de Madrid, impulsa nuevos espacios de aprendizaje en el horario curricular regidos con criterios de evaluación y estándares de aprendizaje en torno a cuatro casas: La Casa de las Artes, donde desarrollan las habilidades creativas; La Casa de las Ciencias, que potencia el interés por el mundo científico; La Casa de la Comunicación, que fomenta las inquietudes de comunicar y difundir lo que ocurre en nuestro entorno y La Casa Social, desde la que se promueven iniciativas para ayudar a los demás, fomentar una vida sana y la gestión de su ocio y tiempo libre. Cada casa y cada habitación cuenta con un mentor que despierta las inquietudes y curiosidades de los alumnos, desarrolla su creatividad, el espíritu emprendedor y les coloca como protagonistas activos de su aprendizaje».

 «Llevamos años diseñando este proyecto», continúa Álvaro. «Responde a nuestro perfil de alumnos: chavales que confían en sí mismos, creativos y curiosos, capaces de comunicarse correctamente en distintas lenguas —gracias a nuestro proyecto bicultural—, de trabajar la tolerancia a la frustración, y que participan en su cole de forma activa. Además, en él están involucrados buena parte de los docentes de nuestro centro. Dedican muchas horas a preparar las actividades de las casas y las habitaciones». Y eso se nota. Como también se nota la mucha vida que hay en este cole.

Para más información no dudes en visitar sus instalaciones en la calle María Curie, 19; o ponerte en contacto en el teléfono 918 752 232 o en su página web www.colegiohelicon.org.

Texto_Jesús Espinosa