La Ordenanza de Convivencia Ciudadana y la Ley de protección de animales domésticos establecen que quien adquiera un perro o un gato tiene que inscribirlo en el censo del Ayuntamiento de la localidad de residencia del titular en un plazo máximo de tres meses desde su nacimiento o de un mes desde la compra y deben contratar un seguro de responsabilidad civil que cubra la indemnización por los posibles daños que pueda ocasionar su mascota en bienes o personas.
De estas y otras obligaciones de carácter administrativo que van más allá de la identificación con el chip y la vacunación del animal, como son notificar el fallecimiento, desaparición o traspaso de la titularidad de la mascota, tanto en el registro local como en el regional, informarán agentes de Policía Local a los propietarios en lugares públicos con mayor presencia de animales de compañía.
Además de las responsabilidades administrativas, hay otras que están recogidas en la Ordenanza de Convivencia Ciudadana: los perros deben ir acompañados y conducidos mediante correa y collar y los potencialmente peligrosos, con bozal y cadena no extensible de menos de dos metros; quienes paseen a los canes deberán procurar que depositen las deyecciones en lugares autorizados para ello y, si no pueden evitarlo, tienen la obligación de echarlas en los contenedores de residuos sólidos urbanos o papeleras, debidamente introducidas en bolsas de plástico cerradas. La multa por no hacerlo puede llegar a los 600 euros e incluso a los 3.000 en caso de reincidencia.
Actualmente Valdemoro tiene censados 5.503 animales domésticos, de los que 5.437 son perros y el resto, gatos, y existen 23 areneros -el último, de más de 600 m2 situado junto al cementerio parroquial- y áreas de esparcimiento para perros, tras la incorporación de la del nuevo parque del Cerro del Castillo cuya superficie es de 2.000 m2 y cuenta incluso con un circuito de agility para adiestramiento y un lavadero para facilitar la tarea del baño.
El gasto anual que el Ayuntamiento destina al mantenimiento de estas áreas de recreo y a los 68 dispensadores de bolsas de retirada de excrementos supera los 212.000 euros. Solo la reposición de bolsas cuesta 40.000 euros anuales, a los que se suman 5.500 euros más en sustitución de la tierra, desinfección, tratamiento y desodorización de las zonas de recreo y las habilitadas para que hagan sus necesidades.
Fuente: Ayuntamiento de Valdemoro
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