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‘El Goya de Valdemoro’: claro exponente del patrimonio artístico

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Vista aérea de la iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Asunción. 2014. Paisajes Españoles Archivo Municipal de Valdemoro
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En la iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Asunción, el principal templo del municipio, se encuentra uno de los tesoros del patrimonio de Valdemoro. Se trata del magnífico lienzo La aparición de la Virgen a San Julián obispo de Cuenca, obra del pintor Francisco de Goya. El cuadro está ubicado en el sitio para el que fue concebido originariamente, formando parte del retablo del altar mayor, junto a la Asunción de la Virgen de Francisco Bayeu y El martirio de San Pedro Mártir, de Ramón Bayeu.

Aunque ya el catedrático de Historia del Arte Elías Tormo le había atribuido la autoría a Goya fue Xavier de Salas quien publicó un minucioso artículo en el que despejaba cualquier duda sobre la autoridad del genio aragonés, opinión que fue recogida
unánimemente por la crítica especializada.

Retablo de la capilla mayor. 1997
Archivo Municipal de Valdemoro

El encargo de la obra partió directamente de don Pedro López de Lerena, natural de Valdemoro y gran benefactor de la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción. Mecenas de la restauración de la capilla mayor, de la que se convirtió en su patrono, y de la techumbre y veletas, Lerena, secretario de Hacienda y administrador de la Real Fábrica de Tapices, fue el responsable del nombramiento de Goya y Ramón Bayeu como pintores del rey. Seguramente fuera ese el motivo por el que encargó el principal retablo de la iglesia de su pueblo a Francisco Bayeu y este, a su vez, contara con su hermano Ramón y su cuñado para ejecutar las obras laterales. Goya debió trabajar para la parroquia valdemoreña entre el mes de junio de 1786 y el mes de junio de 1787.

La aparición de la Virgen a San Julián, obispo de Cuenca antes de la restauración.
Archivo Municipal de Valdemoro

El cuadro, uno de los primeros pintados por el de Fuendetodos durante el reinado de Carlos IV, representa el acontecimiento, tal y como lo describe el padre jesuita Pedro de Rivadeneira en su Flos Sanctorum (1623), en que la Virgen, coronada de rosas, se aparece para entregar la palma a San Julián, a cuyos pies puede verse uno de los canastos que fabricados por el santo obispo de Cuenca, ciudad en la que empezó Lerena su andadura política, servían con el importe de su venta para su sustento.

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La aparición de la Virgen a San Julián, obispo de Cuenca después de la restauración.
Archivo Municipal de Valdemoro

Ese es el momento puesto en escena por Goya: en la oscuridad de la noche ha aparecido de pronto la Virgen, interrumpiendo la labor de Julián, que deja su cesta a medio hacer para arrodillarse con asombro ante la joven María. La Virgen va vestida con una simple túnica de tonos malvas y se cubre con un holgado manto azul. La solemnidad de su apariencia se aligera solo a la altura de su cabeza, coronada por rosas, que realzan la juventud de su rostro. El obispo va elegantemente ataviado con una capa pluvial ricamente decorada en dorado. Destaca el blanco de la túnica que contrasta con el fondo oscuro.

Detalle de la corona de flores de la Virgen.
Archivo Municipal de Valdemoro

Para situar ambas figuras en un formato tan estrecho, Goya colocó a la Virgen y al santo con sus atributos en un esquema compositivo escalonado. Se inicia así la lectura del cuadro en la cesta de mimbre de la esquina inferior izquierda, seguida por el propio
San Julián, cuya figura lleva la mirada del espectador directamente hacia María, de pie y sobre una nube, hasta culminar la lectura de la composición en su luminosa cabeza.

Detalle del canasto de mimbre de San Julián.
Archivo Municipal de Valdemoro

Llama la atención la versatilidad técnica de Goya y el contraste que se produce en distintos fragmentos de la pintura: el tratamiento impresionista de la corona de flores de la Virgen o la capa pluvial del Santo contrasta con el detallismo y realismo de la cesta
de mimbre o el rostro de San Julián.

Detalle de la ornamentación de la capa pluvial del obispo.
Archivo Municipal de Valdemoro

Esta obra tan carismática para el patrimonio artístico de Valdemoro ha podido ser contemplada fuera del entorno local en varias ocasiones. En 1988 se celebró el bicentenario de la muerte de Carlos III y con ese motivo se organizó una exposición en el Centro Cultural Conde Duque de Madrid: «Los pintores de la Ilustración». Esa fue la primera oportunidad de ver el cuadro fuera del espacio para el que fue proyectado. Gracias a ello y a la financiación del Ayuntamiento de Madrid La aparición de la Virgen a San Julián y El martirio de San Pedro Mártir, gravemente dañadas y con serios problemas de conservación, fueron restauradas. Cuando regresaron a Valdemoro todos los ciudadanos interesados pudieron observarlas desde muy cerca en la sala de exposiciones del antiguo Centro Socio-Cultural (actual Centro Cultural Juan Prado). Esta muestra, organizada por la parroquia Nuestra Señora de la Asunción y el Ayuntamiento de Valdemoro fue acompañada con una conferencia-coloquio ofrecida para explicar el proceso de recuperación.

La aparición de la Virgen a San Julián, expuesta en el Centro cultural Juan Prado después de la restauración. 1988
Archivo Municipal de Valdemoro

A partir de entonces han sido varios los lugares expositivos en los que se ha podido disfrutar del bello lienzo de Goya pintado para el templo valdemoreño. En 1989 viajó hasta Venecia para formar parte de una muestra antológica: «Goya (1746-1828)», celebrada en la Galleria Internazionale d’Arte Moderna de Ca’Pesaro. En 2001 fue una de las 118 obras de la exposición «Goya, la imagen de la mujer», en el Museo del Prado y, por último, fue expuesta en el Museo de Zaragoza en 2008, formando parte de la
muestra «Goya e Italia».

Actualmente, es posible admirarlo en el mismo lugar que Goya y el primer conde de Lerena, donante del conjunto pictórico, idearon para enriquecer el patrimonio histórico-artístico valdemoreño: el retablo de la capilla mayor de Nuestra Señora de la Asunción.

Contenido creado por Ayuntamiento de Valdemoro.

 

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