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El reciente retorno de los toros a Valdemoro marcó un hito en las festividades de mayo, que se celebran en honor al Santísimo Cristo de la Salud. Después de trece años de ausencia, la presencia de la tauromaquia ha revitalizado el espíritu de muchos vecinos, culminando en la emocionante Copa Chenel.

La devoción religiosa también tuvo un lugar destacado en las festividades, con conmovedoras procesiones en honor al Santísimo Cristo de la Salud. La Misa Mayor del domingo, solemnemente conmemorativa, fue un momento de unión para la comunidad, recordando y honrando sus tradiciones ancestrales.

La música, omnipresente en cada rincón de Valdemoro durante estas celebraciones, añadió una vibrante nota festiva. Desde bandas locales hasta conciertos de artistas reconocidos como las Nancys Rubias y Siloé, la diversidad de géneros y estilos ofreció entretenimiento para todos los gustos y edades.

Los días transcurrieron entre una amplia gama de actividades, desde eventos deportivos como el acuatlón infantil y torneos de tenis hasta el paseo motero y coches clásicos, pasacalles, espectáculos infantiles y talleres organizados por asociaciones locales. Sin embargo, las festividades se vieron interrumpidas por un repentino reventón húmedo el domingo por la noche, una tormenta violenta que causó estragos en la localidad.

La lluvia torrencial y los fuertes vientos obligaron a cancelar eventos y causaron daños significativos en el recinto ferial y otras áreas de Valdemoro. El Consistorio tuvo que comunicar a los vecinos a través de sus redes sociales que debido a las inclemencias meteorológicas se suspenderían todas las actuaciones previstas para la noche del domingo. El temporal llegó por una corriente de aire descendente vinculada con una precipitación brusca. El Tributo a Hombres G, el lunes 6 de mayo, que cerró las festividades con emotividad, dejó en los corazones de los asistentes el recuerdo de días llenos de alegría y la esperanza de nuevas celebraciones en el futuro sin la presencia de tormentas tan violentas.

José Manuel López de Benito