El Inter de Valdemoro jugó ante el Getafe en el Coliseum y reunió a 7 000 vecinos en una noche histórica
Lo del pasado 28 de octubre fue algo más que un partido. Fue una historia de las que hacen pueblo. Valdemoro volvió a la Copa del Rey después de 39 años de la mano del Inter Valdemoro y lo hizo frente a todo un Getafe C. F., en el Coliseum Alfonso Pérez, con 7 000 aficionados en la grada animando como si fuera una final. El resultado (0-11) no pesó tanto como la emoción de ver al equipo del barrio en un campo de Primera.
El Inter nació en 1983, en un campo del antiguo Colegio de Guardias Jóvenes (ahora parque Duque de Ahumada) donde juraban bandera los polillas. Lo fundaron unos amigos desempleados que querían seguir jugando los domingos y poco a poco se fue convirtiendo en un club serio, con base, con cantera. Hoy son más de 300 jugadores los que visten su camiseta. Y no solo eso: detrás hay entrenadores, padres, madres y vecinos que hacen posible que el fútbol siga respirando en el municipio.
La clasificación para la Copa ya era un logro enorme. Y cuando el sorteo los emparejó con el Getafe, la alegría fue máxima, el pueblo se volcó y arropó al equipo hasta el último minuto del encuentro. En el estadio, el naranja del Inter se mezcló con el azul del Getafe, y por momentos daba igual la categoría: Valdemoro estaba allí, en un campo de Primera.
El partido fue un paseo para el Getafe, eso sí. Goles de Borja Mayoral, Juanmi, Javi Muñoz, Mario Martín, Neyou y Joselu, que se estrenaba en el torneo. Pero el Inter, dirigido por Álvaro Plata, peleó cada balón como si el resultado no importara. «Esto es un regalo. Estar aquí ya es ganar», dijo el técnico al terminar.
Hubo un momento muy entrañable: el abrazo de los hermanos Mayoral. Borja, con la camiseta azulona, y Kity, jugador del Inter, se encontraron al final, se abrazaron y se cambiaron las camisetas. Fue la imagen del partido.
«El vestuario está orgulloso. Dolido por el resultado, pero hay que tener en cuenta que esta no es nuestra realidad», admitía el técnico interista, Álvaro Plata, antes de recordar que cuando se hizo cargo del equipo su objetivo era ilusionar al pueblo. «Jamás me hubiera imaginado esto», sentenció.
Tras vivir una de las noches más mágicas de su historia, el Inter Valdemoro volverá a su día a día en Primera Autonómica y a tratar de meterse en la lucha por el ascenso. Todo ello sin olvidar que el dinero recaudado por el duelo copero frente al Getafe le permitirá afrontar el futuro inmediato con mayores dosis de ambición.
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