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Celebrando a Luis Planelles

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El plano urbano más antiguo que se conserva de Valdemoro data de 1867. Ahí encontramos la calle de las Monjas, que, en la actualidad, conserva el mismo trazado de 340 metros: la calle parte del cruce de la plaza de las Monjas con la calle Illescas y desemboca en la intersección de las calles Seseña, San Gregorio, Aguado y plaza Duque de Ahumada. En 1924, la calle de las Monjas pasó a llamarse calle de Luis Planelles, en honor al abogado y funcionario del estado que veraneaba en Valdemoro.

A partir de mediados del siglo XIX, una serie de familias pertenecientes al mundo de la cultura, la política y la aristocracia eligen veranear en Valdemoro: Luis Mariano de Larra y Wetoret, hijo del famoso escritor y periodista; Pedro Antonio de Alarcón; el dramaturgo, poeta y periodista Manuel Bretón de los Herreros; los Cánovas del Castillo; Estrella de Elola… En 1891, el médico y cronista Anastasio de la Calle —al que debemos en Valdemoro ese magnífico cartel pseudopalindrómico «Calle doctor La Calle»— intentaba explicar las razones de la afluencia de tantas celebridades en el verano: «… la situación de esta villa, su aire libre, sus buenos alimentos, urbanización y carácter del vecindario, así como sus aguas, hacen su estancia altamente recomendable».

Tenemos constancia, por la prensa de la época, de que Luis Planelles vino a veranear a Valdemoro en 1909. Así se señalaba en un apartado de noticias de sociedad del diario El Siglo Futuro en su edición de 7 de agosto de ese año: «Han salido […] para Valdemoro D. Emilio Cánovas del Castillo y familia, don Antonio Cánovas del Castillo y Vallejo y la suya y la de D. Luis Planelles». Seis años más tarde, en mayo de 1915, los Planelles compraron su propia casa estival en la calle de las Monjas. A su izquierda, tendrían como vecinos a los Larra (para entonces, la casa la ocupaban dos nietos de Mariano José de Larra, también escritores: Luis de Larra y Ossorio y Mariano de Larra y Ossorio. La nueva casa de los Planelles lindaba a la derecha con la actual cuesta de la Villa y la parte trasera daba a la calle Illescas.

Luis Planelles y Andrés nació en Valencia en 1845. A los 19 años, todavía sin haber acabado la carrera de Derecho, se incorporó a trabajar en la Administración Pública. En 1900, estaba casado y era «jefe de administración de segunda clase, oficial de la de los de Secretaría del Ministerio de Agricultura, Industria, Comercio y Obras públicas» Muy posiblemente, la razón principal para que el Ayuntamiento de Valdemoro le concediera el nombre de una calle un año después de su muerte está relacionada con el último apartado de su cargo: las obras públicas. En 1918, Luis Planelles contribuyó al arreglo del paseo de la Estación cediendo piedra de guijo de forma gratuita al municipio. Y, en 1919, estuvo relacionado con la decisión del Ministerio de Fomento para la construcción de un ramal que partía desde la carretera de Andalucía y terminaba en la calle Aguado. Luis Planelles murió en 1923.

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La calle Luis Planelles une dos de los edificios con más historia de Valdemoro: el convento de Santa Clara, o convento de la Encarnación, inaugurado en 1616, y la iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Asunción, de estilo barroco. De forma similar, la calle Luis Planelles recuerda la vinculación que la familia Planelles tiene con nuestra localidad.

El pasado 8 de junio, un buen número de descendientes de D. Luis Planelles y Andrés se reunieron para celebrar a la familia y a su antepasado. Fue un reencuentro muy divertido y emocionante, como no podía ser de otra manera. Se reunieron bisnietos, tataranietos, trasbisnietos y rebisnietos de Luis Planelles. Tuvieron la fortuna de contar con la asistencia de D. Ignacio Romeo Bans, con 90 años de edad (bisnieto), y con la de D. Álvaro Oliva Bragado (rebisnieto,) con apenas un año de edad. Desde Luis Planelles (1845) hasta Álvaro Oliva (2023), hay 178 años de historia. Algunos de los presentes no se veían desde hacía más de 50 años. Recordaron a sus mayores, charlaron, comieron, bailaron, rieron y hablaron de repetir un encuentro semejante en un futuro no muy lejano. Tal vez, pensaron, el próximo encuentro familiar debería ser en Valdemoro.

Agradecemos la información aportada por la archivera municipal María Jesús López Portero

Texto_Fernando Martín Pescador

Fotografía_Ncuadres

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