La mayor preocupación del propietario de una vivienda alquilada es que el inquilino deje de abonarle la renta. Se trata de algo de lo más habitual, que puede llegar a prolongarse durante unos cuantos meses. Ante eso, al dueño la única solución que le queda pasa por contratar los servicios de abogados en Madrid especializados en desahucios por impagos.
Lo aconsejable es que entre las dos partes se intente llegar a un acuerdo amistoso. Pero si después de un tiempo prudencial sigue sin cumplir con sus obligaciones la única solución pasa por recurrir a la vía judicial, tanto para recuperar el dinero que se debe como el uso del inmueble.
El proceso para echar a un arrendatario que no paga
El abogado te asesorará en todo este proceso que puede resultar un tanto complejo al principio. Él se encargará de realizar todas las gestiones para que recuperes lo que te pertenece. Lo primero que hará este profesional será enviar un burofax al inquilino, en donde a través de este documento se solicita el pago de la cantidad adeudada.
En el caso de que el moroso no haga caso al requerimiento del burofax perderá el derecho a acogerse a la enervación. Enervar el desahucio implica que tras la demanda de desahucio puede abonar el dinero que adeuda y seguir viviendo en la casa sin que el propietario pueda oponerse.
A partir de ahí, la demanda de desahucio por impago de la renta se presentará en el juzgado junto con una copia del contrato de alquiler. El siguiente paso llevará a comunicarle al arrendatario dicha solicitud, disponiendo de un plazo de diez días, en donde debe adoptar alguna de las siguientes acciones. La más habitual es que se oponga a la demanda para demorar lo máximo que pueda el posible lanzamiento, aunque también puede darse el caso de que no se oponga y el magistrado le dé la razón al denunciante a través del decreto de archivo.
Cuánto tiempo se tarda en desahuciar a un inquilino por impagos
A cualquier afectado por un impago le gustaría que este proceso no se alargara demasiado en el tiempo. Sin embargo, por lo general hay que esperar entre seis y ocho meses de media para echar al inquilino. Hay bastantes diferencias entre unas comunidades y otras. En cualquier caso, habrá que armarse de paciencia.
Es preciso que durante ese periodo mantengas la confianza en tu abogado y en los tribunales. Tomarse la justicia por su mano no nos acarreará nada bueno. Decisiones como cortar los suministros, cambiar la cerradura o amenazar a los residentes en el inmueble pueden volverse en nuestra contra. El propietario tiene que cumplir con sus obligaciones aunque no cobre las mensualidades del arrendamiento. Ten especial cuidado con todo aquello que tenga que ver con el mantenimiento de la vivienda. Ante la negativa a arreglar un electrodoméstico averiado, el inquilino tendría la opción de jugar esa baza para justificar el impago y de esa manera prolongar su situación. Y todo esto mientras el dueño no realiza ningún ingreso y puede acumular varios meses sin cobrar, además de asumir gastos típicos de la vivienda como luz, gas o comunidad.
Tampoco se te debe pasar por la cabeza la posibilidad de poner en venta el inmueble. Lo correcto es confiar más que nunca en la justicia, aunque tarden más de la cuenta en darnos la razón. Y para ello te conviene contar con un abogado especializado en desahucios por impagos de alquiler.
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