En las últimas décadas, la evolución de la educación ha facilitado enormemente el análisis de las metodologías de aprendizaje que resultan más eficaces para el alumnado. La neurociencia nos ha permitido descubrir los procesos del cerebro humano y nos ha mostrado cómo procesa, almacena y utiliza la información. La comprensión de estos mecanismos ha transformado significativamente la forma en la que enseñamos y ha abierto nuevas oportunidades para optimizar el aprendizaje y potenciar el desarrollo cognitivo de nuestros alumnos y alumnas. Esta nueva visión nos ha permitido ser conscientes de que nuestro cerebro necesita «emocionarse» para aprender, y por tanto, que cualquier aprendizaje ligado a las emociones será más productivo.
Numerosos estudios afirman que las experiencias emocionales influyen en la liberación de neurotransmisores, afectando la capacidad del cerebro para recordar y procesar información. Por eso un ambiente educativo en el que se fomenten emociones positivas potencia la retención de conocimientos y también la disposición de los alumnos y alumnas para aprender. Está demostrado que la novedad, la sorpresa, la curiosidad y la creatividad alimentan la emoción y facilitan un aprendizaje más duradero y de mejor calidad. Partiendo de estos nuevos conocimientos, surgen las metodologías de aprendizaje activo, que convierten al estudiante en protagonista de su propia formación.
Aprendizaje basado en problemas
Involucra a los alumnos y alumnas en la resolución de problemas del mundo real, proporcionando un contexto práctico para aplicar los conocimientos teóricos. Al enfrentarse a situaciones desafiantes, no solo adquieren conocimientos, sino que también desarrollan habilidades para la resolución de problemas, pensamiento crítico y herramientas para trabajar en equipo. Aspectos fundamentales para su desarrollo integral.
Aprendizaje cooperativo
Promueve la interacción entre compañeros y compañeras, permitiendo que cada estudiante desarrolle sus habilidades y perspectivas únicas, por un objetivo común. Este enfoque mejora las habilidades sociales y crea un sentido de responsabilidad compartida, lo que eleva la motivación intrínseca al sentirse parte de un proceso de aprendizaje colaborativo.
Aprendizaje basado en proyectos
La participación en proyectos proporciona una oportunidad práctica para aplicar y demostrar los conocimientos. Permite a los alumnos y alumnas abordar temas de interés personal, lo que, a su vez, aumenta la relevancia del contenido y su motivación. Además, permite que aprendan a tomar decisiones, gestionar el tiempo y asumir la responsabilidad de su propio aprendizaje, fortaleciendo su sentido de autoeficacia.
Aprendizaje servicio
Es un enfoque educativo que integra el servicio comunitario con la adquisición de conocimientos y habilidades. Los estudiantes participan en proyectos significativos que benefician a su comunidad y les proporcionan experiencias prácticas que enriquecen su aprendizaje y promueven la responsabilidad social. Esta metodología contribuye también al crecimiento personal y la conciencia cívica.
Gamificación
Esta metodología se basa en introducir elementos de juego en el aula. Es una estrategia muy eficaz para impulsar la motivación. La gamificación transforma el aprendizaje en una experiencia lúdica, incorporando retos, recompensas y desafíos.
En conjunto, estas metodologías activas transforman la dinámica del aula y generan un cambio significativo en la motivación de los alumnos y alumnas. Al generar experiencias de aprendizaje más interactivas, prácticas y funcionales se despierta un interés intrínseco que va más allá de la acumulación de conocimientos y la educación se convierte en un viaje estimulante y significativo.
Departamento Desarrollo Pedagógico Colegio Nobelis