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Entrevista con David Conde Rodríguez

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No se nos debe olvidar nunca que tenemos mucha suerte de vivir en una democracia. Es responsabilidad de cada uno de nosotros cuidarla y mejorarla. El pasado 28 de mayo, los ciudadanos de Valdemoro eligieron a David Conde, candidato del Partido Popular, como alcalde de nuestra localidad. Es uno de los nueve alcaldes que ha habido en Valdemoro desde las primeras elecciones democráticas en 1979. En los últimos 46 años, Valdemoro ha tenido un alcalde de UCD, dos del PSOE, dos de Ciudadanos y cuatro del PP. Anteriormente, hubo dos alcaldes que gobernaron durante varios mandatos, pero siempre sucesivos. David Conde es el primer alcalde democrático que ha gobernado durante dos mandatos separados en el tiempo: el primero fue breve, durante unos meses entre 2014 y 2015; el segundo comenzó en junio de 2023.

Para la entrevista, David nos recibe en su despacho. Es amable y cordial. Agradece con sinceridad nuestra presencia tanto como nosotros agradecemos su accesibilidad y buena disposición. Desde el primer momento, se siente cómodo y hace todo lo posible para que nosotros nos sintamos igual.

Háblanos de tu infancia, de tus orígenes.

Nací en Madrid y crecí en el barrio de Carabanchel, el barrio de mi infancia y de mi juventud. Concretamente, en la colonia Velázquez, que está al lado del conocido barrio de Pan Bendito. Ahí viví hasta que me mudé a Valdemoro. Atesoro con mucho cariño muchos recuerdos de esa época de mi vida. Supongo que una razón importante es que éramos más jóvenes (sonríe). Tengo dos hermanos, Luis y Javier, y yo soy el pequeño.

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¿Fuiste delegado de clase cuando estabas en la escuela?

Nunca. De pequeño era un chico bastante tímido. Tenía mis amigos, no tenía problemas para socializar, pero no era un líder del grupo. Era un chaval normal y feliz.

Tras acabar la secundaria, ¿fuiste a la universidad?

En COU, me quedaron las matemáticas. Los que somos de letras, conocemos bien este problema. Como solo me quedó una asignatura, aproveché para trabajar. Mientras estudiaba la carrera, también estuve trabajando. Al año siguiente, cuando aprobé esa asignatura pendiente, ya pasé la selectividad y fui a la universidad. Comencé Ciencias Políticas en la Complutense, porque ya me gustaba la política. Me gustaban mucho los planes de estudios, que incluían Sociología. Sin embargo, tras el primer año, por motivos prácticos, porque creí que iba a tener más salidas de cara al futuro, me cambié a Relaciones Laborales en la Universidad Carlos III. Más tarde, hice el grado de Recursos Humanos en la Universidad Francisco de Vitoria. Siempre me ha atraído el ámbito de los recursos humanos, el coaching y la prevención de riesgos laborales. En cuanto a formación, me he movido siempre alrededor de ese sector. Aunque, como sabes, en los últimos años, he trabajado mucho en el mundo de la política, algo de lo que estoy muy orgulloso. Hay quien dice que los políticos deberían venir del sector privado. Es verdad que la política puede enriquecerse mucho con esas aportaciones. Pero creo que los tenemos experiencia política también somos necesarios. En el caso del Ayuntamiento de Valdemoro, creo que mi experiencia en la vida pública y mis estudios relacionados con los recursos humanos van a ser beneficiosos para los vecinos.

Viendo hacia dónde se ha dirigido tu vida, ¿te arrepientes de haber abandonado la carrera de Ciencias Políticas?

Me alegro mucho de haber estudiado lo que acabé estudiando, pero sí que es verdad que he pensado mucho en la decisión que tomé en ese momento. Sin arrepentirme, siempre he pensado que me habría gustado terminar Ciencias Políticas. Creo que, si algo te gusta mucho, debes hacerlo. Porque luego no sabes por dónde te va a llevar la vida. Si mis hijos me piden consejo, porque evidentemente ellos serán libres y adultos para tomar las decisiones que quieran,  les diré que hagan lo que les guste. Les aconsejaré que procuren tener una formación en un ámbito en el que se sientan a gusto. Aunque el lado práctico está ahí y el dinero hay que ganarlo a fin de mes, sí que les diría que no tomaran una decisión como la que yo tomé.

¿En qué trabajaste mientras estudiabas?

Fue una larga lista de trabajos: estuve en Burger King; he trabajado de peón de albañil; he trabajado como guarda de seguridad, tanto en el Santiago Bernabéu como en el Vicente Calderón; trabajé como reponedor farmacéutico; he sido camarero. Cuando estaba en la universidad, incluso nos ganamos un dinero vendiendo botellas de sidra. Los días en que todos los estudiantes celebraban la Navidad y salían por Somosaguas, cogíamos un carrito, lo llenábamos de botellas de sidra y se las vendíamos a los estudiantes.

¿Cuándo decides dedicarte a la política?

Con 16 años, me fui a afiliar a mi sede del PP en Carabanchel. No me dejaron porque debía ser mayor de edad. Volví a los dos años con mi amigo Jorge Torres. A los dos nos inquietaba la política. Entendíamos que el Partido Popular era el que mejor nos representaba. No hay ningún partido político con el que estás cien por cien de acuerdo. Hay cosas de mi partido que yo no comparto. Evidentemente, siempre te sientes más a gusto en un marco político, pero es normal que haya cosas que no te gusten. De lo contrario los partidos políticos serían sectas. Y no lo son. A nosotros el marco político que más nos gustaba era el del Partido Popular. A partir de ahí, pasamos a colaborar en la sede como cualquier persona que decide afiliarse. Nos metimos en Nuevas Generaciones en aquel entonces, y hasta hoy. La verdad es que estoy muy contento y muy orgulloso de mi militancia política.

¿Cuándo viniste a vivir a Valdemoro?

Llegué a Valdemoro hace unos veinte años por la misma razón que muchos otros nuevos valdemoreños. La vivienda era mucho más barata que en Madrid. Vine a Valdemoro y me gustó. Si los precios de los pisos hubieran sido igual que en Madrid, lo normal es que me hubiera quedado en Madrid. Fue una de esas decisiones que luego, de forma inesperada, te cambian la vida. Al principio, yo seguía trabajando en Madrid y venía a dormir a Valdemoro, como puede pasarle a miles de vecinos de nuestra localidad.

De ahí el que las vías de comunicación y el transporte público que nos unen a Madrid sean tan importantes para Valdemoro.

Creo que en la Comunidad de Madrid tenemos una buena red de transporte público que, evidentemente, siempre es mejorable. No vamos a entrar en detalles con respecto a la línea C3. Para eso, sería mejor que entrevistarais a mi mujer, que es la que la coge todos los días para ir y venir a Madrid. Yo tengo la suerte de vivir y trabajar en Valdemoro. He usado el transporte público durante muchos años y soy consciente de lo que es no llegar a tiempo a una entrevista de trabajo, a la universidad o adonde hayas quedado ese día. Siempre puede haber un fallo o una avería, pero es verdad que debemos trabajar todos para mejorar la red de transporte público. Sin ser un experto en lo ferroviario, mejorar la frecuencia de la línea C3, en una línea tan colapsada como esta, que comparte vías con los trenes de mercancías que van al sur, requiere una gran inversión. Es una línea que requiere de una remodelación seria, como probablemente lo necesitan otras líneas de la Comunidad de Madrid. Hay que recordar que es algo que depende del Ministerio de Fomento. Como alcalde, he pedido cita al nuevo ministro de Transportes para explicarle nuestra solicitud de mejora. Pedí cita, también, al anterior, que no tuvo a bien el recibirme. En el ámbito de la Comunidad de Madrid, también hay que hacer todo lo posible para que las cosas funcionen y es posible que haya que reforzar algunas de las líneas interurbanas, ya que, con el tema de las gratuidades, hay más gente que las usa y eso colapsa las líneas hasta ahora existentes. Estamos trabajando en ese plan de movilidad para hablar con el Consejero de Transportes, pues nuestro deseo es que el transporte público facilite o, al menos, no dificulte la vida de los vecinos.

Valdemoro es un buen lugar para criar a tus hijos. Como muchas otras personas que llegaron a Valdemoro hace veinte años, vosotros habéis vivido esa experiencia.

Si me hubiera casado con mi mujer antes de venir aquí, seguramente habríamos elegido un lugar como Valdemoro para criar a nuestros hijos. En nuestro caso, fue un poco diferente. Mi mujer se ríe y se medio enfada cuando lo cuento, pero lo cierto es que el primero en llegar a Valdemoro fui yo. Luego vino mi perro Mou. A continuación llegó mi mujer y, luego, en este orden, vinieron Pepa, la perrita, David y Lucía, mis hijos, y las últimas incorporaciones han sido mi suegra, que pasa gran parte de su tiempo aquí, cosa que agradecemos porque nos ayuda a criar a los niños, y su perrita Bimba. Mi mujer y yo nos casamos hace diez años en los míticos salones Niza. Nuestros dos hijos nacieron ya en Valdemoro, valdemoreños cien por cien. Afortunadamente hay un hospital y los valdemoreños no tienen que ir a nacer a otra parte. Así pues, Valdemoro ha sido el paisaje emocional de los últimos años de nuestras vidas. Carabanchel no solo es fuente de grandes recuerdos de nuestra infancia y juventud. Mis padres y mi suegra, cuando no está aquí, siguen viviendo allí, con lo que el barrio sigue formando parte de nuestras vidas.

Valdemoro ha crecido mucho en los últimos años. Muchas parejas llegaron aquí hace veinte años y sus hijos tienen que coger el transporte público para ir a la universidad.

Seríamos ilusos si pensáramos que Valdemoro puede cubrir toda la oferta universitaria de los chavales de Valdemoro. Es verdad que, en su momento, se habló de abrir algún centro de una o dos especialidades muy concretas y estamos trabajando para que eso pueda suceder. Tenemos más capacidad para implantar más ramas de Formación Profesional (FP). Una universidad da prestigio a una ciudad, con lo que sería interesante que Valdemoro consiguiera tener una. Hay algunos alcaldes, sin embargo, que me han dicho, extraoficialmente, que no creen que una universidad interactúe con el municipio en el que está tanto como al municipio le gustaría y que no van a quejarse, pero que tampoco aporta tanto como cabría esperar. Sigo pensando que tener universidad en Valdemoro daría prestigio a nuestra localidad, con lo que trabajaré para que sea posible, pero creo que, sobre todo, debemos trabajar para que la FP y la FP dual estén bien implantadas en Valdemoro. En cualquiera de los casos, tampoco pasa nada porque un chaval joven tenga que salir de su localidad para ir a la universidad. No creo que sea un drama. Creo, además, que es parte de la vida. Claro que es más cómodo estudiar al lado de casa, pero salir nos obliga a aprender a tomar decisiones ante situaciones aparentemente más complejas. Si no es la universidad, tarde o temprano, será el trabajo o una circunstancia familiar la que nos obligue a desplazarnos.

Además de la educación de esa numerosa población joven valdemoreña, está el asunto del ocio.

Es cierto. Valdemoro tiene muchísima juventud y tiene también muchísimos niños que pronto serán adolescentes. Y es cierto que una administración pública debe apoyar todo tipo de iniciativa que se preocupe por el ocio de nuestros jóvenes. No es tan fácil, sin embargo, que esa administración sea la que protagonice esas iniciativas. Sinceramente, creo que en eso debemos implicarnos todos: las administraciones, pero, sobre todo, la sociedad civil. Porque el Ayuntamiento puede tener un buen centro juvenil que ofrezca actividades que atiendan las necesidades de ocio, pero nunca vas a poder llegar a todos los jóvenes. Es cierto que Valdemoro puede mejorar: tenemos un centro juvenil y ni siquiera puede dar cobertura a las horas en los que los chavales lo pueden usar. Soy consciente y hay que trabajar para mejorarlo. Pero con el volumen de chavales que hay, nos debemos implicar todos. Y estoy convencido de que la ciudad lo va a hacer. Las iniciativas calan más cuando se impulsan desde la sociedad civil que cuando las protagonizan las administraciones. Pero no voy a negar que debemos hacer nuestros deberes, que no se han hecho hasta la fecha: tenemos unos campos de fútbol que están en mal estado y tenemos algunas instalaciones deportivas que incluso están cerradas. Pero el que los chavales estén bien y el que elijan alternativas de ocio saludables depende de todos y de cómo se está trabajando en el ámbito educativo. Y no hablo solo de las enseñanzas regladas sino también del trabajo que se lleva a cabo en el ámbito familiar.

No sé si David Conde, con la familia, las mascotas y su nuevo cargo tiene tiempo para el ocio.

Leo bastante, pero sobre todo prensa. A lo mejor es deformación profesional, pero siempre me ha gustado leer la prensa. Repaso todos los periódicos, suelo meterme en artículos un poco más exhaustivos, me gustan los artículos de opinión… además, me gusta que sean de diversas ideologías, me gusta contrastar las noticias. Me gustan los musicales, aunque no voy todo lo que me gustaría. Me gusta ir de vez en cuando al teatro, al cine… me gusta ver alguna serie en televisión. No tengo ningún hobby especial, que se salga de lo normal. Además, si lo tuviera, en este momento de mi vida sería muy difícil dedicarle tiempo. Pero, como el trabajo que tengo es tan ilusionante y tan bonito no me puedo quejar. Sabía dónde me metía y quiero disfrutar de este privilegio de ser alcalde de Valdemoro, porque es una oportunidad que no va a pasar dos veces. Estoy seguro de que, profesionalmente, es lo más bonito que voy a hacer en toda mi vida. A pesar de las dificultades, así me lo tomo y, de momento, estoy muy contento.

Desafortunadamente, en nuestra historia reciente, Valdemoro fue noticia porque sus políticos estuvieron involucrados en tramas de corrupción muy serias. Al final, el alcalde es el máximo responsable de un ayuntamiento ¿Qué puede hacer un alcalde para evitar que haya corrupción durante su mandato?

Creo que la corrupción no depende de siglas, de partidos políticos, ni de ideologías. Depende de las personas. Ha habido personas que se han corrompido con siglas muy diferentes, de izquierdas y de derechas y, a pesar de que en Valdemoro, efectivamente, pasó algo muy grave y se puso un foco muy grande en nuestra ciudad, desgraciadamente ha sucedido en muchas instituciones de ámbito municipal y autonómico. Y ha pasado porque la corrupción va con la persona. Aquí no ha venido nadie a ofrecerme nada ilegal porque creo que a las personas también se las conoce y la gente sabe por dónde puedes ir con esas personas y por dónde no puedes ir. Y si aquí viniera alguien con algún tipo de insinuación ilegal, saldría por la puerta inmediatamente. Obviamente, un alcalde debe trabajar para que esa limpieza que predicas y pretendes se extienda por todo aquel sitio sobre el que tiene competencia. Hay una legislación muy clara que hay que aplicar, hay unos métodos que hay que tener en cuenta, siempre hay que estar vigilante, pero, sobre todo, debes dejar claro que ni tú, ni tu equipo de gobierno, ni tu ayuntamiento, por ahí, no pasan. En cualquier caso, hoy en día, los políticos municipales estamos expuestos cien por cien. No lo digo como crítica, yo ya sabía que eso era así. No tenemos ningún tipo de aforamiento, estamos expuestos a que cualquiera se querelle, nos denuncie, a estar imputado. Y todo eso tampoco es beneficioso para que todo sea más limpio. Mucha gente procura usar la justicia políticamente, cosa que no debería ocurrir. Otra cosa es que veas un comportamiento irregular y lo denuncies. Es nuestra obligación. El primero que lo haría soy yo. Pero darle la vuelta a la tortilla y usar lo que ha sucedido políticamente, para judicializarlo todo, eso no debería ocurrir. Para que una democracia funcione bien, la separación de poderes debe ser real y efectiva.

Conociendo tus virtudes y tus defectos, me gustaría que concluyeras esta entrevista mencionando la virtud que te va a ser más útil para ser un buen alcalde.

Creo que soy muy empático. Suelo tener facilidad para ponerme en la piel de los demás. Mi mujer también es de mi partido político y discuto muchas veces con ella porque, viendo el telediario, puedo defender posturas contrarias y criticar incluso las posturas de nuestro partido. Creo que eso lo traslado a todos los campos. Creo que, en política, es un ejercicio muy beneficioso: procurar ver cómo piensan no solamente los miembros de otros partidos políticos, sino los vecinos de Valdemoro, las distintas asociaciones o cualquier persona implicada en la vida del municipio, todo eso es muy importante. Siempre que hablo con alguien, procuro entender el mensaje desde su punto de vista. Creo que todo eso es muy positivo a la hora de ocupar el cargo que ahora ocupo.

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Siempre he deseado que el alcalde de mi localidad sea el mejor alcalde del mundo. Es la responsabilidad de todos los valdemoreños, de los empleados del Ayuntamiento, de los miembros de su equipo de gobierno y de los partidos en la oposición, ayudarle y recordarle que, durante los próximos cuatro años, debe intentar ser el mejor alcalde del mundo. Nosotros esperamos que esta entrevista le haya ayudado y le ayude en el futuro a ser la mejor versión de sí mismo.

Texto_Fernando Martín Pescador

Fotografía_Ncuadres

Escuchar Audio entrevista con David Conde Rodríguez:

https://mediateca.educa.madrid.org/audio/ltbwclygkqx1vnbr

 

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