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Entrevista con Juan Francisco Escudero

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Juan Francisco Escudero ha publicado cerca de una decena de libros dedicados al baloncesto nacional e internacional y es respetado por los periodistas deportivos de nuestro país. Hace dos años publicó su primera novela, El secreto de la mansión Flint, y el 18 noviembre de 2017, a las doce de la mañana, presenta, en la biblioteca Ana María Matute de Valdemoro, El tiempo en una palabra (Diez relatos basados en hechos irreales) , una colección de relatos cortos que seguro que sorprende. Aprovechamos esta entrevista para invitar a nuestros lectores a acudir a la presentación.

En nuestro cerebro dormitan capacidades insospechadas. Y si no, que se lo digan a Juan Escudero. Una estancia de algo más de dos años entre Inglaterra y Escocia fue suficiente para desarrollar todo su potencial creativo. Una vez concluido uno de los viajes más enriquecedores de su vida, regresa en 2002, para hacer de Valdemoro su nuevo hogar.

Su libro Drazen Petrovic: la leyenda del indomable se abría camino, casi por casualidad, hace poco más de una década. Para Juan Escudero, combinar dos de sus grandes pasiones, la literatura y el baloncesto, era un sueño cumplido. Once años más tarde, y con algunos títulos más, como Generación NBA o Históricos del baloncesto español, puede hablarnos abiertamente de lo que supone enfrentarse a una página en blanco, hacerla suya y admirar el resultado.

Michael Jordan decía: «Yo puedo aceptar un fallo. Cualquiera puede fallar. Pero no puedo aceptar el no intentarlo». Paso a paso, no concebiste otra manera de lograrlo. Decidiste no rendirte, y hoy seis libros sobre el baloncesto llevan tu nombre. ¿Por qué este deporte y no otro?

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Desde que tengo uso de razón, el baloncesto era parte de mi vida. No era el talento lo que me movía, sino la ilusión y la admiración que sentía por mis ídolos. Lo que comenzó como una tradición familiar, poco a poco, fue dando paso a una fidelidad única y sin precedentes. Pude contar todo aquello que había vivido tan de cerca apenas siendo un niño. Era un reencuentro con el pasado y no podía ser de otra manera. Drazen Petrovic era un referente para mí desde hacía décadas.

El género deportivo me ha brindado la posibilidad de entrar de lleno en el mundo del baloncesto: conocer a jugadores, entrenadores, presidentes y aficionados con un mismo objetivo. Para mí, el verdadero éxito es poder echar la vista atrás en cualquier momento y saber que me arriesgué, que, de alguna forma, hoy mi nombre está allí porque tuve el valor de escribir sobre aquello que estimo.

Siempre hay que saber cuándo una etapa llega a su fin. Cerrar un capítulo para poder dar paso a una nueva historia…

Así es. Cada uno de mis libros me ha educado, me ha enseñado y me ha abierto muchas puertas. Pero esa es precisamente la razón por la que es importante dejar en el pasado esos buenos momentos de la vida que ya han concluido. Cuando empecé, el público al que iban dirigidas las biografías deportivas era muy reducido. Poco a poco, el mercado va aumentando y la competencia es cada vez más voraz. Hoy en día, el mundo del baloncesto no es lo mismo que hace diez años y creo que ha sido el mejor momento para poner punto y final a esta temática.

Escribir un libro, sobre todo de ficción, es como desnudarse delante de una multitud de desconocidos. ¿Qué te lleva a adentrarte en uno de los géneros literarios más importantes de nuestro tiempo: la novela negra?

El secreto de la mansión Flint  nació como un reto personal. Quería sentir que era capaz de hacerlo. A pesar de que se encuentra en un registro completamente diferente, es sin duda alguna, mi tipo de novela predilecto. Tal vez era la necesidad de innovar, sorprender y empezar desde cero. Crear un mundo nuevo, mimar a tus personajes, conocerles y descubrir la historia que llevas dentro.

En la vida de todo escritor hay una pequeña convergencia entre su vida en el mundo y su vida en la literatura. ¿Hasta qué punto tu experiencia en Inglaterra está estrechamente ligada a esta obra?

Para mí había un punto de partida muy claro. El espacio-tiempo debía ser así. Inglaterra en los años sesenta. Sin dejar atrás las mansiones victorianas y el carácter británico que tanto me apasiona. Realmente estuve en contacto con todos los elementos necesarios para construir esta historia. Este viaje me permitió imaginar de forma rigurosa cómo había sido la vida treinta años antes de mi estancia allí. A modo personal, hubo una conexión con el pasado, redescubrí una mentalidad y unas creencias que permanecen arraigadas intrínsecamente en la sociedad y que no podría haber conocido nunca de haber sido de otra manera.

Además, era el sitio perfecto para Lawrence Sinclair, el detective más autoindulgente y flemático que he conocido. Un personaje conflictivo que da todo de sí mismo en cada momento. El hecho de haber creado la trama en dichas circunstancias me ha facilitado la aparición de otros personajes indispensables en la obra que forman parte del momento histórico que están viviendo.

Uno de los puntos más sorprendentes de la novela es la forma en la que está contada. Narra de una manera noble y sencilla todo lo que está sucediendo en ella. Sin abandonar el enfoque tierno e inocente que inspira el punto de vista de quien la cuenta.

Casi por casualidad, James Jarman se convierte en el protagonista de una historia que no es la suya. El hecho de que no sea contada por un detective, una víctima o un delincuente muestra una perspectiva más amateur con la que cualquiera puede sentirse identificado. Debe ir descubriendo en qué consiste un proceso policial, lo complejo que puede llegar a resultar e ir armando un rompecabezas inconcluso. Aprende de Sinclair, convive con él y complementa su visión de los hechos de una forma novedosa y honesta. Su afán por mejorar y hacer las cosas bien lo convierte en un narrador entrañable.

No es un secreto que Agatha Christie, escritora y dramaturga británica, ha sido siempre un referente para ti. La mezcla de ficción y realidad tan propia de dicha autora no pasa desapercibida en tu obra.

La creación literaria siempre necesita referentes. Con cada una de sus obras lograba sorprenderme y cautivarme. Fue parte de mi motivación cuando comencé a escribir El secreto de la mansión Flint. Mi objetivo siempre es escribir aquello que a mí me gustaría leer. Agatha Christie siempre tenía algo que decir, que crear y que dar a los demás. Así pues, me prometí a mí mismo que, si algún día escribía una novela, sería un homenaje a todas sus buenas historias con las que tanto he disfrutado.

Muchas personas sueñan con escribir una novela, pero la mayoría se queda solo en eso, en un sueño. El mero hecho de que hoy puedas disfrutar de tus páginas implica que se ha hecho realidad. ¿Qué es necesario para escribir una historia y sentirte satisfecho con ella?

Una de las partes más difíciles de escribir una novela es mantener la actitud y la perseverancia desde la primera página hasta la última. El trabajo duro y la determinación que implica escribir una historia de tal envergadura son enormes. No basta con tener una idea breve pero intensa. Es necesario desarrollarla, mantenerla y construirla con calma.

Me ha llevado más de dos años escribir esta novela. El primer capítulo fue escrito en el año 2013 y el último en el año 2015. Requiere un crecimiento personal con la historia en la que estás trabajando. Es algo tan íntimo que es imposible no pensar que parte de tu vida está ahí. Y eso es arriesgado porque debes trabajar duro todos los días y, además, disfrutar con lo que haces en todo momento.

Tus sentimientos son el motor que te permite escribir. Cuanto más vives más tienes que contar. Al final, tienes que sentir que has hecho todos los cambios necesarios para estar orgulloso del resultado.

Siempre se ha dicho que escribir sobre nuestras emociones ayuda a cerrar heridas. Las ideas están atrapadas dentro de la cabeza de quien las piensa. Liberarlas es el mejor ejercicio de autoterapia y enriquecimiento personal.

Opino que escribir tiene una fuerte carga emocional. Muchas veces se convierte en un espacio íntimo donde nuestro instinto libera todo aquello que llevamos dentro. Mi personalidad, mis valores y parte de mi cultura se encuentran muy presentes en ella. Incluso en los propios personajes que la conforman. La mayor parte de las escenas  las he podido recrear gracias a todo lo que he vivido y lo que me han ido aportando las personas que he conocido. Con frecuencia, esta profesión te permite descargar todas las tensiones de la vida cotidiana y tener más autocontrol sobre todo lo que nos rodea.

Tras haberte consagrado en el género deportivo y haber realizado una pequeña incursión en la novela de misterio con El secreto de la mansión Flint, ¿cuáles son tus nuevos proyectos?

He podido comprobar que los cambios, aparte de necesarios, son buenos. Y tengo la necesidad de romper con lo establecido. Creo que, cuando cierras un capítulo, es importante valorar cuántas oportunidades nos está ofreciendo la vida de ser felices y tomarlas sin condescendencia. Porque nunca vuelven. Quizá, por eso, cuando me sobrevino la idea de condensar todo el potencial creativo en pequeñas dosis, dije que sí con los ojos cerrados.

Puesto que escribir una novela supone un ejercicio de resistencia y superación inmenso, quería cambiar de registro completamente e intentar dar lo mejor de mí una vez más. En muchas ocasiones el relato corto se encasilla en un género de iniciación y, sin embargo, no por ello deja de tener cierta dificultad. Demostrar el talento que tienes en pocas páginas supone todo un reto, ya que tanto los errores como los aciertos se atisban en un breve periodo de tiempo.

Una de las mayores ventajas de escribir relatos cortos es que no necesitas tener una continuidad para que el resultado sea sensacional. Tal vez sea suficiente con dedicarle un poco de tiempo, de trabajo personal y mantener en todo momento el interés de la narración.

¿Cómo podríamos clasificar esta nueva recopilación de relatos? ¿Comparten puntos en común o existe algún vínculo entre ellos?

Mi intención es causar un mayor impacto con menos palabras. Siempre partiendo de la base de que son relatos ficticios que no se fundan en una razón prudente. Todos comparten una trama de misterio y de suspense poseyendo los rasgos del género detectivesco. Sin embargo, no existe ninguna conexión entre ellos puesto que son historias completamente independientes. Lo que sí debería tener en cuenta cualquier lector, antes de embarcarse en esta nueva obra, es que el espacio-tiempo en el que suceden los acontecimientos es muy relevante para la comprensión de cada uno de los relatos.

¿Cuándo podremos disfrutar de El tiempo en una palabra (Diez relatos basados en hechos irreales) y conocer más detalles sobre ella?

Este proyecto ha podido salir adelante gracias a la editorial Círculo Rojo y estamos ansiosos de que todos y todas podáis conocerla muy pronto. La presentación del libro se hará en noviembre en la biblioteca Ana María Matute y esperamos que sea recibida con cariño y entusiasmo. Parece inaudita la idea de volver a disfrutar de un nuevo libro con mi nombre. Quizá escriba una docena y siga sin creérmelo. Al fin y al cabo, ser escritor es como ser padre, algo que vas a tener que demostrarte a ti mismo todos los días.

Si deseas comunicarte con Juan Francisco Escudero, lo puedes encontrar en las redes sociales, tanto en su cuenta de Twitter @jfescudero como en el perfil de Facebook https://www.facebook.com/groups/115892729160948/. Si lo prefieres, le puedes escribir a la dirección de correo electrónico flintmansion1963@gmail.com.

 

Texto_Andrea Francisco Torvisco

Fotografía_Ncuadres