En la actualidad, este servicio, que utilizan casi 300 millones de usuarios, se presta a través de 36 contratos que finalizan el 1 de diciembre de 2024. Entre las mejoras que se pretenden introducir, destaca la reducción de los tiempos de viaje, al incrementar líneas exprés en hora punta, o la disminución de pasajeros de pie en itinerarios largos para garantizar su seguridad y comodidad. Además, todos los autobuses deben contar con dos plazas fijas destinadas a personas con movilidad reducida e incorporar un espacio para portaequipajes en los vehículos.
El nuevo mapa permitirá la aplicación de sistemas inteligentes de transporte como, por ejemplo, la ampliación de los medios de pago disponibles, permitiendo la validación con tarjeta bancaria. Se implantará el método tarifario de dos zonas, una para la capital y otra para el resto.
Con el nuevo contrato, que supondrá una inversión superior a los 7.000 millones de euros para los próximos diez años, el 85% de los autobuses tendrán que disponer de etiqueta medioambiental 0 o ECO al término del mismo, con el propósito de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y lograr un aire más limpio y seguro en la región. Por último, las concesionarias tendrán que llevar a cabo renovaciones parciales de la flota para que los vehículos dispongan de las últimas novedades tecnológicas del mercado en materia de accesibilidad, seguridad y confort.
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