Francisco Duque Reboto, más conocido como el Capitán Duque, falleció el pasado mes de enero los 87 años. Duque dedicó 32 años de su vida a la formación de los polillas, los jóvenes guardias civiles que se forman en el Colegio de Guardias Jóvenes Duque de Ahumada, institución donde se ganó el cariño y respeto de todos los alumnos y compañeros.
Durante su tiempo como instructor, Duque se destacó por su cercanía y dedicación. Su lema, «Servir, servir y servir», era el principio que guiaba su labor, y los polillas lo recuerdan con cariño por su capacidad para tratarlos como personas y prepararlos para los retos que les esperaban en su carrera profesional.
En el número de marzo de 2018 de esta publicación pudimos conocer de cerca su vida. Su trayectoria profesional estuvo marcada por su amor por el deporte, su vocación por la Guardia Civil y su dedicación a la enseñanza. Desde joven, mostró su pasión por el deporte practicando gimnasia, equitación y lucha grecorromana. Su carrera en la Guardia Civil comenzó a los 20 años, tras una breve etapa en Galerías Preciados. Allí sobresalió en el escuadrón de caballería y alcanzó el rango de capitán, llegando a Valdemoro en 1972 como instructor en el Colegio de Guardias Jóvenes.
Su legado va a perdurar en nuestro municipio, con una calle que lleva su nombre desde 2018 y con la celebración de la carrera solidaria homónima y en la que participó por última vez en 2024. El municipio y los colectivos de la Guardia Civil han expresado su dolor por su partida, recordando al Capitán Duque como un hombre ejemplar.
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