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Haber llegado a los cincuenta números con La revista de Valdemoro (cuatro años y medio de publicaciones) nos invita al optimismo de cara a sobrevivir al apocalipsis del día a día. Porque, seamos realistas, nuestra revista se lee muy bien en línea, tanto desde un ordenador como desde un teléfono móvil, pero, si ese apocalipsis trae consigo un apagón digital, deberemos confiar nuestra supervivencia a los ejemplares que publicamos
en papel. Estamos hablando de 15 000 ejemplares mensuales repartidos por todo Valdemoro, lo que significa que, tras estos cincuenta números, se han impreso un total de 750 000 revistas de nuestra publicación.

Sí. Estamos hablando de la posteridad. Estamos hablando de hasta qué año llegará a sobrevivir el último de esos 750 000 ejemplares que hemos publicado. Después de todo, nuestras revistas, con un papel estucado brillo de 200 gramos en cubierta y de 115 gramos en el interior, han sido diseñadas para sobrevivir. He visto, tristemente, a lo largo de estos cuatro años y medio, algunos ejemplares arrojados en la calle, sin hogar, a la
intemperie, tirados en el suelo o depositados en una papelera.

He visto, felizmente, ejemplares en las mesitas de la sala de espera de clínicas dentales y en centros de salud, en las barras de bares y cafeterías. Esos valientes ejemplares han sido leídos y disfrutados por múltiples lectores. He visto, también, a valdemoreños que, tras leer el número de nuestra revista que les llega a los buzones gratuitamente, se aseguran de coleccionarla en una estantería de privilegio en la librería de sus salas de
estar.

Conozco también a valdemoreños que guardan uno o dos ejemplares de un solo número, sencillamente porque un amigo o familiar, o ellos mismos, aparecen entrevistados en sus páginas. En estos últimos confío para que uno de ellos, o uno de sus descendientes, preserven ese último ejemplar en papel que pueda servir de estudio a un sociólogo del futuro o que pueda llegar a las manos de otro intrépido valdemoreño del siglo XXII
para inspirarse y llevar a cabo una publicación similar sobre el Valdemoro de su tiempo. Después de todo, de eso trata el misterio de la vida: salen miles en tropel, pero, hasta el final, solo llega él.