En noviembre de 2018, hace ahora más de tres años, en nuestra revista, entrevistamos a Amaya Valdemoro, jugadora de baloncesto de la selección nacional y, ahora, comentarista televisiva. El apellido de Amaya nos hizo reflexionar sobre el nombre de Valdemoro y, en nuestro editorial, publicamos lo siguiente:
«El nombre de Valdemoro es transversal. Atraviesa el tiempo y el espacio. (…) Actualmente, en España, hay 204 personas cuyo primer apellido es Valdemoro y 215 personas con Valdemoro como segundo apellido. (…) Las mayores concentraciones de personas con el apellido Valdemoro se encuentran en la provincia de Burgos; luego Vizcaya y Madrid. Pero donde encontramos más personas con ese apellido es en Filipinas. De entre ellos, destacaremos a Ami Valdemoro, bloguera filántropa y periodista, y a Wilma M. Valdemoro Cua, abogada de un prestigioso bufete en Manila».
Han transcurrido más de tres años. El pasado 22 de diciembre, recibí el siguiente mensaje en mi cuenta de Facebook:
«Hola, mi hija, Ami Valdemoro, me envió un artículo de usted. Ya tres años pasados, pero es interesante todavía. Wilma Valdemoro Cua es mi prima. Le felicito. ¡Y que tenga éxitos seguidos! Cordialmente, Hubert Valdemoro».
El nombre de Valdemoro es transversal. Atraviesa el tiempo y el espacio. Actualmente, en España, hay 200 personas cuyo primer apellido es Valdemoro y 213 personas con Valdemoro como segundo apellido. Hubert Valdemoro es ahora mi amigo en Facebook y, debido a la desorbitada subida del precio del papel (un 40 % más caro), las páginas del interior de La revista de Valdemoro serán, a partir de ahora, un poquito más finas. Seguirán siendo lo suficientemente gruesas para soportar la calidad de nuestras fotografías, pero serán lo suficientemente finas para evitar subir los precios de los anuncios de las personas y las empresas que nos apoyan mensualmente para que nuestra publicación, la de todos los valdemoreños, salga adelante y atraviese, con la fugacidad de un cometa, el tiempo y el espacio.
Texto_Fernando Martín Pescador
