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El proyecto bilingüe del IES Neil Armstrong de Valdemoro

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El centro ha creado un proyecto en el que prima la no segregación y el bienestar

Un refrán checo dice: «Se vive otra vida por cada idioma que se habla». Aprender otro idioma es acercarse a la realidad de otra manera; aprender a pensar lo que nos rodea con otra perspectiva. Además, el conocimiento de las lenguas extranjeras abre puertas laborales; permite acceder a mejores oportunidades profesionales.

En España, llevamos lustros conviviendo con esta realidad y tratando de darle una respuesta, sobre todo en el ámbito educativo. Desde hace décadas se hacen notables esfuerzos organizativos, curriculares, de formación del profesorado, para sacar a las nuevas generaciones del atraso secular en el conocimiento de las lenguas extranjeras. El bilingüismo, con sus limitaciones, ha supuesto un verdadero salto adelante en esta cuestión.

En Valdemoro hay cuatro centros públicos bilingües: dos Colegios de Educación Infantil y Primaria, CEIP Doña Leonor del Álamo y CEIP Diego Muñoz Torrero; el CEIPSO Nuestra Señora del Rosario y el IES Neil Armstrong, el IES bilingüe de la localidad. En Educación Secundaria el bilingüismo tiene dos vías: Sección y Programa. Por ejemplo, en 1.º de ESO, los alumnos de Sección tienen 18 horas a la semana en inglés, mientras que los alumnos de Programa tienen 7 horas en materias bilingües además del propio inglés.

«Todos los alumnos —señala Francisco Galera, director del IES Neil Armstrong— sean de Sección o Programa, tienen cinco horas de inglés a la semana durante los seis cursos de escolarización (ESO y Bachillerato, en el cual ya no hay materias bilingües). Esto, y la presencia de media docena de auxiliares de conversación, nativos en inglés, —añade— es el verdadero plus del bilingüismo y lo que hace que, por simple acumulación los alumnos alcancen niveles notables de inglés». Galera pone un ejemplo: «Este curso nada menos que trece alumnos de 4.º de ESO irán a las pruebas de Cambridge en el nivel C1. Imagínate el nivel en 2º de Bachillerato».

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El bilingüismo en el Neil Armstrong

Ana Maldonado, una de las jefas de Estudios del Neil Armstrong, matiza que más allá de bilingüismo habría que hablar de proyecto lingüístico: «El centro hace especial hincapié en las segundas lenguas extranjeras, francés y alemán, en las cuales también cuenta con auxiliares de conversación nativos y se hacen intercambios, por ejemplo, con el UN Gymnasium de Walsrode, Alemania». «Está contrastado —añade— que el aprendizaje de dos lenguas no maternas mejora la cognición y las, tan de moda, soft skills, competencias como la escucha, la lectura comprensiva, la creatividad, etc.».

Uno de los elementos que hace singular el proyecto del Neil Armstrong es que todos los grupos de ESO son mixtos, es decir, integran alumnos de Sección y Programa. «Cuando toca una materia que se imparte en español y en inglés, —explica Maldonado— los alumnos se dividen, yendo cada subgrupo con un profesor distinto, pero en el resto de materias están juntos. Esto evita la segregación y fomenta la inclusión de todos. Además, en 1.º de ESO, el aterrizaje en Secundaria y en las materias en inglés se hace de forma muy medida y con un seguimiento estrecho por el profesorado».

Algunos mitos sobre el bilingüismo

Otra de las jefas de estudios del instituto, Isabel Vera, explica que hay mucho desconocimiento y nos propone un ejercicio: derribar algunos mitos en torno al bilingüismo. «Por ejemplo, —explica— se oye a menudo que “en las materias impartidas en inglés, se baja el nivel, apenas se ven glosarios de palabras”. Es incierto. Los libros de texto son espejos, idénticos en inglés y en castellano. En las pruebas de evaluación, las preguntas son similares, se examinen los alumnos en inglés o en castellano. Llevo años presentando alumnos a la PAU, la Prueba de Acceso a la Universidad que se hace en castellano, y los alumnos que proceden de Sección no obtienen peores resultados en absoluto. Afirmar algo así es desconocer la plasticidad de los estudiantes y el impacto positivo que los idiomas tiene en su formación».

Otro mantra también repetido: el bilingüismo es para elegidos. «Mirad si esto es erróneo —explica Vera— que el Neil Armstrong es centro preferente de escolarización de alumnos con trastornos del espectro autista. Muchos de ellos presentan dificultades de aprendizaje significativas y, en cambio, cursan en el Neil, aprenden en el Neil y titulan en el Neil.

Hay también alumnos con necesidades educativas especiales (ACNEE), que necesitan apoyos y medidas específicas. Y cuenta el Neil, como todos los institutos, con maestros de Audición y Lenguaje y de Pedagogía Terapéutica que se cuidan de ellos y de los que encuentran dificultades significativas. «Creo que es al revés. Procuramos que el Neil sea un proyecto de excelencia académica, pero a la vez, las familias que tienen hijos con dificultades saben que en el Neil estaremos pendientes», afirma Isabel Vera.

La última confusión es algo que deben desmentir a menudo: si no procedes de un colegio bilingüe no puedes matricular en el Neil Armstrong en 1.º de ESO. «Esto es inexacto, —explican Marisa Parrón y María Jesús Gómez, responsables de la Secretaría del IES—. El curso pasado varias docenas de alumnos procedentes de CEIP no bilingües matricularon en 1.º de ESO. Eso sí, deben participar en el proceso de admisión. Muchas familias que viven cerca del instituto desconocen esto y es una pena porque podrían solicitarlo, siendo el más cercano a sus domicilios».

El Neil Armstrong: mucho más que bilingüismo

No solo de bilingüismo vive el hombre. Es más, si el bilingüismo es la especialización curricular del centro, sus verdaderas señas de identidad van más allá. Desde hace años el centro ha hecho del cuidado emocional de los escolares la clave de bóveda del proyecto educativo.

Para ello, desde 2021 cuenta con un Plan de Cuidado y Promoción del Bienestar Emocional. A través de él, una psicóloga desarrolla un programa de intervención psicoeducativa, en el que apoya y acompaña a alumnos y profesores y forma a las familias. El Neil Armstrong cuenta desde hace dos años con un proyecto extraordinario: A Caballo por la Luna, proyecto coordinado por la jefa de estudios Isabel Vera con sus propios caballos, Fergus, Queena y Duque. «Realizamos —explica Vera— intervenciones educativas y emocionales. Los lunes llevamos a la hípica grupos de alumnos con TEA y los miércoles alumnos que atraviesan etapas delicadas. Colaboran Benito García, veterinario, y el Departamento de Orientación, que selecciona y hace seguimiento de los participantes… Y tendríais que ver —remarca-— qué cambios producen los caballos en los chavales. En seguridad, en autocontrol, en confianza».

Además, están las Escuelas Deportivas (siete deportes en las tardes), pilotadas por Borja; el Club de Lectura, coordinado por Mar y Luis, los viajes culturales de fin de curso, los proyectos eTwinning que lidera Rosa, el programa de Fruta y Leche, las inmersiones lingüísticas y un largo etcétera de actividades, cuyo único objetivo es hacer del aprendizaje una experiencia única y significativa. Varios de estos proyectos están financiados con el programa PROA+, en el cual participa el instituto desde 2021.

En los últimos cursos, nos explican, están haciendo hincapié en el protagonismo del alumnado en la promoción del bienestar, consolidando redes de alumnos Star Team (recreos inclusivos), alumnos de mediación, Plan de Acogida, en el que los alumnos 1.º y 2.º de ESO hacen de guías y mentores a los peques de 6.º de Educación Primaria, plan que está coordinado por Magda Márquez, también jefa de estudios. Tal es la profundidad de estos trabajos que el Ministerio de Educación ha otorgado al IES Neil Armstrong un segundo premio en los II Premios de Bienestar Emocional en el Ámbito Educativo (2024).

Una empresa colectiva

Paco, el director, no es profesor bilingüe. «Soy profesor de Matemáticas, explica, materia que se imparte en castellano. Hace treinta y cinco años trabajé en una multinacional. Os cuento una anécdota. Estaba en el aeropuerto O’Hare de Chicago, recién bajado del avión y debía ir a un centro de la empresa. “Llame a este teléfono y le enviarán un coche”, me habían dicho en la oficina. “¿Para cuántas personas el trasporte?”, preguntó en inglés una persona al otro lado del teléfono. “Four people”, dije. A los pocos minutos apareció un conductor… con un autocar. “¡Me ha dicho que estaban esperando forty people”! Ups, pensé, cuando se enteren los jefes. Estuvo un rato aquel chófer mostrándome la diferencia de pronunciación entre cuatro y cuarenta. En aquellos encuentros se reunían empleados de medio mundo, desde Malasia a Reino Unido, y se sonreían cuando los españoles hablábamos. Nuestra oficina era la tercera del mundo, pero se reían de nuestro pésimo inglés. Hoy, tantos años después, me quedo pasmado en las graduaciones de ESO o Bachillerato con los parlamentos en inglés de nuestros alumnos. ¡Qué desenvoltura y qué pronunciación! Y sin papeles. Me parece extraordinario».

Ha cambiado el IES Neil Armstrong en los últimos años. Y quizá, como explica su director, más se trate de filosofía que de inglés: «Os lo explico —nos dijo— con unos versos de W. B. Yeats que para muchos de nosotros son una divisa: “Pero yo, siendo pobre, solo tengo mis sueños / He tendido mis sueños a tus pies / Pisa suavemente porque caminas sobre mis sueños”. Estos versos definen el sentido colectivo del IES Neil Armstrong; hacia dónde vamos. El excelente equipo de docentes y no docentes, a los cuales mi agradecimiento es perpetuo, tienen bien presente, ante cada dificultad y ante cada desafío, su papel como educadores: ir con cuidado porque caminamos sobre los sueños de gente muy joven».

Fotografía: Ncuadres

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