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Entrevista a Gabriela y Mariana Rincón Rojas

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Dos hermanas valdemoreñas que sueñan en los escenarios

Hace unas semanas nos llegó al correo de La Revista de Valdemoro un mensaje de Lady Rojas. En él nos hablaba del talento y la pasión artística de sus dos hijas, Mariana y Gabriela. Nos contaba cómo habían nacido aquí, cómo crecieron en este municipio y cómo, con apenas 14 y 10 años, ya se abrían camino en el teatro musical y la danza. Su correo no era solo una presentación, era también una invitación a mirar lo que ocurre cerca de nosotros: en nuestras calles, en nuestras escuelas y en nuestras familias.

Nos pareció una historia que merecía ser contada, porque habla de esfuerzo, ilusión y raíces valdemoreñas. Desde aquí aprovecho para invitar a todos nuestros lectores a hacer lo mismo: si conocéis a alguien con un proyecto, un sueño o un talento que queráis compartir, escribidnos. La revista es un espacio para dar voz a quienes forman parte de la vida cultural y social de Valdemoro.

Mariana, la mayor, estudia actualmente 4.º de la ESO en el IES Neil Armstrong, después de haber pasado por el colegio Doña Leonor del Álamo. Con apenas 14 años ya acumula experiencia en musicales como Matilda o School of Rock, además de una intensa formación en danza que la ha llevado a competir a nivel profesional.

Gabriela, con 10 años, cursa 5.º de Primaria en el Leonor del Álamo. A su corta edad, compagina las clases con una trayectoria artística que sorprende: canta, baila, dibuja y hoy interpreta a Nala en El Rey León en el Teatro Lope de Vega de Madrid, uno de los escenarios más emblemáticos de la capital.

En un hueco entre sus múltiples actividades artísticas hemos podido conversar con ellas en una entrevista cercana y espontánea, donde nos hablan de sus inicios, de lo que significa para ellas el arte y de cómo se apoyan mutuamente en este camino que apenas comienza.

¿Cuándo comienza vuestro vínculo con el arte?

[Mariana] Creo que todo empezó cuando era muy pequeña, apenas con tres años, en la asociación Con Otra Mirada, donde aprendí lenguaje de signos mientras bailaba. Mis padres ya intuían lo que venía, porque en casa no paraba de moverme cada vez que sonaba música. Fue entonces cuando me apuntaron con Eva Arias, en Alegrías. Más tarde llegó el ballet y el flamenco en la Escuela Municipal. Después, mi camino me llevó a Grow UP, donde descubrí el funky y el hip hop. Fue un flechazo inmediato: me enganchó todavía más a la danza. Allí fue también donde empecé a competir, dando mis primeros pasos en un mundo que me sigue llenando de energía y pasión. Pero el verdadero salto fue cuando probé el taller de teatro musical en la Escuela de Música de Valdemoro. Allí hice El Rey León y Annie y me di cuenta de que me encantaba estar en un escenario y que quería dar más. Al final, eso me llevó a Madrid, a castings de musicales más grandes, y ahí empezó todo de manera más seria.

[Gabriela] En mi caso fue un poco distinto, porque yo empecé viendo a mi hermana. Al verla, me entraron ganas de probar. Empecé desde muy pequeña con música y movimiento en la Escuela Municipal de Valdemoro, ballet en Escuela de Danza Alboreá y muy pronto, a los cinco años, empecé teatro musical en la escuela de Yelena Lafargue de Madrid. Todo empezó siendo un simple juego, pero poco a poco me fue atrapando. Siempre me ha gustado cantar y probar con la voz, buscar notas nuevas, aunque no siempre salieran. Con el tiempo me di cuenta de que el teatro era el lugar donde podía reunir todo lo que más me gustaba: cantar, interpretar y también bailar un poco. Fue entonces cuando empecé a soñar con dedicarme a esto. Me lancé a hacer castings, y aunque recibí muchos noes, entendí que este es un mundo que exige preparación, constancia y, sobre todo, conciencia: hay muchísimos niños que, al igual que yo, sueñan con conseguir un papel en una obra. Cada paso, incluso los tropiezos, forman parte del camino que me acerca cada vez más a lo que quiero ser.

¿Cómo os definirías una hermana a la otra?

[M.] Mi hermana es muy alegre, muy sociable. Siempre hace amigas nuevas allá donde va. Además, dibuja muy bien. Aunque a veces tenemos peleas de hermanas en el fondo nos queremos mucho y nos apoyamos.

[G.] Para mí, Mariana es alguien que me enseña cosas nuevas. La admiro porque baila muy bien y siempre me ayuda cuando necesito aprender pasos porque yo no soy tan buena en baile.

¿Recordáis algún momento especial en Valdemoro que haya marcado vuestra relación con el arte?

[M.] Una vez representé El Rey León con la Escuela Municipal de Música de Valdemoro, haciendo de Simba. Fue muy especial porque me gusta ponerme nuevos retos y tras esta actuación sentí que podía dar más y podía ayudar también a mis compañeros a ser mejores.

[G.] Yo no tengo un momento en concreto, pero sí muy buenos recuerdos en las clases de música intentando conseguir llegar a notas que son difíciles para mí. En la escuela de dibujo Artecromática disfrutaba mucho pintando al aire libre y con las exposiciones. Y en Alboreá con la profe Coral, que siempre la recuerdo con cariño.

¿Quiénes han sido o siguen siendo vuestros referentes?

[M.] En el musical de Matilda conocí a una bailarina que se llama Aroa, una chica que baila y participa en musicales grandes como Aladdín. Me impresionaba mucho la perfección de su trabajo y siempre he querido tener una carrera parecida a la suya.

[G.] Yo me fijo en cantantes como Aitana, Adele o Sebastián Yatra. Me inspiran mucho sus voces y me gustaría algún día cantar como ellos.

Mariana, fuiste la pionera, ¿cómo fuiste forjando tu carrera artística al comienzo?

Desde que empecé a bailar con los estilos más básicos, flamenco y ballet, siempre he sentido la necesidad de ir explorando nuevas disciplinas. Soy una persona muy constante que se toma en serio los ensayos, eso me ha permitido ir subiendo de nivel y estar en diferentes escuelas que me reten y saquen lo mejor de mí, como Grow Up y Montse Sánchez. Eso me llevó a competir, donde he estado tres años. En paralelo probé castings de teatro y musicales, que es lo que más me interesa ahora mismo.

Has participado en musicales como School of Rock y Matilda, ¿cómo viviste esas experiencias?

Es una experiencia superbonita. En el teatro se crea un ambiente muy especial: todos vamos con muchas ganas, nos apoyamos un montón y se hacen amistades muy fuertes. Es como si se formara una pequeña familia en cada montaje, porque pasamos muchas horas juntos ensayando, compartiendo nervios y alegrías. Al final no son solo recuerdos de estar en el escenario, también me quedo con todo lo que viví detrás, con la gente que conocí y con lo que aprendí en cada función. 

Después de haber competido durante tres años has decidido cambiar tu trayectoria.

Este año he decidido centrarme otros estilos de baile y continuar con la compañía de teatro a la que pertenezco. En baile estoy intentando trabajar los estilos que más me cuestan en escuelas como Élite, WOSAP o Danza 180.

Gabriela, tú dibujas, cantas, bailas… ¿qué te aporta cada disciplina?

El dibujo me relaja y me sirve como otra opción si algún día no sigo con el canto. El canto es lo que más me llena, aunque es difícil llegar a todas las notas. Bailar no me apasiona tanto, pero lo disfruto y me ayuda a completar lo que hago.

Ahora eres Nala en El Rey León en Madrid. ¿Qué ha supuesto para ti estar en un escenario tan reconocido?

No tenía ni idea de que iba a ocurrir, creo que ha sido una cosa del destino. Me encanta, porque reúne todo lo que me gusta: canto, baile e interpretación. Aunque al principio me daba nervios porque va mucha gente a verlo, en cuanto me concentro se me pasa. Estar en un escenario tan grande es emocionante.

Ambas acudís a la escuela Yelena Lafargue. ¿Cómo es vuestro trabajo allí y qué os aporta?

[M.] A mí me ayuda a reforzar el canto, que no es mi punto fuerte. Y practico las otras dos disciplinas, baile e interpretación. Nos dividen por grupos de nivel según nuestra edad.

[G.] La escuela me da seguridad en el baile, que es lo que más me cuesta. Además, también trabajo el canto para conseguir nuevos retos.

¿Hay alguna anécdota divertida o entrañable que recordéis de vuestros ensayos o actuaciones?

[G.] Para mí el momento más especial fue mi estreno en El Rey León. Estaba nerviosísima antes de salir al escenario porque, aunque ensayes mucho, siempre piensas que algo puede fallar: que se te olvide una parte, que te tropieces, que no llegues a la nota que toca… Pero al final salió todo bien. Recuerdo estar detrás de las cortinas, escuchando al público, y sentir que el corazón se me iba a salir del pecho. Cuando llegó mi turno y me vi allí, con toda la escenografía y las luces, se me olvidaron los nervios y lo disfruté muchísimo.

[M.] Yo tengo grabado un viaje a Cuba con la compañía de teatro. Fuimos a actuar allí y fue una aventura total. El último día, justo antes de la actuación, casi todos nos pusimos enfermos por beber agua que no estaba en buen estado. Imagínate: teníamos que salir a escena y muchos estábamos con dolores de tripa y sin fuerzas. Recuerdo estar en los camerinos, tirada en el suelo, sin poder moverme, y un amigo tuvo que venir a decirme que me tocaba salir. En ese momento piensas que no vas a poder, pero al final, de alguna manera, lo sacas adelante. Fue durísimo, pero también nos unió mucho como grupo porque todos estábamos igual y nos apoyábamos unos a otros. Ahora lo recuerdo con humor, aunque en ese momento parecía imposible.

¿Cómo compagináis vuestros estudios académicos con vuestra formación artística?

[M.] No siempre es fácil, la verdad. Cuando estaba haciendo Matilda teníamos funciones dos veces a la semana, y aunque éramos varios niños para el mismo papel, eso significaba ensayar mucho y estar fuera de casa bastantes horas. Yo intentaba aprovechar al máximo el tiempo en clase: si quedaban diez minutos antes de que sonara el timbre, sacaba los deberes y hacía lo que pudiera allí mismo, porque sabía que al llegar a casa muchas veces tenía que salir corriendo al ensayo o al teatro. Los profesores nos mandan los deberes como a cualquier alumno, no hay trato especial. Así que toca organizarse y, sobre todo, ser constante para que no se te acumule todo.

[G.] A veces tengo ensayo después del cole y llego muy cansada, pero intento sentarme un rato a hacer los deberes antes de acostarme. Otras veces los hago por la mañana, levantándome un poco antes. Lo que más me ayuda es que me gusta lo que estudio y no me cuesta tanto ponerme. Claro que hay días en los que preferiría descansar o dibujar, pero sé que si no llevo al día el colegio, luego es más difícil.

¿Qué asignaturas o áreas de estudio os interesan más aparte del arte?

[M.] Me gustan mucho las matemáticas y la ciencia. A veces pienso que, si no sigo en lo artístico, podría dedicarme a eso.

[G.] A mí me gustaría ser veterinaria en el futuro, aunque sé que es difícil.

¿Qué sueños o metas tenéis a corto y largo plazo dentro del mundo artístico?

[M.] Ahora mismo mi meta es seguir formándome. Siento que el baile y el teatro son disciplinas en las que nunca terminas de aprender, y me gustaría dominar mejor estilos que todavía no controlo tanto, como el ballet o el contemporáneo, porque son la base de muchas cosas. También quiero perfeccionar la parte de interpretación para ser más completa. Y, a largo plazo, claro que sueño con estar en escenarios grandes, poder participar en producciones internacionales. Pero no me obsesiono con eso: sé que lo importante es el camino, la formación y disfrutar de cada proyecto que llega.

[G.] Mi sueño inmediato es seguir aprendiendo y mejorando cada vez que subo al escenario. Me gustaría viajar más con el teatro, poder actuar en otros lugares y compartir lo que hago con más gente. También pienso mucho en los idiomas, porque creo que si aprendo varios podré comunicarme con personas de otros países y llevar mi trabajo a más sitios. Y a largo plazo, me gustaría seguir en el mundo artístico, quizá componiendo alguna canción o creando algo propio, pero siempre disfrutando del escenario.

La conversación con Mariana y Gabriela deja claro que detrás de sus logros artísticos hay mucho trabajo y disciplina, pero también algo que no se ensaya: la alegría con la que hablan de lo que hacen. Más allá de los escenarios, son dos niñas risueñas, cercanas y llenas de energía, que disfrutan cada ensayo, cada clase y cada actuación como si fuera un juego compartido.

Su valor artístico es evidente, pero lo que más sorprende al conocerlas es la naturalidad con la que cuentan sus experiencias y la felicidad que transmiten al hablar de sus sueños. Tienen el talento, sí, pero sobre todo ilusión y una enorme disposición para seguir aprendiendo y aportando cosas nuevas al mundo del arte. Las podéis encontrar en Instagram, donde suben toda la actualidad de su carrera: Mariana (@maridancer.rr) y Gabriela (@gabyrincon.artist).

En Valdemoro encontraron el punto de partida de un camino que apenas comienza. Mientras tanto, siguen siendo dos niñas que contagian entusiasmo y que hacen que uno salga de la entrevista con la sensación de que el futuro, en sus manos, se dibuja lleno de música, danza y sonrisas.

Texto: Sergio García Otero

Fotografía: NCuadreS

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Medio siglo después, los patrones de Valdemoro volvieron a desfilar juntos

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El Cristo de la Salud y la Virgen del Rosario protagonizaron la conmemoración de su única salida conjunta en una emotiva procesión

Valdemoro revivió un momento histórico: cinco décadas después de su única salida conjunta, el Santísimo Cristo de la Salud y Nuestra Señora del Rosario volvieron a recorrer las calles del municipio en una procesión extraordinaria. Este reencuentro emotivo tuvo lugar el sábado 20 de septiembre.

La conmemoración comenzó el viernes 19 con una eucaristía de vísperas. La mañana del sábado 20 estuvo dedicada a la veneración de ambas imágenes dentro de la parroquia de Nuestra Señora de la Asunción, con el rezo del Ángelus. La tarde continuó con el rezo del Rosario y la exposición del Santísimo, antes de celebrar la eucaristía.

A las siete de la tarde dió comienzo la procesión conjunta, un momento de unión y fe que emocionó a la gran multitud de valdemoreños presentes. La comitiva comenzó su recorrido desde la parroquia, atravesó la plaza de Autos y la calle Luis Planelles hasta llegar al Convento de la Encarnación, donde se hizo una breve parada con rezo del Credo y canto de la Salve.

El trayecto siguió por Tirso de Molina, Nicasio Fraile y terminó con un encuentro de ambas imágenes en la plaza de la Constitución, donde se celebró un acto institucional. Luego regresarron por la calle Infantas hasta la parroquia, donde permanecieron expuestas al día siguiente durante las celebraciones litúrgicas.

La cita sirvió para conmemorar los 50 años de la única procesión conjunta de los patrones.

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Bolitas del Airón: cada verano en riesgo por incendio

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El bosquete de árboles del paraíso de Bolitas del Airón en todo su esplendor en abril de 2008.

El parque de Bolitas del Airón es un espacio esencialmente forestal, cuya especie predominante es el árbol del paraíso (Eleagnus angustifolia). Introducida en Valdemoro por el hombre en la segunda mitad del siglo pasado, esta especie de árbol es propia de climas semiáridos de Asia central y suroccidental. Actualmente, crece y se desarrolla de manera subespontánea, es decir, habiendo sido cultivada inicialmente, se escapa y se reproduce por sí sola en la naturaleza. Llega a alcanzar hasta 10 metros de altura y sus hojas caducas caen a finales del otoño. Entre su denso follaje anidan, invernan o se alimentan de sus frutos más de un centenar de especies de aves, lo que supone el hábitat con mayor biodiversidad del municipio. Tiene una superficie de 44 hectáreas lo que convierte a este lugar en el bosquete de árbol del paraíso más extenso de la Comunidad de Madrid. Por estas singularidades fue propuesto para ser incluido en el nuevo Catálogo regional de especies amenazadas de fauna y flora silvestres, categoría de árboles singulares (Orden 68/2015, de 20 de enero, de la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio). Sin embargo, por criterios que desconocemos, aunque probablemente se deban al mal estado de conservación en que se encuentra, no fue incluido.

Vista panorámica del parque de Bolitas del Airón. Con 44 hectáreas de superficie forestal se convierte en el bosquete de árbol del paraíso más extenso de la Comunidad de Madrid.

Durante este verano, sobre todo en agosto, hemos asistido al peor episodio de incendios forestales de este siglo, con cerca de 400 000 hectáreas quemadas, según el programa de observación de la Tierra de la Unión Europea, Copernicus, y el segundo desde 1994. Entre las causas se han considerado la ola de calor, como factor intensificador, y la mala gestión de los bosques, al acumularse gran cantidad de biomasa, que actúa como potencial combustible. El resultado: una catástrofe ambiental, que pone de manifiesto la prioridad de corregir los errores para que no se repitan episodios como los vividos esta temporada estival.

Cuando llega el verano, la vegetación herbácea se seca, lo que aumenta el riesgo extremo de incendio. Salvo los bordes de los caminos, en el resto de la superficie forestal del parque no se realizan trabajos de desbroce de pastizal seco ni de podas de ramas bajas o eliminación de árboles secos. En este escenario, el riesgo de incendio forestal es extremo en la época estival.

Desde el año 2006 se comunicó en varias ocasiones, a través del Registro del Ayuntamiento de Valdemoro, ahora Registro Electrónico General, el riesgo de que se podría producir un incendio forestal en el parque de Bolitas del Airón, aunque sin obtener respuesta alguna del consistorio. Desde entonces, solo se han registrado algunos conatos que se resolvieron antes de llegar a su término. Pero, volviendo a la causa principal, esta amenaza que aparece cada verano se debe, entre otras causas, a la deficiente gestión que se lleva a cabo en el parque. Tras las lluvias que se registran en primavera, la vegetación herbácea se desarrolla alrededor de los árboles del paraíso, invadiendo toda la superficie forestal hasta casi asfixiarla. Cuando se secan al comienzo del verano, algunas especies ya han alcanzado los dos metros de altura. En las últimas décadas solo se siegan las praderas de la zona de juegos y de mesas con bancos, además de los bordes de los caminos principales. El esfuerzo, aunque es grande, claramente es incompleto e insuficiente. A esto hay que añadir la presencia de numerosos árboles secos, algunos de tamaño considerable, que no se cortan ni retiran. Pero, tampoco se realizan podas de las ramas inferiores con el objeto de dejar libre el tronco a una altura que quede fuera del alcance de la vegetación herbácea.

Zona de mesas y bancos del parque de Bolitas del Airón. Se puede apreciar que la vegetación herbácea se ha segado, lo que minimiza el riesgo de incendio.

Recapitulando, el parque de Bolitas del Airón se merece una mejor gestión de la que tiene en la actualidad, no solo para evitar la amenaza del fuego, que podría arrasar la masa forestal en cuestión de minutos, favorecida por temperaturas muy altas, sequedad extrema y la presencia del viento, sino para un mejor aprovechamiento y disfrute como espacio verde saludable y en perfecto equilibrio, respetando todas las zonas de vegetación natural que conforman parte del sotobosque.

Por increíble que parezca, y a pesar de las advertencias que se hacen desde la Dirección General de Protección Civil y Emergencias, así como de los cuerpos de seguridad del estado, este mes de agosto un grupo de personas ha tenido la inconsciente idea de hacer fuego dentro del parque de Bolitas del Airón, aprovechando la ocultación de la noche y de la propia masa forestal. Lo que no debían saber estas personas era el riesgo extremo de incendio que había y las consecuencias fatales que podían haber tenido lugar.

 

Texto y fotografías: Javier Cano

 

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Clínica Puerta del Moro

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Rodrigo Serrano

Nos importa tu salud desde 1978

En los últimos años, hablar de salud mental ya no es un tabú. Cada vez más personas acuden al psicólogo como una forma de cuidarse, crecer y mejorar su calidad de vida. Acudir al psicólogo no es solo para quienes atraviesan una crisis, sino también para quienes buscan conocerse mejor, gestionar sus emociones o tomar decisiones importantes con mayor claridad.

Carina Cinalli

En la Clínica Puerta del Moro entendemos que cada persona vive sus propios desafíos. La ansiedad, el estrés, los cambios vitales, los conflictos familiares o de pareja, la baja autoestima o el simple agotamiento emocional son situaciones que pueden tratarse con acompañamiento profesional. Por eso, ofrecemos un servicio integrado en el que cada uno de nuestros psicólogos sanitarios ofrece un servicio especializado dependiendo de la edad del paciente. Recientemente, a nuestro equipo —inicialmente formado por Rodrigo Serrano (adolescentes y adultos) y Carina Cinalli (especialista en psicogerontología)—, se ha unido el psicológo Cristian Gavilán (infantil, adolescentes y adultos), para ofrecer a los vecinos de Valdemoro un servicio de calidad con el que cubrimos diversas sociedades médicas como Adeslas, Caser, Aegon, DKV y Divina Pastora.

Cristian Gavilán

La psicología no ofrece soluciones mágicas, pero sí herramientas efectivas para entender lo que sientes, cambiar lo que te limita y fortalecer tu bienestar. Un espacio seguro, sin juicios, donde poder hablar, reflexionar y avanzar a tu ritmo.

Recuerda: así como vas al médico cuando algo no va bien con tu cuerpo, también puedes acudir al psicólogo cuando algo duele por dentro. Prioriza tu salud mental. No tienes que hacerlo solo.

Tu bienestar empieza con un paso. En Clínica Puerta del Moro estamos para acompañarte.

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Pelotas de tenis: guía completa para elegir y comprar

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Elegir las pelotas de tenis adecuadas es esencial para disfrutar al máximo cualquier partido o entrenamiento. Aunque parezcan iguales (redondas, amarillas y pequeñas) no lo son. El tacto y el golpe en la bola será diferente en función del tipo con la que se juegue. Por ello, tanto jugadores habituales como principiantes deben conocer las diferencias entre pelotas de tenis, sus características y usos para jugar con la más adecuada.

Para resolver dudas, hemos preparado este artículo a modo de guía y ofrecer consejos para comprar las mejores pelotas de tenis según nivel y necesidades. Antes de nada, es importante adelantar varían según su uso: competición, entrenamiento o infantil.

Cada tipo tiene una serie de características específicas en materiales y presión que, al final, redunda en el rendimiento de los jugadores. A la hora de comprar, también hay que tener en cuenta la superficie de juego. ¿Quieres entrar en detalle? Vamos a ello.

Tipos de pelotas de tenis

Pelotas de tenis para competición

Las pelotas diseñadas para competir son las que cumplen con las normativas de la ITF y garantizan la calidad máxima en bote, presión y durabilidad. Para ello, incorporan más cantidad de lana y fieltro natural con el objetivo de aumentar la resistencia y consistencia. Marcas como Dunlop o Wilson US Open cuentan con estas bolas para la alta competición.

Pelotas de tenis para entrenamiento

A la hora de entrenar o de practicar, podemos optar por otros modelos de pelotas de tenis. Las de entrenamiento se caracterizan por haber sido fabricadas pensando más en la resistencia. Por ello, su presión suele ser menor con el ánimo de mantener su bote más ágil y durante más tiempo. Estas pelotas son ideales para jugadores que entrenan regularmente. Además, son más económicas que las de competición.

Pelotas de tenis para niños

Cuando hablamos de menores, las pelotas infantiles son las que mejor se adaptan y facilitan el aprendizaje y el desarrollo técnico. Además, hay modelos que se clasifican por colores y niveles. A la hora de jugar con ellas, estas son más blandas y tienen menor presión, lo que ayuda a controlar el bote y la velocidad. Esto las hace perfectas para la capacidad de los niños y agilizar su mejora.

Cómo elegir las mejores pelotas de tenis

A la hora de escoger las mejores pelotas de tenis, deberemos tener en cuenta lo siguientes puntos:

Material y presión

El material de la boda es, al final, el que va a determinar la durabilidad y sensación al golpear. No en vano, la presión interna es la que va a marcar el rebote: las pelotas presurizadas ofrecen un bote vivo pero se desgastan más rápido; las sin presión duran más aunque con un rebote menos reactivo. La elección depende del uso y preferencia de cada jugador. ¿Qué prefieres tú?

Superficie de juego

Al igual que el material, la superficie de juego es esencial a lahora de comprar una pelota de tenis. Cada superficie tiene sus propias necesidades y requisito. En pista dura, el fieltro más duro resiste rozaduras; en tierra batida, las pelotas con fieltro más suave son mejores. Sin embargo, debemos destacar que existen pelotas multisuperficie que intentan cubrir varios tipos de cancha.

Marcas recomendadas

A la hora de sugerir recomendaciones para comprar pelotas de tenis, debemos hablar siempre de marcas de reconocido prestigio en tenis. En este deporte, destacan modelos las firmas Dunlop, Wilson, Head, Babolat y Slazenger. De ellas, Dunlop Fort y Head Pro se encuentran entre las favoritas en las competiciones y escuelas por su relación entre calidad y precio.

Dónde comprar pelotas de tenis

¿Listo para comprar ya las pelotas de tenis adecuadas a tu perfil de jugador? Si es así, solo te hace falta conocer la tienda adecuada. Puedes ir a tiendas generalistas, pero ahí no encontrarás la variedad de pelotas de tenis que, a buen seguro, vas a querer probar y comprar.

Por ello, en un deporte minoritario como el tenis, es mejor optar por tiendas especializadas. Y, en este mundo,  M1 Tennis dispone de una gran variedad de pelotas de tenis. Entre su amplia oferta, cuenta con packs de pelotas para distintos niveles con diferentes precios que van desde los 4,50 euros hasta las que tienen un coste más elevado. Además, también tienen zapatillas de tenis y ropa, por lo que es el lugar perfecto para preparar ese gran partido que te espera a la vuelta de la semana.

Ahora ya tienes todo lo que necesitas saber sobre pelotas de tenis y cuál te interesa utilizar. Tan solo te queda acudir a una tienda de confianza como M1 Tennis y hacerte con ellas. ¿A qué estás esperando? No lo dudes y hazte ya con esas bolas que te van a ayudar a dar un salto más en tu juego y a disfrutar de tu próximo partido de tenis.

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Playballs, más que un parque de bolas

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Jugar es la forma favorita de nuestro cerebro para aprender 

Desde mayo de 2025, en la calle Eloy Gonzalo, 11 (local 7, antiguo Hook Party) hay un lugar que muchos peques ya reconocen de lejos. Se llama Playballs y su idea es sencilla: que las familias se sientan como en casa mientras los niños juegan de verdad, a su ritmo, con espacios pensados para moverse, trepar y reír.

El centro está dividido en dos plantas con más de cinco metros de altura y conectadas por distintos accesos de subida y bajada. Esa amplitud se nota: el tobogán gigante asoma desde el primer golpe de vista; la tirolina invita a repetir; canasta y portería animan a probar puntería; y los módulos-obstáculos plantean pequeños retos que cambian el juego cada tarde. La edad recomendada va de entre 3 y 4 a 9 y 10 años, siempre según el desarrollo y la confianza de cada niño.

Mientras tanto, los adultos encuentran una cafetería conectada con la zona infantil por grandes cristaleras. Ver y ser vistos. Charlas tranquilas, un café, y la seguridad de tenerlos a la vista sin interrumpir su juego.

Playballs no es solo un lugar para cumpleaños —que también—. Abre de lunes a sábado, a partir de las 17.00, con tardes de juego para quienes buscan plan sencillo y cercano después del cole. Y el calendario crece: talleres y cuentacuentos, propuestas para días sin cole y campamentos; además de fiestas temáticas (la de Halloween, el 31 de octubre) y las Noches Mágicas (un sábado al mes; próxima, 18 de octubre), cuando el plan se alarga un poco más.

Reservas e información: 614 488 535 · playballsvaldemoro@gmail.com.
Redes: @playballsvaldemoro (Instagram y Facebook).
Dirección: calle Eloy Gonzalo, 11, local 7 (antiguo Hook Party).

 

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Primer podio de Irene Sandín en la Mir Racing Finetwork Cup

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El pasado domingo 7 de septiembre, la piloto valdemoreña Irene Sandín, de 15 años, consiguió su primer podio: una peleada segunda posición por solo una milésima, en la primera de las dos carreras disputadas en el Circuito Ricardo Tormo dentro de la Mir Racing Finetwork Cup.

Después de un inicio de temporada complicado, marcado por las caídas y las averías mecánicas, Irene consigue el primero de sus objetivos esta temporada. A falta de cuatro citas para terminar el campeonato se coloca en octava posición de la clasificación general de una parrilla con más de cuarenta pilotos de doce nacionalidades diferentes.

Irene empezó a montar en moto con solo cuatro años y con siete disputó su primera carrera del Campeonato Castellano-Leonés de minimotos, donde hizo su primer podio y consiguió quedar cuarta de la general. Posición que repitió la temporada siguiente, donde además dio el salto a la Copa de España de Minivelocidad. En 2021 dio el salto a los circuitos grandes y consiguió un podio en la última carrera de la temporada del Campeonato Interautonómico de Velocidad. En 2021 es seleccionada para correr la FIM MiniGp Spain Series y logra ser subcampeona del Campeonato de la zona centro. En 2023 vuelve a ser seleccionada para correr la FIM MiniGP Spain Series y logra varios podios y una tercera posición general de la copa ETG Ibérica en el circuito de Braga (Portugal).

La próxima temporada, cambiará de categoría y su vista está puesta en llegar a competir en campeonatos internacionales y, por qué no, en convertirse en la primera piloto de Valdemoro que llega a Moto GP.

El motociclismo es un deporte donde no basta el talento, también hace falta un buen equipo de patrocinadores. Si quieres colaborar, contacta a través de www.irenesandin.com

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Valdemoro obtiene la distinción Destino Turístico Inteligente

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El Ayuntamiento de Valdemoro completa las tareas del Informe Diagnóstico y Plan de Acción DTI (Destino Turístico Inteligente) de la mano de SEGITTUR, un paso previo y necesario para formar parte de las ciudades que están a la vanguardia del desarrollo turístico.

Tras su adhesión a la Red DTI en 2024, el municipio ha apostado por la implantación de la metodología de Destino Turístico Inteligente a través de la Sociedad Mercantil Estatal para la Gestión de la Innovación y las Tecnologías Turísticas (SEGITTUR), entidad pública impulsada apor la Secretaría de Estado de Turismo de España y responsable de la implantación de la metodología DTI en las ciudades candidatas.  Este procedimiento tiene como objetivo mejorar la competitividad en ámbitos como la gobernanza, la accesibilidad, la innovación, la tecnología y la sostenibilidad, a fin de incrementar la calidad de los servicios a turistas y residentes desde la perspectiva de la transparencia y la participación.

La implantación de la metodología DTI en el destino, que se ha materializado en el Informe Diagnóstico DTI, valorado 97 requisitos y 261 indicadores para el conjunto de ejes clave de un DTI, lo que ha permitido valorar cada aspecto de objeto de estudio y proponer un catálogo de recomendaciones.

Tras la finalización de este proceso de diagnóstico, Valdemoro se convierte en Destino Turístico Inteligente Adherido 2025-2027, lo que acredita que ha iniciado la implantación del modelo, un paso previo y necesario para formar parte del grupo de destinos a la vanguardia del desarrollo turístico, al contar con estrategias de futuro en las que están inmersas las áreas de Turismo e Innovación del consistorio.

Programa Destino Turístico Inteligente (DTI)
El programa Destino Turístico Inteligente está promovido por la Secretaría de Estado de Turismo y busta mejorar la competitividad de los destinos turísticos y la calidad de vida de sus residentes, generando mecanismos para incorporar innovación en las ciudades.

A través de este programa, Valdemoro promoverá estrategias respaldadas por una infraestructura tecnológica de vanguardia, que garantice el desarrollo sostenible de su territorio, haciendolo accesible para todos, facilitando la interacción e integración del visitante e incrementando la calidad de su experiencia para los visitantes, al tiempo que se mejora la calidad de vida del residente.

Fuente: Ayuntamiento de Valdemoro

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Clínica Dental Las Aguas con Aldeas Infantiles

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En septiembre refuerza su compromiso social

La Clínica Dental Las Aguas continúa consolidando su proyecto de Responsabilidad Social Corporativa: «Tu sonrisa, nuestra causa: 12 meses cuidando de ti», y en el mes de septiembre ha dado un paso más en su apuesta por la salud de los más vulnerables. Tras realizar en julio diagnósticos bucodentales a familias en situación de exclusión social vinculadas a Aldeas Infantiles, este mes la clínica ha puesto en marcha los tratamientos gratuitos necesarios: higienes y empastes que resultan esenciales para preservar la salud y prevenir problemas más graves.

La iniciativa ha tenido un marcado carácter práctico. Los diagnósticos realizados durante el verano permitieron detectar necesidades específicas en niños y adultos, y en septiembre el equipo de profesionales de la clínica destinó agendas completas a llevar a cabo los tratamientos. Higienes profesionales para reforzar la salud de las encías y prevenir enfermedades, junto con empastes conservadores para frenar caries y evitar complicaciones futuras, han sido los protagonistas de un mes cargado de significado social.

En Clínica Dental Las Aguas destacan que la importancia de estos tratamientos va mucho más allá de lo clínico: «Restaurar una sonrisa es devolver confianza, facilitar la alimentación diaria y mejorar la calidad de vida de familias que atraviesan un momento económico difícil», señalan.

Este nuevo proyecto se suma a un recorrido de acciones que la clínica viene desarrollando a lo largo de 2025: la orientación profesional para jóvenes estudiantes de la rama sanitaria en enero, la formación en salud bucodental para deportistas en febrero, o el taller para pacientes con discapacidad y sus familias en marzo. En mayo, además, ha llevado a cabo la formación en prevención y alimentación a niños hospitalizados en el Hospital Niño Jesús y a familias alojadas en la Casa Ronald McDonald.

Cada iniciativa responde a la visión de que es posible y necesario que las empresas crezcan y, al mismo tiempo, devuelvan valor a la sociedad. La dirección de la clínica subraya que el éxito empresarial y la rentabilidad económica no están reñidos con la solidaridad, sino que son el motor que permite sostener proyectos sociales de impacto real en el tiempo.

No es casual que Clínica Dental Las Aguas sea la primera de la Comunidad de Madrid en ostentar y mantener el sello Madrid Excelente, un reconocimiento a su compromiso con la calidad, la innovación y la responsabilidad social.

En Valdemoro, sigue demostrando que su propósito no es únicamente cuidar de la salud bucodental de sus pacientes, sino también ser un agente activo en la mejora del entorno social en el que trabaja. Y septiembre, con la colaboración de Aldeas Infantiles, ha sido un claro ejemplo de ello.

Si quieres conocer más sobre este proyecto, visitar sus instalaciones o agendar una cita, puedes acudir directamente a la clínica en la Calle Lili Álvarez, 1, Valdemoro, o llamar al teléfono 918 087 405. Además, también puedes seguirles en Instagram en @clinicadentallasaguas.

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El Otoño llega a Plaza Éboli cargado de eventos… ¡Y nuevas aperturas!

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El final del verano es a la vez el inicio de una nueva temporada, nuevas rutinas, vuelta al cole, nuevos hábitos, nuevos planes… Y en el caso del Centro Comercial Plaza Éboli, es el momento de dar la bienvenida a nuevas marcas y eventos que llegan para consolidarse al centro comercial de Pinto.

En las últimas semanas ha llegado a Plaza Éboli la firma deportiva VivaGym, así como Diver Jump, que abrirá muy pronto sus puertas para ofrecer toda la diversión para grandes y pequeños en Planta Baja. Además, vuelve la Feria de Coleccionismo organizada por Retroland Vintage Toys, que se ha consolidado como una de las mejores ferias del sector en Madrid y que se celebrará el segundo sábado de cada mes en Plaza Éboli.

Por si fuera poco, el Festival de Ajedrez vuelve a Plaza Éboli celebrando su segunda edición, convirtiéndose así en uno de los eventos con más afluencia en el que reunirá de nuevo a los amantes de este juego de todas las edades.

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Pan de Madre Tierra

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La importancia de comer pan integral: más nutritivo y mejor para nuestra salud

La principal ventaja de comer pan integral, con respecto al pan blanco, es que aquel es más rico en nutrientes. El pan integral presenta mayor contenido de fibra, vitaminas del grupo B, E, y algunos minerales, como el magnesio, que se ha relacionado con un mejor metabolismo de la glucosa y la insulina.  Su consumo fortalece las defensas presentes de forma natural en nuestro organismo.

Además, el pan integral presenta la propiedad extra de saciar más, con lo que nos ayudará a comer menos cantidad y aporta casi las mismas calorías que el pan blanco, pero con un contenido que multiplica por tres la cantidad de fibra. El pan integral puede ayudar a reducir el riesgo de enfermedades crónicas, como enfermedades del corazón y la diabetes tipo 2. También a regular el azúcar en la sangre y reducir los niveles de colesterol. Es una fuente de carbohidratos complejos, que se digieren lentamente y proporcionan una energía constante durante todo el día.

El pan integral es una opción más nutritiva para los niños en comparación con el pan blanco refinado. Los niños necesitan una dieta equilibrada y nutritiva para un desarrollo adecuado, y el pan integral puede ayudar a proporcionar los nutrientes que necesitan. Además, el pan integral puede ayudar a prevenir el estreñimiento y otros problemas digestivos comunes en los niños.

En Pan de Madre Tierra elaboramos panes integrales 100 %, con masa madre de cultivo y 24 horas de fermentación de diferentes cereales, trigo, espelta y centeno, con y sin semillas. En algunos de nuestros panes integrales combinamos los tres cereales para obtener lo mejor de cada uno en un solo pan. Lo llamamos triple integral, con y sin semillas. También elaboramos centeno integral 100 % con y sin semillas, trigo integral 100 % ,  espelta integral 100% con semillas y espelta integral 100 % con granos de espelta escaldados.

Tenemos un pan que ayuda a bajar el colesterol, una opción de panes bajos en gluten, sin gluten no apta para celiacos, pero sí para intolerantes al trigo: nuestro pan de sarraceno integral 100 %.

Para los que buscan un aporte de proteína extra elaboramos un pan con clara de huevo, leche desnatada, semillas de lino y alga espirulina, además de una mezcla de harinas con mayor contenido en proteínas.

En Pan de Madre Tierra contamos con una gran variedad de panes. Seguro que encuentras el que mejor te sienta.

Visita Pan de Madre Tierra en la calle María Moliner, 26 (detrás del colegio Hélicon). Puedes hacer tus encargos o informarte en el teléfono 623 176 342. Sígueles también en sus redes sociales de Facebook e Instagram (@pandemadretierra).

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Entrevista con Mohamed Said

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Tengo delante de mí a otro valdemundeño. A otro valdemoreño que viene de otro mundo. Un mundo tan cercano y tan lejano de aquí como es Marruecos. Tras once años abriéndose camino en la televisión y en el cine, Mohamed Said acaba de trabajar con el director Alejandro Amenábar en la película El cautivo. Mohamed interpreta a Muley, el carcelero de los prisioneros cristianos de Hasán, el temido Bajá de Argel.

¿Cómo acabasteis en Valdemoro?

Nací en Tetuán, en Marruecos, el 11 de junio de 1987, pero he vivido en Valdemoro desde los nueve años. Mi padre era funcionario, era jefe de estudios en una escuela en Marruecos. Vivíamos bien y mi madre cuidaba de la casa mientras nos criaba a mi hermana Aisha y a mí. Pero a mi padre se le murieron los dos riñones y necesitaba diálisis. Se enfermó muy joven. Ahora lo pienso y digo: «¡Lo que ha tenido que pasar mi padre!». Y mi madre también. En esos momentos, toda su familia, sus hermanos estaban fuera de Marruecos: Alemania, Holanda, Gerona… Mi padre es mi actor favorito, mi ídolo. Me gustaría algún día poder caminar como él. Con eso me valdría. En Marruecos la sanidad no está mal, pero le estaba costando mucho dinero a mi familia. Antes de que todo esto pasara, nosotros veníamos a España de vacaciones. Éramos ese tipo de gente de Marruecos que salía de vacaciones a Europa y regresaba porque no necesitaba nada de Europa. Hasta que mi padre enfermó. Teníamos dos tíos en Holanda y pensamos en mudarnos allí. Recuerdo cómo lloraba mi madre cuando, a nuestra partida, se despidió de sus padres. La inmigración es muy dura. Durísima. Y más cuando es por necesidad de salud. Salimos para Holanda y paramos aquí en Valdemoro, donde vivía mi tío. Justo al día siguiente a mi padre le tocaba hacer diálisis. Mi tío lo llevó al hospital más cercano, que era el Doce de Octubre. Mi padre,  cuando vio cómo le trataban, decidió que nos quedábamos en Valdemoro. Como mi padre estaba enfermo, mi madre se puso a limpiar portales y a trabajar de cocinera en un bar. Trabajaba, quién sabe, quince horas al día. Salimos adelante. No me avergüenzo de decir que nosotros hemos comido gracias a Cáritas, que a nosotros nos han ayudado aquí las monjas, que nos han ayudado familias muy buenas como la de Maricarmen.

En cuanto llegaste a Valdemoro te metieron en el CEIPSO Nuestra Señora del Rosario.

Yo de niño me peleaba mucho. De niño y en la adolescencia. En cuanto entré en la escuela, yo era el Moja de Valdemoro. No había otro. Tú imagínate venir a un pueblo… En ese momento no había otra persona marroquí de mi edad. Había gente más mayor que venía a trabajar. El electricista, el obrero, el fontanero…  El colegio era como el patio de la cárcel. Y los niños se aprovechaban… Yo solo sabía decir sí y no. Porque mi abuelo había trabajado en España. Entonces, cuando discutía en Marruecos con mi abuela lo hacían en español. Y yo solo escuchaba joder, y no. Entonces, los niños me preguntaban: «¿Tú te duchas?» Yo, sin entenderles, les decía no. Y se reían. Entonces tú eres un guarro. Y les decía, de nuevo sin entender, sí, sí, sí. Yo solo decía sí y no. A partir de ahí, mi cerebro interpretaba: si se reían en grupo, algo malo me decían… Y yo le pegaba al niño que me había preguntado. Como no sabía hablar, me defendía peleando. Me pegaba con frecuencia. Y eso me ha hecho fuerte. He sufrido también un poco de rechazo, xenofobia, racismo. Pero lo acepto. No pasa nada. Así es el mundo. No es que haya racismo en España o en Francia. Así somos los seres humanos. Tú bajas a Marruecos y, si eres diferente, del sur de Marruecos y vives en el norte, vas a sufrir racismo. Y si viene un catalán aquí a trabajar a Madrid, pues es el catalán. No critico el racismo. Es terrible. Pero es algo que forma parte del ser humano. Entonces, uno lo tiene que aceptar y luchar contra ello. ¿Cómo? Demostrando que tienes personalidad, que eres buena persona, con buenos valores. Tal vez así, podamos cambiar un poco las cosas.

Te gradúas y vas al IES Villa de Valdemoro.

Me ayudaron mucho en Nuestra Señora del Rosario. Además, aprendí el español en la calle. No había marroquíes, solo había españoles. Es cuestión de supervivencia. Y los niños no eligen. Los niños simplemente juegan. Y jugando se aprende mucho. Tengo amigos que conservo desde mi juventud: Daniel Teruel, Marcos Pantaleón, Francisco Fernández Salmerón, Jesús Rodríguez Oliver… Y, sí, después, fui al instituto Villa de Valdemoro.  Fui muy mal estudiante. No considero que fuese malo, pero era muy travieso, soy muy hablador y en clase no paraba. Repetí segundo y tercero. Ya no podía repetir más y me echaron. Había una profesora en el instituto… obviaré su nombre, pero si lee esta entrevista posiblemente ella recuerde esta anécdota. Yo tenía a esta profesora frita. Creo que a lo mejor agoté un poco su paciencia… jamás fui un niño irrespetuoso. Jamás le falté el respeto a ningún profesor. Más que nada, porque mi padre se encargó de eso. Fue muy duro conmigo con ese tema. En fin, un día, la profesora nos preguntó qué queríamos ser de mayores. Y mis compañeros comenzaron a responder,  pues yo astronauta, yo policía… Me acuerdo que tenía quince años. Cuando me preguntó a mí, le dije que quería ser peleador porque, para entonces, yo hacía kickboxing. Como estaba harta de mi comportamiento, me dijo: «No. ¿Tú sabes lo que vas a ser? Tú vas a ser un payaso». Creo que, en ese momento, se dio cuenta de que había metido la pata y fue consciente de que humillar a un niño así, delante de toda la clase, no está bien. Tal vez por eso, se corrigió y dijo: «No, ¿sabes lo que vas a ser? Podrías ser actor». Me gustaría mandar un saludo a esa profesora porque su predicción se ha hecho realidad.

¿Eres creyente? ¿Eres musulmán?

Soy creyente y pienso que Dios coloca a las personas donde tienen que estar. Soy musulmán. Me gustaría practicarlo más. Evidentemente, para nada extremista. Y si fuese extremista, sería en la bondad, no en otra cosa. En un mundo tan confuso, tener algo claro es muy difícil. Y sí, soy creyente y creo en el único Dios, que es el mismo de los cristianos. Cuando conozco a alguien que siente cierto rechazo hacia los musulmanes, le hago la misma pregunta. ¿A cuántos musulmanes conoces? ¿A cuántos has visitado en su casa? ¿Con cuántos has compartido una comida? ¿Con cuántos has dialogado? Y me dicen que ninguno. Debemos dialogar.  Escucharnos un poco. Y pensar que a las personas también les duelen las cosas. Todos tenemos la sangre roja. Todos cagamos sentados. Y está genial que España tenga unos principios laicos. Si no los tuviera, yo no podría tener mi fe. Eso es lo bonito. Lo pone en la Constitución. Y lo bonito de España es que tú puedes creer en lo que quieras. Nunca deberíamos  identificar una religión con la política. Porque los movimientos políticos siempre tienen un interés con un beneficio o algo detrás y la religión no busca eso. Es algo intrínseco del ser humano. Es algo individual que se puede convertir en colectivo. De la religión, o religiones, he aprendido mucho. Son bonitas. Te ayudan a luchar contra tus deseos. Eso me parece espectacular. Luchar contra tus deseos es lo que te da la libertad.

Dices que no pudiste continuar en secundaria. ¿Conseguiste graduarte?

Tenía a mi pobre padre frito. Él, en Marruecos tuvo un taller de chapa y pintura. También una barbería. Me dijo que o aprendía un oficio o me ponía a trabajar. Así que me matriculé en chapa y pintura en el Arzobispo Morcillo. Aprobé todo el primer año, pero el segundo lo dejé. Le dije a mi padre que yo no iba a ser chapista en la vida. No era lo mío. A mí me gustaba mucho el rap. Yo hacía rap con mis colegas y hacía graffitis. He pintado muchísimo graffiti. Así que me apunté a clases de carboncillo en la Casa Juventud, con Antonio Portero. Y llegué a ganar premios de diseño gráfico y de graffitis aquí en Valdemoro. Siempre me ha gustado la expresión artística, cualquiera que fuera. Pero también necesitaba dinero y a los 17 años me metí a trabajar de portero de discoteca. De seguridad. Estuve trabajando en el Yacaré, en el Super 8, en el Hit…

Ponerse a trabajar hace que uno vea las cosas de otro modo.

Ahí empezó mi vida de verdad. Entendí la parte negativa de la noche. Aprendí a cómo tratar al ser humano, porque el ser humano, al fin y al cabo, es un perro que mide a otro perro. Empecé a trabajar, me pasaba todo el día en la calle con mis amigos y me di cuenta de que me faltaba algo. Me faltaba algo y era cuarto de la ESO. Entonces me apunté a hacer cuarto de la ESO a distancia. Ahí tuve otro percance. También necesito contarlo. Me matriculé y me lo tomé en serio. Comencé a sacar buenas notas.  Quería sacarme el graduado escolar. Aprobé todos los exámenes del primer trimestre y me llamaron de secretaría. El director quería hablar conmigo. Fui a su despacho y me dijo: «Mohamed, hemos visto que te has matriculado. Has pagado las tasas, pero, desafortunadamente, no te hemos dado de alta. Por lo tanto, aunque apruebes, no te vamos a poder dar el graduado escolar. Lo único que podemos hacer es guardarte las notas, darte de alta al próximo año y darte el graduado escolar después de un año». Le pregunté: «¿Y por qué no me habéis matriculado?». El director se quitó las gafas y me dijo: «Mira, Mohamed, muchos paisanos tuyos se apuntan para conseguir los papeles y luego no vienen a clase. Entonces, esa plaza queda libre y no la disfruta otro. Creímos que serías uno de esos marroquíes». Le di las gracias y me fui. Le dije que no me guardaran la nota. Perdí ese año. Al siguiente, me apunté en un instituto de Leganés que se llama Rosalía de Castro. Allí me saqué el graduado. Si analizamos la historia, puede que el director de la escuela de adultos en Valdemoro tuviera razón. Lo que pasa es que ese día, conmigo, se equivocó. Y está perdonado. Ya está, no pasa nada.

Tu padre quería que estudiaras una carrera.

Es lo que siempre había querido mi padre. Pasaron los años y, a los 25, aprobé el acceso a la universidad. Le dije: «Papá, toma, puedo ir a la universidad, pero no quiero ir a la universidad». Es una lucha. Es una lucha conmigo mismo, claro. Quería demostrarle a mi padre que podía, pero no quería. No quería un trabajo de oficina. El dinero no era importante para mí. Yo quiero trabajar en lo que a mí me gusta. Y así educaré a mis hijos. Siempre me ha gustado la interpretación. Siempre me ha gustado el cine. Quería ser como los personajes de las películas. No como los actores. Quería ser como los personajes que interpretaban los actores. Siempre he tenido un ojo crítico. Prestaba atención. No veía una película por ver una película. Yo veía la película y sentía. Y soy una persona sensible y siento lo que le pasa al personaje.

¿Cuándo te decides a ser actor?

Yo tendría 25 o 26 años y salió la serie de El Príncipe. Y me dice mi hermana: «Estoy viendo la serie y tú tienes que estar ahí, porque es que te veo ahí». Yo lo veía muy difícil, pero me convenció para que me apuntara en una agencia. Al año siguiente, me proponen un casting. Mi primer casting de ficción. ¿Para qué? Para El Príncipe. Para la Temporada 2. Por aquel entonces yo era un desastre y no miraba mi correo nunca. Y de repente, no sé por qué, por cosas de Dios, abro el mail. Y veo tres, cuatro emails y el último que dice: «Mohamed, como no contestes a este mail, pierdes el trabajo para la serie de El Príncipe». Se me cayó el móvil de las manos. ¿A quién tengo que contestar? Llamé a la agencia para decirles que sí que me interesaba. Que quería trabajar. Hice la prueba con la directora de casting, Rosa Estévez, que a día de hoy todavía me da trabajo. El personaje que me dieron para El Príncipe es de reparto. Empecé directamente en el reparto. Ni es secundario, ni es figuración, ni un papel pequeño. No sé por qué. Así fue. Fui a la prueba y me preguntaron si era actor y les dije que no, pero que podía hacer lo mismo que un actor. Se echaron a reír. Fíjate en mi ignorancia. «¿Qué hace un actor que no pueda hacer yo?», pensaba. Pero hay veces que hay que pecar de valentía. Me pidieron que interpretara a un camarero. Nos traen una mesita, un platito pequeño, una cuchara y una tacita de café vacía. Y me dijeron que la prueba consistiría en que yo atendiera a un cliente y le sirviera un café. Me pongo a limpiar la barra, viene el cliente y le atiendo. Y cuando voy a ponerle el café, se me cae el vaso. En ese momento,  pedí disculpas y paré la prueba. Me cogieron para el papel porque les gustó la naturalidad con la que reaccioné cuando se cayó el vaso. Me cogieron para interpretar a un terrorista en la serie. Estoy encantado de haber sido un terrorista en El Príncipe. Desde entonces, me apasiona la interpretación. Esa necesidad de meterte en la piel de un personaje porque quieres conocer al asesino. Quieres conocer al fracasado. Quieres conocer a una persona exitosa. Es el arte de contar mentiras diciendo la verdad. Y es muy difícil llegar a poder optar a un papel pequeño. ¿Por qué? Porque todos quieren ese papel pequeño. Porque todos quieren demostrar que son mejores que tú.

¿Te has formado como actor a partir de entonces?

Hice un curso intensivo de seis meses en Central de Cine, en Madrid. Me lo pasé bien y entendí ciertas cosas. Nada más. He aprendido a trabajar en rodajes. Fijándome en cómo trabajan los buenos actores. He leído… Tengo un cuaderno donde escribo cómo puedo mejorar… En enero se cumplirán once años desde que pisé el set de rodaje de El Príncipe. Ese mismo día conocí a José Coronado. Ya llevo quince proyectos: once series y cuatro películas. Volví a interpretar a un terrorista en la segunda temporada de la serie danesa Dicte. Algunas personas me dicen que ya soy actor. Yo les digo: «Hoy sí; mañana, Dios dirá.» Ahora, con un papel secundario en El cautivo (Alejandro Amenábar, 2025) me escribe gente famosa dándome la enhorabuena porque les gustó mucho el personaje.

¿Cómo conseguiste trabajar en El cautivo con Alejandro Amenábar?

Mi representante se llama Stephanie Fechenbach y mi agencia es Film&Stage. Es la misma agencia que la de Roberto García, compañero y amigo de profesión, que ya entrevistasteis en La Revista de Valdemoro. A comienzos de 2024, me llaman de la agencia y me dicen: «Moja, ha entrado un casting…» Yo venía de hacer una serie que se llama Marbella, de Movistar Group, en la que interpreto a un personaje secundario. El mensaje que me enviaron de la agencia terminaba con: «Es una película de Amenábar». Me toco la frente y le digo: «Stephanie, ¿tienes que decirme que es una película de Amenábar? ¿No podías ahorrarte esa información?». No dormí en unas cuantas noches. A-me-ná-bar. Fui sin guion. No nos dieron guion. Normalmente te dan un guion y tienes un par de días para preparártelo. Voy a Madrid y el casting lo llevan Eva Leira y Yolanda Serrano. Las mejores directoras de casting de España. Llego con tiempo. Me tomo un café y me paso por el Cine Callao. Siempre que voy a un casting al centro de Madrid, procuro pasarme antes a ver el Cine Callao y el Cine Capitolio. Me digo: «Ahí estaré pronto». Media hora antes, me escribe mi representante y me envía la separata. Y le digo: «Pero Stephanie, ¿no habías dicho que era improvisado?». Y me responde: «Nos lo acaban de enviar ahora mismo. Dicen que te lo aprendas en media hora y subas». Fíjate lo que hacen para ver cuál es tu capacidad de memorizar el personaje y cómo hacerlo aunque te equivoques. Porque ellos no quieren que te lo sepas al cien por cien. Ellos quieren que te sepas desenvolver. Y la primera prueba fue la escena de la película en la que los curas trinitarios vienen a negociar el dinero del rescate de los esclavos. Salí bastante satisfecho. Me fui a casa rezando. A la semana siguiente, me pidieron que volviera. Tuve que hacer otra escena. Esta vez era una escena violenta. Agresiva. Luego nos hicieron reír. Lo peor que se me da es reírme. Porque pienso que una risa falsa es odiosa. Comenzamos a reír y nos pidieron que no dejáramos de hacerlo. Estuvimos riendo durante unos minutos. A los diez días, me pidieron que fuera de nuevo. Esta vez quería verme el mismísimo Amenábar. Ya llevo dos castings, este es el tercero. Cuando llegué, Alejandro me pregunta: «¿Cómo estás?». Y yo le suelto que llevo un mes sin dormir. Y él me dice: «¿Pero, por qué?». Le respondo: «Porque esto significa mucho para mí». Alejandro me pidió que interpretara la escena en la que dejo escapar a Cervantes de la prisión. En ese momento, me arriesgué. Cogí a Amenábar del brazo e interpreté la escena, mirando a los dos lados primero y luego dirigiéndome a Alejandro, como si él fuera Cervantes. Yo sabía que debía romper el muro que nos separaba en ese momento, pero fue un acto arriesgado. Afortunadamente, funcionó.

Las artes marciales te han ayudado a lo largo de la vida. ¿También para actuar?

De pequeño, en Marruecos, con cinco añitos, yo ya estaba en la calle. En la calle los niños te enseñan a defenderte. Entonces yo sufrí acoso, lo que llaman ahora bullying, aunque a mí no me gusta llamarlo así. La vida empieza cuando sales a la calle y los niños abusan de ti y tú no te dejas. Mi padre también era karateca, pero no encontramos clases de karate y me metió en taekwondo. Me encantaba. Mi padre hacía katas conmigo en casa y me gustaba mucho. Salíamos a correr juntos y empecé a hacer artes marciales porque los niños abusaban de mí. Cuando llegamos a España, no teníamos dinero para apuntarme a nada. Así que jugaba en el colegio al fútbol, pero era muy malo. Al baloncesto no era mucho mejor. Al final, conseguí apuntarme a judo, pero no en Valdemoro. Participé en un par de competiciones y me gustaba. Pero no conseguí ser aceptado por los compañeros porque era extranjero. A los quince años, comencé con el boxeo y el kickboxing. Me gustó mucho. El arte de pegarse es muy bonito. Se crea un diálogo sin palabras. Y uno habla con su compañero. Compañero, no adversario. Aprendí a pelear con deportividad. Las artes marciales me dieron seguridad frente a los problemas en el patio del colegio. Me enteré que había un hispano-marroquí, Rafi Zouheir, en el paseo de la Chopera que enseñaba Muay Thai y me apunté. Con 18 años, ya trabajaba de portero y empecé a entrenar de forma más intensa. De hecho, uno de mis compañeros ha peleado en Asia, otro fue campeón de España no sé cuántas veces y otro tiene un europeo… Y yo me pegaba con ellos. A los 21 años, seguí trabajando de portero en Madrid y conocí a gente que en el mismo gimnasio hacía Jiu-Jitsu brasileño. A los 21 años, al año siguiente, tuve mi primera pelea en MMA, y gané. Fuimos a pelear al País Vasco, a Barcelona, y nos reímos mucho. Hice buenos amigos. El deporte de contacto hace hermandad. A los 25 años dejé ese gimnasio y vine aquí a Valdemoro a dar clases de Jiu-Jitsu brasileño y MMA. Aquí la gente todavía no sabía lo que era eso. Lo dejé porque en una competición se me rompió la rodilla. De hecho, me tienen que operar este año. El haber vivido ciertas cosas, unas buenas y otras muy feas, me ha dado seguridad para ponerme delante de una cámara y no tener vergüenza.

¿Qué planes de futuro tienes?

Me encantaría ser actor y, gracias a esta película, espero conseguir muchos más papeles. Pero tengo una hija y un hijo pequeños y debo darles de comer. Haré todos las pruebas que pueda, pero, hasta que consiga trabajo, voy a hacer un curso de guardia de seguridad. Espero que ese trabajo me permita llevar dinero a casa hasta que se cumpla mi sueño. De momento, disfruto lo que tengo. Me hace ilusión que me entreviste La Revista de Valdemoro. Considero que esta villa es mi casa. Conozco Valdemoro mejor que la palma de mi mano. Y ahora lo que quiero es que Valdemoro me conozca a mí.

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No es fácil perseguir sueños con los pies en la tierra. Mantener el equilibrio en esa posición imaginaria es propio de personas que tienen clara su pasión y muestran una gran seguridad ante el mundo. Mohamed Said no ha tenido una vida fácil, pero ha sabido sacar aprendizaje de cada reto al que ha debido enfrentarse. En este mundo cada vez más global, más plural y más heterogéneo, Mohamed tiene las herramientas necesarias para conseguir todo lo que se proponga. Mohamed Said va a dar que hablar (bien, siempre bien) y va a llevar el nombre de Valdemoro siempre consigo.

Texto: Fernando Martín Pescador

Fotografía: NcuadreS

 

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El Hospital de Valdemoro colabora con la asociación “Vida y Corazón”

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Acaban de inaugurar el proyecto “Valdemoro Cardiosaludable”, una iniciativa local de referencia en la promoción de la salud cardiovascular

El Hospital Universitario Infanta Elena -perteneciente a la red sanitaria pública de la Comunidad de Madrid- colabora con la asociación “Vida y Corazón” de Valdemoro, que ha inaugurado recientemente el proyecto “Valdemoro Cardiosaludable”, una iniciativa que refuerza el compromiso compartido de ambas instituciones  con la prevención cardiovascular y la promoción de la actividad física entre los vecinos de la localidad.

El nuevo espacio, ubicado en el Parque Duque de Ahumada, junto al Centro de Mayores de Valdemoro, cuenta con modernas máquinas deportivas al aire libre financiadas con los fondos recaudados por la asociación -15.000 euros- gracias a donaciones y eventos solidarios desarrollados a lo largo de los dos últimos años. El proyecto ha sido posible gracias a la colaboración del Ayuntamiento de Valdemoro, que ha cedido el espacio, de empresas locales, Fundación “la Caixa” y de la comunidad educativa del Colegio Lagomar, y su inauguración contó con representantes de estas instituciones junto a profesionales del hospital valdemoreño.

16 años de existencia

Fundada en 2010 por pacientes que habían completado su programa en la Unidad de Rehabilitación Cardiovascular del Infanta Elena, “Vida y Corazón” nació con el objetivo de llevar más allá del hospital los hábitos saludables aprendidos durante su recuperación, promoviendo la educación sanitaria, el ejercicio físico y la solidaridad.

Desde entonces, la asociación ha crecido hasta convertirse en un referente local, con una web activa (www.asociacionvidaycorazondevaldemoro.org) y el apoyo de reconocidos deportistas como el ex jugador de vóley Rafa Pascual, el ex futbolista Iker Casillas y la atleta de triatlón adaptado Eva Moral, que apadrinan su labor.

“Ha sido un camino largo, a veces silencioso, pero siempre lleno de ilusión”, afirma el Dr. Koldo Villelabeitia Jaureguizar, jefe del Servicio de Rehabilitación del Hospital Universitario Infanta Elena, y uno de los fundadores de la asociación, de la que actualmente es vicepresidente. Por su parte, Martín de la Fuente, presidente de la asociación, agradece “a todas personas e instituciones que han hecho posible este recorrido y proyectos como ‘Valdemoro Cardiosaludable’, que permiten crear un entorno cardiosaludable para los vecinos de nuestro municipio”.

“Nuestra mayor satisfacción es comprobar cómo el trabajo conjunto entre pacientes y profesionales puede traducirse en una comunidad más sana y activa, en la que la prevención y la rehabilitación cardíaca se viven cada día en la calle”, añaden.

Múltiples actividades divulgativas

Durante estos 16 años, “Vida y Corazón” ha desarrollado múltiples actividades de sensibilización, como charlas divulgativas, jornadas del Día Mundial del Corazón y programas de ejercicio al aire libre, siempre en coordinación con el hospital y su Unidad de Rehabilitación Cardiovascular, pionera en la atención integral de pacientes tras un evento cardíaco. La colaboración entre profesionales sanitarios y pacientes expertos ha permitido consolidar un modelo de continuidad asistencial que trasciende las paredes del hospital y convierte la experiencia clínica en compromiso social.

Con proyectos como “Valdemoro Cardiosaludable”, la asociación “Vida y Corazón” y el Hospital Universitario Infanta Elena reafirman su propósito común: mejorar la calidad de vida de las personas con enfermedad cardiovascular y promover una cultura de salud basada en la prevención, la educación y la participación ciudadana.

Hospital Universitario Infanta Elena

El Hospital Universitario Infanta Elena, ubicado en Valdemoro, da asistencia a los habitantes de Valdemoro, Ciempozuelos, Titulcia y San Martín de la Vega, así como a otros ciudadanos procedentes de otras áreas de salud, manteniendo los objetivos de alta calidad asistencial, tecnología de vanguardia, eficiencia y profesionalidad.

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¡Ya disponible nuestro Nº 112!

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El mes de septiembre marcó el regreso a la actividad en Valdemoro con numerosos eventos culturales, sociales y festivos. Entre el 5 y el 8 se celebraron las fiestas en honor a Nuestra Señora del Rosario, despidiendo el verano. Durante el mes, se pudo visitar la exposición de acuarelas de José Luis Martín Rodrigo en la Biblioteca Ana María Matute y la muestra «Más allá de lo visible» de J. Javier Rodríguez en el Centro Cultural Juan Prado, con obras de pintura, escultura y cerámica que se podrá visitar hasta finales de octubre.

Uno de los momentos más significativos fue la procesión extraordinaria del 20 de septiembre, cuando el Santísimo Cristo de la Salud y Nuestra Señora del Rosario recorrieron juntos las calles del municipio por primera vez después de cincuenta años. Ese mismo día, la Plaza de Toros acogió el Día del Caballo, destacando por su ambiente tradicional y festivo.

El 21 de septiembre, la asociación AFAV organizó su marcha solidaria por el Día Mundial del Alzhéimer, con un recorrido urbano accesible. También se celebró el Día Europeo de la Movilidad en el parque Tierno Galván, con actividades educativas para niños, con un circuito de karts enfocado en la educación vial.

El cine también tuvo protagonismo: el 18 se presentó el cortometraje Aranjuez, bastión de libertad en Restón Cinema, y el 25 se proyectó El cautivo, de Alejandro Amenábar, con la presencia de dos valdemoreños participantes en la producción.

El día 28, el Teatro Municipal Juan Prado reabrió tras su remodelación con la comedia Una madre de película, protagonizada por Toni Acosta. Al día siguiente, el Hospital Universitario Infanta Elena acogió una jornada de prevención cardiovascular en el marco del Día Mundial del Corazón, destacando la Marcha del Corazón.

Ya en octubre, se ha celebrado la XX Feria Barroca, que conmemora la concesión real para organizar mercados, con múltiples actividades culturales en la plaza de la Constitución.

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Exposición fotográfica de la Escuela Zoom Hélicon

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La sala de exposiciones de la Estación Centro Cultural acogerá desde el 16 de octubre la exposición Cuerpos y miradas, una muestra de fotografías de Escuela Zoom Hélicon que podrá visitarse hasta el 12 de noviembre.

La muestra centra la mirada en “el cuerpo que nos acompaña durante toda nuestra vida”, cobijo de placeres y alegrías y también de torturas, punto y límite que nos conecta y nos separa del mundo y que ha sido, a lo largo de la historia de la fotografía, punto de interés de innumerables creadores, desde Helmut Newton, hasta Robert Mapplethorpe, pasando por las poéticas imágenes de Francesca Woodman o las performativas instantáneas de Cindy Sherman.

Ahondando en esas búsquedas, Cuerpos y Miradas reúne las propuestas de los alumnos de Zoom Hélicon escuela de fotografía, que abordan el cuerpo humano desde diferentes perspectivas. Cada fotógrafo presenta una imagen única que refleja su visión estética, sus inquietudes y su interpretación personal del cuerpo, dando lugar a una enriquecedora muestra colectiva que enseña el cuerpo como forma, pero también como centro de reflexión, identidad y emoción.

Como antes Sally Mann o Nan Goldin, que narraron la vulnerabilidad y la intimidad de lo cotidiano, los alumnos exploran temas como la fragilidad, la fuerza, la familia, el paso del tiempo o la enfermedad. Se trata de imágenes que ofrecen múltiples visiones entre las que se enlaza lo personal y lo universal y que invitan al espectador a reflexionar sobre cómo percibimos nuestro propio cuerpo y el de los demás. La muestra establece, en definitiva, un diálogo histórico y contemporáneo sobre las dimensión física y emocional del ser humano.

EXPOSICIÓN CUERPOS Y MIRADAS Del 16 de octubre al 12 de noviembre. La Estación Centro Cultural. C/ Formentera, 5. Inauguración: 19:00 h. Visitas: de lunes a viernes, de 16:00 a 21:00 h. Entrada libre.

Fuente: Ayuntamiento de Valdemoro

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