Entrevistamos a la doctora Victoria Ortola Vercher, especialista en ginecología, para hablar sobre la importancia de las revisiones mamarias y su frecuencia. La doctora Ortola destaca la relevancia del cribado del cáncer de mama para detectar la enfermedad en etapas tempranas. Con ella abordaremos la frecuencia con la que debemos hacer las pruebas y los riesgos que conllevan.
¿Son importantes las revisiones mamarias? ¿Para qué?
Por supuesto, gracias al cribado del cáncer de mama se ha conseguido diagnosticar en estadios iniciales esta enfermedad, aumentar la eficacia de los tratamientos y mejorar la tasa de supervivencia.
¿Con qué frecuencia deben las mujeres hacerse estas revisiones?
Las revisiones ginecológicas, y también las mamarias, deberían ser anuales, incluyendo exploración ginecológica y solicitud de pruebas oportunas. En concreto, la mamografía y eco mama deberían hacerse de forma anual o bianual, teniendo en cuenta el riesgo que presenta la paciente para desarrollar un cáncer de mama, que incluye la edad y los antecedentes personales y familiares que presente.
¿Cuándo es necesaria una mamografía?
Además de la prueba de cribado, es imprescindible una mamografía ante la aparición de dolores, secreción, bultos u otros cambios.
Una de las preguntas más frecuentes acerca de esta prueba es si la mamografía es dolorosa.
La mamografía no precisa de pinchazos ni inyecciones. La mayoría de pacientes la consideran molesta, ya que se ejerce compresión del pecho para poder valorar las estructuras, pero en muy pocos casos se considera dolorosa. Influyen factores como la morfología de la mama, el tamaño o la presencia de cicatrices previas. En la actualidad, y gracias a los avances tecnológicos, los aparatos de mamografía son mucho más precisos y necesitan de menor compresión de la mama, lo que hace que la prueba sea más llevadera.
¿La radiación de la mamografía plantea riesgos para la salud?
Con los aparatos de los que disponemos actualmente, la radiación es mucho menor de la que proporcionaban los mamógrafos antiguos, siendo esta asumible sin aumentar el riesgo de complicaciones o secuelas futuras. Claro está que es una prueba de la que no podemos abusar, pero una vez al año no supone una elevación significativa de riesgo futuro. La ecografía, en cambio, es una prueba totalmente inocua y sin radiación, por lo que además de ayudar en el diagnóstico y cribado de lesiones puede servir para el seguimiento en ciertas ocasiones.
¿Cómo programo una mamografía?
La mamografía, al igual que todas las pruebas diagnósticas, debe ser indicada por un médico especialista. En este caso el especialista en ginecología es quien solicita las pruebas indicadas en cada caso y pone en contexto clínico a radiología para después interpretar y valorar los resultados para pautar las pruebas complementarias o controles necesarios.
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