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Claves para conseguir el peso ideal sin poner en riesgo nuestra salud

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Conocer cómo funciona nuestro cuerpo es fundamental para mantener una buena línea

Las navidades están a la vuelta de la esquina y muchas personas miran con pavor esta festividad en la que los excesos de comida son casi inevitables. Parece que la época de verano queda muy lejos pero lo cierto es que, con la entrada en el estrés de la rutina, nuestro cuerpo no ha tenido tiempo para estabilizarse y afrontar los nuevos excesos que las navidades traen consigo.

Los malos hábitos del día a día hacen que comamos poco y mal, lo que se traduce en esos kilos de más que no conseguimos eliminar. En este nuevo reportaje de La revista de Valdemoro contaremos con la ayuda de Raquel Ramírez, nutricionista y dietista del centro Metabolic Zen de Valdemoro para hablar sobre los errores más habituales que cometemos a la hora de perder peso y conoceremos más de cerca cómo funciona nuestro cuerpo para poder así mantenernos sanos y en nuestro peso ideal.

Cualquier persona que quiere perder algunos kilos lo primero que se plantea es comer menos de lo habitual y, en la mayoría de los casos, comenzar algún tipo de dieta recomendada por familiares o vecinos. Nada más empezar ya hemos cometido los dos primeros errores más comunes a la hora de afrontar una pérdida de peso: reducir la cantidad de alimento que ingerimos y someter a nuestro cuerpo a una dieta que, en la mayoría de los casos, supondrá carencias alimenticias que provoquen una malnutrición.

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z4Comer menos en realidad empeora la situación, cuando el metabolismo es demasiado lento, hasta un alimento como la lechuga  el cuerpo la metaboliza y la  convierte en grasa,  en definitiva, el organismo deja de  hacer su función quemar las grasas.  Hasta los alimentos más saludables pueden provocar esto si el sistema metabólico necesita repararse. Mantener una dieta basada en verduras, productos bajos en grasas y sin legumbres, ni hidratos, ni  grasa  puede desembocar, en su desarrollo, una resistencia a los carbohidratos. De esta manera, cualquier alimento  que llega a nuestro sistema, hasta las verduras, nuestro organismo la transforma en azúcares y se almacenan como grasa en lugar de ser metabolizado y quemado.

Para bajar de peso de manera saludable debemos conocer qué ocurre dentro de nuestro cuerpo. Por ello, debemos saber qué es el metabolismo y cuál es su función. El metabolismo es un proceso que consiste en reacciones químicas que ocurren en las células que transforman el alimento que ingerimos en calor y combustible o en sustancia (músculo, grasa, sangre, hueso). Por el simple hecho de vivir, el metabolismo de todas las personas está en continuo funcionamiento, quemando o construyendo. Respirar, pensar o movernos son acciones que requieren de energía que únicamente se puede obtener a través de la ingesta de alimentos y su posterior metabolización.

Un metabolismo sano y funcional nos permite tener la cantidad exacta de energía disponible, una cantidad adecuada de  energía de reserva lista para ser usada, así como una estructura fuerte y estable. Este objetivo sólo se puede cumplir con la correcta ingesta de todos los alimentos que nos aportan la energía y nutrientes necesarios. De lo contrario, nuestro cuerpo comenzará un proceso de pérdida de nutrientes, vitaminas y energía denominado inanición.

La razón por la que no morimos, aunque no comamos, se debe a que el cuerpo encuentra alimento a pesar de que este no se ingiera. ¿De dónde se obtiene el alimento entonces? De Nuestro Tejido Muscular. Se ha demostrado que lo que nuestro cuerpo hace para seguir vivo es recurrir primero a la masa muscular antes que a las reservas de grasa. Aunque sería ideal que fuera al revés, lo cierto es que nuestro cuerpo recurre a sus propios tejidos en busca de combustible porque la grasa se almacena para consumir en casos de emergencia. Cuando nos saltamos alguna de las cinco comidas recomendadas al día estamos obligando al cuerpo a ponerse en funcionamiento, sin antes haberle suministrado el combustible necesario. Esto se traduce en un maltrato para nuestro metabolismo que se ve alterado.

Otras de las creencias erróneas más popularizadas es la afirmación de que cada persona posee un metabolismo diferente y no se puede cambiar. Si bien es cierto que cada persona es muy diferente y posee un metabolismo determinado, no es completamente exacto que este no pueda experimentar modificaciones. Existen diferentes factores como los conservantes incluidos en algunos alimentos o el estrés que alteran el ritmo de nuestro metabolismo y pueden ralentizarlo, lo que se traduce en un aumento de las reservas de grasas.

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Uno de los motivos por los que hacer dieta tras dieta desacelera el metabolismo es porque el cuerpo interpreta la privación de alimento como inanición. La inanición estresa las glándulas suprarrenales, las cuales, a su vez, inducen una cadena de reacciones químicas en el cuerpo que suprimen la producción normal de las hormonas que  promueven la quema de grasa (T3) y favorecen una mayor producción de una hormona tiroidea (Tr3), que fomenta el almacenamiento de la grasa. Básicamente, la hormona encargada del almacenamiento de grasas bloquea los receptores hormonales en todo el cuerpo, en particular en el abdomen, los muslos y las nalgas e impiden que la hormona que quema las grasas pueda realizar su trabajo.

A pesar de esto no debemos pensar que la hormona encargada de retener la grasa es perjudicial para nosotros pues sin ella tendríamos que comer cada dos horas o por el contrario moriríamos. Como consecuencia de este proceso, el metabolismo baja la velocidad, y entonces nuestro cuerpo comienza a almacenar todo lo que comemos como grasa, hasta los alimentos saludables. La única forma de revertir el proceso es acelerar el  metabolismo para reactivarlo, y la mejor forma de empezar es deshacerse de las antiguas creencias erróneas sobre la comida que ejercen presión sobre nosotros.

Cuando experimentas estrés, el excedente de hormonas producido estará influido  por lo que has estado comiendo. Si nutres tu cuerpo con alimentos adecuados durante las situaciones de tensión, no acumularás tanta grasa como la que quemes. El estrés provoca que el metabolismo se ralentice, porque el sistema detecta la emergencia y entra en modalidad de almacenamiento de grasas.

Si no comes lo suficiente, la prioridad principal de tu cuerpo es conservar la grasa además de generar más grasas de los pocos alimentos que consumes con el fin de hacer frente a la emergencia que se presenta. Cuando te alimentas de comida rica en nutrientes y de forma adecuada, el cuerpo se relaja y considera que la emergencia ha terminado, comenzando de nuevo a quemar la grasa como combustible, incluso si se trata de un  helado o de una pizza.

Al igual que el metabolismo se altera para hacerse más lento, también se puede modificar para un mejor funcionamiento que facilite la quema de grasas. Lo primero que tenemos que hacer es cuidar y alimentar a nuestro hígado ya que es un órgano vital y esencial para mantener a todos tus sistemas corporales en marcha. Más de 600 funciones metabólicas conocidas ocurren a través del hígado. Este actúa como filtro de la sangre que recorre el tracto digestivo y produce carnitina, sustancia que guía a las grasas hasta las mitocondrias, que son los diminutos centros de energía, o conversores de grasa, de tu cuerpo. Los niveles de carnitina en el organismo determinan cuánta grasa puede ser transportada y quemada. Esta simple relación entre el hígado y los conversores de grasa en energía puede influir hasta en un 90% de tu quema de grasas, determinando tu velocidad metabólica.

zRestablecer un ritmo metabólico normal que nos permita mantenernos en nuestro peso ideal pasa por adoptar una buena conducta alimenticia. Comer rico, variado y en las cantidades necesarias es imprescindible para que nuestro sistema metabólico esté activo y absorba los nutrientes. Algo que tenemos que tener muy presente es que, como nos cuenta Raquel Ramírez, no se engorda por comer mucho sino por comer mal. También destaca que ante todo debemos evitar las comidas precocinadas, con grasas  saturadas y  llenas de conservantes y volver a cocinar porque en ello esta nuestra salud y la de nuestros hijos. Consumir productos biológicos  o beber un vaso de agua después de ingerir alcohol ayuda a que nuestro hígado no sufra. También deberemos limitar el consumo de bebidas azucaradas, refrescos y el café.

Realizar ejercicio físico también es muy importante aunque esto no se traduce en grandes sesiones de gimnasio. Nuestra nutricionista recomienda tres días de ejercicio; un día  a la  semana ejercicio cardiovascular como por ejemplo andar  una hora a paso ligero; otro día, realizar algo de ejercicio de musculación ya que es importante para conseguir eliminar grasas y tener un buen tono muscular; por último deberemos dedicar un día de relajación, es muy importante realizar alguna actividad de relajación como la sauna, clase de yoga o de estiramientos o, incluso, un baño de sales en casa. Si vamos a realizar una actividad física exigente debemos  alimentarnos adecuadamente para cada tipo de ejercicio ya que no es lo mismo realizar ejercicios aeróbicos que de musculación. Cuando nos alimentamos adecuadamente para el ejercicio en concreto no solo te cuesta menos trabajo si no que es más efectivo y se quema más.

La actividad física exige dedicarle un tiempo al día que quizás no tengamos, en ese caso se recomienda buscar pequeños huecos a lo largo de la jornada para realizar ejercicio. Invertir tiempo en realizar deporte es invertir tiempo en salud, lo que a su vez repercutirá positivamente en el desarrollo del resto de actividades. Si conjugamos una dieta equilibrada con ejercicio físico regular estabilizaremos nuestro metabolismo consiguiendo resultados positivos en muy poco tiempo. Como hemos visto a lo largo del reportaje, de nada sirve suprimir alimentos esenciales como las legumbres o la pasta pues son fuente de nutrientes e hidratos de carbonos imprescindibles para nuestro cuerpo. En definitiva, conseguir el peso ideal de una manera saludable se basa en ofrecerle a nuestro cuerpo el combustible necesario y de calidad que necesita cada día para desarrollar su actividad.

Un metabolismo reparado y con buen ritmo tiene diferentes ventajas que mejorarán nuestra calidad de vida. La primera de las ventajas es una de las más visibles, la regulación y el mantenimiento del peso ideal. Un metabolismo correcto también nos ayudará a regular el colesterol y triglicéridos así como la glucosa y la tensión. Derivado del bienestar físico, gracias a unas mejores digestiones sin gases y reflujos, el estrés y la ansiedad desaparecerá y se evitará la posible caída en una depresión por dietas que nos frustran.

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Si quieres perder peso de una manera saludable y sin efecto rebote puedes ponerte en contacto con la nutricionista y dietista Raquel Ramírez a través del teléfono 912 790 412, visitando su centro en C/ Las Infantas nº 6 o a través de su página web www.clinicametaboliczen.es.