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Colegio Hélicon: poniendo el acento donde hay que ponerlo

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«Sentirse como en casa». No hay frase que mejor defina la sensación de bienestar cuando nos encontramos en un lugar que no es realmente nuestro hogar. Para los padres, no hay nada más tranquilizador que dejar cada día a sus hijos en ese lugar en el que cuidarán de ellos. Y así sucede a diario cuando se abren las puertas de Hélicon, y niños y adolescentes —desde los pocos meses hasta que alcanzan la mágica cifra de la mayoría de edad— comienzan una nueva jornada. Son madrugones para algunos, juegos y risas para otros, primeras letras, aprendizaje, descubrimiento, tareas, esfuerzo, crecimiento y madurez; pero siempre en su casa, en el centro que los acogió desde su más tierna infancia o que ha abierto sus puertas —y su corazón— a los que se incorporaron más mayores, y donde son capaces de sacar de ellos lo mejor, tanto académica como personalmente.

Un proyecto de vida

La vocación es el punto fuerte de este centro en el que los docentes entienden su labor no como una profesión, sino como una forma de vida. Ese amor por la docencia que permite acercase a los alumnos y formar parte de su proceso formativo y de su transformación en «alumnos Hélicon»: personas comprometidas con el entorno que les rodea, con los problemas del mundo, y con el cuidado medioambiental, respetuosos consigo mismos y con los demás.

Para lograrlo, se desarrollan nuevas metodologías que se centran en el alumno, verdadero protagonista del aprendizaje. El trabajo por proyectos es una realidad en Infantil y Primaria, así como la organización de las aulas en rincones, en los que grupos reducidos de alumnos aprenden a trabajar en equipo, a convertirse en «pequeños maestros» de sus compañeros, al tiempo que desarrollan su iniciativa y sentido de la responsabilidad, y van perfilando, poco a poco, su vocación.

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El proyecto Vida de Centro, presente en todas las etapas de Hélicon, ofrece a los alumnos espacios donde proponer actividades, organizarlas y llevarlas a cabo. Se convierten en dueños de un proyecto, y eso supone una fuerte inyección de motivación, que les lleva a creer en sus posibilidades, a explorar nuevas formas de trabajo y a potenciar su creatividad e imaginación. Los más pequeños se transforman en astronautas o superhéroes y, a medida que han ido avanzando los cursos, se han convertido en artistas, científicos o periodistas.

El respeto a las circunstancias e intereses de cada alumno es posible gracias a un potente equipo de orientación, que trabaja a pie de aula y codo con codo con profesores y alumnos, a los que acompaña en su tarea diaria de enseñar y aprender, respectivamente.

El inglés como realidad, y no solo como asignatura

Hélicon no es un centro bilingüe al uso, sino que ha desarrollado un proyecto bilingüe propio en todas las etapas, que permite que el inglés sea, más que una asignatura, una experiencia. Con el apoyo fundamental de los auxiliares de conversación nativos, los alumnos aprenden inglés de una manera natural, sin tener que sacrificar por ello los contenidos curriculares de las asignaturas. Se trata de fomentar situaciones cotidianas en las que chicos y chicas sienten la necesidad de comunicarse en otro idioma, desde los bebés de La Casita Hélicon hasta los alumnos de Bachillerato. A su ritmo, además de aprender la gramática de la lengua extranjera, adquieren una total competencia al comunicarse en inglés, y lo hacen prácticamente sin darse cuenta.

Nativos digitales en un entorno tecnológico

Las actividades manipulativas de los primeros años escolares, tan importantes para el desarrollo de la psicomotricidad, van dejando paso al uso de la tecnología, mediante el uso de tablets, siempre de forma gradual, desde el primer contacto con estos dispositivos electrónicos en Infantil y los primeros cursos de Primaria, hasta la inmersión total en Secundaria. El uso de la tablet permite fortalecer la competencia digital de los alumnos tanto en el manejo del dispositivo y sus aplicaciones como en su buen uso.

El uso de material digital es una realidad en Hélicon. Los alumnos, gracias a la participación del centro en el Programa Accede de la Comunidad de Madrid, disponen de licencias digitales gratuitas y del material que necesitan para trabajar tanto en el aula como en casa. Además, cuentan con recursos propios elaborados por los docentes, desde cuadernos de trabajo en Infantil hasta actividades propias en Primaria y unidades didácticas completas en la etapa de Secundaria.

Un Bachillerato para todos

Para dar cabida a todos los intereses y vocaciones de los alumnos, Hélicon ofrece todas las modalidades de Bachillerato, que abarcan la formación humanística y social, la científico-tecnológica y la artística. Antes de dar el salto a la formación superior, tienen la oportunidad de culminar sus estudios inmersos en el proyecto educativo que el centro desarrolla en todas sus etapas.

El trabajo docente diario se acompaña por un seguimiento individualizado de los alumnos, además del uso de unas excelentes instalaciones, tales como laboratorios y aulas y materiales específicos para las asignaturas de Artes. Además, desde este curso, los alumnos de Bachillerato pueden optar a las becas que ofrece la Comunidad de Madrid para la financiación de sus estudios.

Muchos de estos alumnos llegaron por primera vez al colegio con un chupete en la mano o con una mochila de sus dibujos animados preferidos. Cuando se van, lo hacen convertidos prácticamente en adultos, seguros de sí mismos y del camino nuevo que emprenden, pero sabiendo que en Hélicon seguirán teniendo las puertas abiertas, porque sigue siendo su colegio, su casa. Son «alumnos Hélicon». Forman parte de la familia.