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Diario de una enfermera. El sillón del donante durante el Covid-19 en el Hospital Universitario Infanta Elena de Valdemoro

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Primer lunes del mes de Marzo, ya se habían presentado casos de Covid-19 en el Hospital Universitario Infanta Elena de Valdemoro.
Aquel virus que llevamos meses viendo en Wuhan, la capital de Hubei, provincia de China, ya había llegado aquí ,a nuestro pueblo de 80.000 habitantes.

Las personas, que fueron llegando infectadas eran mayores y pronto se encontró el nexo de unión entre todos, “Centro de Mayores Duque de la Ahumada”, la propagación fue rápida, y esa semana subió el número de contagiados, considerablemente.

Ese fin de semana el Hospital se llenó, aunque inmediatamente, se tomaron medidas para descongestionarlo. Zonas de atención a pacientes, organizadas y coordinadas para que tanto los profesionales, como pacientes estuvieran perfectamente cuidados. Unidades estructuradas de manera diferente a lo que habitualmente estábamos acostumbrados. Contratos de personal sanitario que se produjeron a lo largo de toda la pandemia. Cierre de consulta y quirófanos programados no urgentes, todo para poder atender a la población que lo necesitaba.

Entre toda esta situación, quedaban dos servicios “especiales”, Hospital de Día, con enfermos onco/hematológicos, y el Servicio de Donación.
Ambos necesitaban su espacio limpio y se necesitaban el uno del otro. Cada día ,los enfermos oncológicos necesitan transfusiones de hematíes y plaquetas que vienen dado por el Centro de Transfusión donde enviamos nuestra colecta de sangre diaria.

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El miedo recorría las venas de nuestros Donantes y pocos eran los que se acercaban a donar, el llamamiento en redes sociales, no fue del todo efectivo porque se acumulo todo en dos días, con lo que se optó por el envió de SMS para que la donación fuese progresiva en el tiempo.

Teníamos que crear un ambiente seguro y de confianza para todos aquellos donantes que querían venir a Donar. Afortunadamente nos encontrábamos en el Hall Principal del Hospital.

Todos los que se acercaban, primero se paraban en el marco de la puerta ,se asomaban y miraban, después preguntaban:¿se puede donar?.

Sus caras eran de miedo y de incertidumbre y las nuestras eran de gratitud y de alegría al verles llegar. Eran nuestras palabras y nuestros ojos los que reflejaban nuestra alegría ya que nos encontrábamos tapados con una mascarilla quirúrgica, aquella que evitaba el contagio al donante.

Tras hacerles la entrevista y las pruebas previas ,les invitábamos a sentarse en uno de los sillones, siempre intentábamos que fuesen los sillones que miran al campo, donde se puede visualizar un campo árido y seco pero con un horizonte lleno de esperanza. Mis compañeras se reían cuando decía que si mirabas al horizonte podías imaginarte hasta la niebla que cubre el mar.

Cuando ya estaban acomodados, les indicaba que aquel sillón no era un sillón cualquiera , tenía una función especial, que era la de TELETRANSPORTE.

Y entonces venia la pregunta: SI PUDIESES TELETRANSPORTARTE AHORA MISMO A ALGUN SITIO EN ESPACIO Y TIEMPO ¿A DÓNDE IRIAS?

Los Donantes necesitaban un espacio de donación que le transmitiese tranquilidad, seguridad y que le hiciese evadirse de la situación por la que estábamos pasando.

A su vez conseguía que mi compañera y yo, pudiésemos desconectar de nuestro “Aquí y Ahora por un viaje diferente”, seguro y desconocido.

Para abrirles la puerta a la pregunta y para que pudiesen pensar un poco , sobre su respuesta, indicaba mi viaje, que era “ 15 de Agosto del 2020 a un templo llamado Dharamsala ,refugio del Dalai Lama en la India , allí meditaría y practicaría Yoga en plena naturaleza y rodeada de amor y tranquilidad.

El primer donante que tuvimos se quería ir a Playa del Carmen en Méjico, lo mismo que Katy mi compañera, como ambos querían que la playa fuera virgen y salvaje no coincidieron en el tiempo.

Tras viajar por las tierras Mayas, de Playa del Carmen Tulum ,Cozumel y visitar las pirámides de Chichen Itzá, hablamos de las grandes iguanas que corrían por todos estos parajes.

A continuación nos fuimos a Mesopotamia (significa entre dos ríos), este donante tenia curiosidad por conocer esta zona de Oriente Próximo ubicada entre los ríos Tigris y Eúfrates. La sumeria fue la primera civilización mesopotámica. Fueron los pioneros en utilizar el regadío y los primeros en utilizar la escritura.

Tras Mesopotamia viajamos con dos chicas jóvenes a los años 20, se les llamó los felices años 20 o locos o dorados, fue después de la Primera Guerra Mundial, y fue época de bonanza en muchos países y en diferentes ámbitos, la música, el cine las letras, artistas como Frida Kahlo pionera del surrealismo en América Latina, o Picasso, Dalí, o Hemingway.

Tras tanto viaje al pasado volvimos a nuestro país de la mano de Carlos, que le gustaría mirar por el agujero de la cerradura al presidente del gobierno actual Pedro Sánchez.

Carlos , es uno de nuestros compañeros de mantenimiento, es un apasionado de los belenes de Navidad y este año recogió el premio al mejor Belén de la Comunidad de Madrid en el ámbito sanitario.

Tras volver de la Moncloa, viajamos junto a Paco y a Beatriz a las Dehesas Extremeñas, en busca a ese olor a Jara, Tomillo y Albahaca, y a buscar entre olivos y esparragueras esos limpios, verdes y finos espárragos trigueros.

Esas tardes de espárragos las conozco yo ,junto a mi familia en Extremadura, son tardes soleadas generalmente de Semana Santa, donde paseamos solo con ese olor tan peculiar, oímos a los buitres y pájaros ,vemos las margaritas comenzar a florecer y comemos hornazo con chorizo y huevo cocido en su interior.

Esta Semana Santa nos quedaremos, sin chimenea, sin ropa con olor a brasero, sin unas rosquillas de azúcar, sin unas morcillas de calabaza ,de la matanza de diciembre. Pero estoy segura que lo recuperaremos todo con creces y valorándolo aun más si cabe.

Con Antonio y Luis nos fuimos a la “Movida Madrileña” de los años 80,primeros años de la transición Postfranquista, con cantantes como Enrique Urquijo, Antonio Vega, Olvido Gara conocida como Alaska, que hizo el famoso programa de televisión “La bola de Cristal”.

Miguel Ángel ,nuestro Policía Local mas asiduo, nos trasladó a su destino preferido Marruecos. Donde pudimos conocer el olor a especies de sus zocos y de sus medinas o ciudades. Nos tomamos un buen té con mucha hierbabuena y muy azucarado, que por un momento ,se mezcló con el olor de un pincho de cordero.

Nuestro joven Guardia Civil nos llegó al corazón (Antonio doble de Piqué ,aunque madridista hasta la médula), nos conmocionó con su viaje, “poder ir a ver a su abuela a la residencia , que hacia poco que había ingresado y todavía no le había dado tiempo a aclimatarse.”

Loli y otros muchos donantes viajaron al pueblo de sus padres en su juventud, esos veranos llenos de primeros besos, primeras cervezas o primeras caladas de cigarrillos, con esa ingenuidad y locura. Con esos primeros bailes agarrados, en las orquestas de la plaza.

Cinthia, mi vecina corrió a mi llamamiento, como siempre hace, cuando y donde se la necesita, y junto a ella viajamos a un montón de Campings con toda su pandilla de amigos, con risas ,calimocho y cervezas.

Nuestro amigo bombero nos hizo ir a hacer senderismo a Huesca, en plena naturaleza, igual que Julen que nos llevaría a un refugio en el Pirineo Aragonés ,aislados pero rodeados de nieve y bosques verdes, con olor a humedad.

Comenzábamos Abril con Luis Miguel, azafato de vuelo que nos llevó en su avión ,a su colegio en La Marañosa, hace 20 años, en el recreo ,jugando a chapas, football y comiéndose ese bocata de nocilla.

Ese mismo día, uno de los mejores profesores de la Comunidad de Madrid sin ninguna duda, por su profesionalidad, empatía, humildad, dedicación diaria y saber hacer, Javier Duarte nos llevo a una pequeña Cala de Murcia, sencilla familiar y cercana.

Poco después tuvimos un viaje raro pero no por ello malo, Elías ,con toda su sencillez, nos quiso llevar a otra dimensión…¿os podéis imaginar cual?…pues nada mas y nada menos que a ese túnel que nos lleva a otro mundo desconocido del que nunca nadie ha vuelto y no sabemos como es.

Con Jennifer tuvimos incluso que hacer teatro, ya que su novio no la dejaba ir a donar y le dijo que se iba a la carnicería a comprar chorizo para hacer los macarrones, cuando sonó el teléfono , tuvimos que hacer un pequeño silencio en su viaje. Jennifer nos trasladado a un partido de football al Estadio Vicente Calderón junto a su padre, unos de los mejores recuerdos que tenia de EL.

Susana tuvo su TELETRANSPORTE claro, pronto respondió a la pregunta, solo quería necesitaba y añoraba el abrazo de su sobrina de 2 años que hacia poco había sido acogido en la familia.

Nuestro fiel donante Oscar, marido de una gran enfermera del Hospital ,con la que batalle muchas mañanas en la segunda , nos trasladó a Lisboa, nos hizo esperar una hora para coger el tranvía que tantas veces había visto en fotografías, y que ahora colgaba del salón de su casa, EL TRANVÍA Nº7 AMARILLO. Ese Jueves Santo se empañó de dulzura y amor hacia esos 50 años de su mujer.

Rosario de Ilescas, amiga de Jóse ,Ana y Lorena, compañeros del Hospital, siendo su primera donación, nos llevó a un pequeño pueblecito de Ávila llamado Guisando, (que debe ser precioso ,porque mis amigos Luis y Loli ,quieren comprarse una casa allí para su jubilación), nos hizo bañarnos en La Charca Verde, un precioso paraje con agua fría que dejo nuestras neuronas congeladas y estiro nuestra piel a modo Lifting.

Juanma el marido de Beatriz la extremeña que nos llevo a por espárragos, nos hizo una bonita reflexión, su corrector del móvil no conocía el TELETRABAJO pero sin embargo si conocía el TELETRANSPORTE, por lo que cuando le hice la pregunta sonrió …me iré a Islas Mauricio, ya que no mi teléfono no me deja TELETRABAJAR.

Este viaje lleva ya un mes con nosotros, espero que en breve podamos ponerle un FELIZ FINAL
y que en 3 meses cuando todos podáis volver a donar, recordemos con risas aquel viaje que hicimos todos juntos esa mañana de hace tres meses.

Gema Casamayor, enfermera orgullosa de pertenecer a este Hospital y al Servicio de Donantes.

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