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Entrevista con David Santisteban

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David Santisteban me recibe en su casa. Vive en Valdemoro, en el mismo barrio en el que pasó toda su infancia. Una vez dentro, la casa transmite comodidad y calidez. Las mismas sensaciones que, David, sin conocerme, expresa a través de una sonrisa y de su invitación a tomarnos un té. Nos sentamos en los sillones de su salón, de espaldas a las ventanas y a la puerta acristalada que dan al jardín. A pesar de estar muy cerca del verano, la luz es tenue. He llegado a la casa caminando y el sol lucía alto. Sin embargo, las nubes han ido invadiendo la mañana. Oímos un trueno, no muy lejano y comienza a llover fuerte. Llueve como si no fuera a parar nunca. David me dice que hoy, con esta tormenta de verano, sería un buen día para componer canciones.

Estoy sentado enfrente de uno de los autores de canciones más prolíficos de nuestros tiempos (David tiene editadas unas 500 canciones) y, mientras diluvia a un metro de nosotros, me dice que hoy sería un buen día para componer canciones. Me dan ganas de decirle que podemos olvidarnos de la entrevista, que yo me siento en un rincón y me limito a ver cómo compone una canción. Imagino que las melodías entran en la casa a través del jardín y David comienza a atraparlas con un cazamariposas, como hace Bob Esponja con las medusas que se mueven a su alrededor. Mi lado serio sale al paso con la primera pregunta.

P – Naciste en Valdemoro. Has vivido aquí toda la vida. A muchos artistas, con todo tu trabajo, con todos tus premios, con todas las oportunidades que has tenido, la vida los habría llevado ya a vivir a otra zona de Madrid, tal vez a Miami, a Los Ángeles o a Londres. Y tú sigues aquí, cerca de toda tu gente.

_DSC5544R – Cuando estás a gusto, cuando te gusta la forma de vida que llevas, cuando ves que el decorado de tu lugar de trabajo va de la mano de los éxitos que vas obteniendo, no es necesario cambiar fórmulas. Esta casa, su entorno y el taller estudio que está en el piso de arriba ha sido una pieza fundamental para el desarrollo de mi trabajo. Han pasado por aquí y han dejado sus huellas grandes artistas como David Bisbal, Bustamante, Demaría, Malú, India, Vanesa Martín, Luis Fonsi, Pastora Soler, y otros grandes autores internacionales como Claudia Brant, Abel Pintos, Erika Ender, y muchos más…Todos han coincidido en que se respira una magia especial, con la que yo convivo diariamente. Han salido tantas canciones y tan preciosas de este lugar, se han forjado proyectos de tal calidad, se han firmado contratos discográficos… Irme de aquí sería como dar pasos hacia atrás. Si algún día traslado mi estudio, seguramente será muy cerca.

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Cuando pasas veinte días en Miami por motivos de trabajo, los disfrutas pero sabes que en tu casa tienes tu castillo y allí es donde verdaderamente estás a gusto. Además, con las nuevas tecnologías, hoy puedes hacer infinidad de cosas desde tu casa. Acabas de grabar un tema en la habitación en la que trabajas, lo mandas a las discográficas en un archivo mp3 y lo reciben al instante.

No, no tengo intención de irme de Valdemoro. De hecho, estoy haciendo todo lo contrario. Me estoy trayendo a Valdemoro a mis amigos y colaboradores. Recientemente ha venido a vivir aquí, desde Cádiz, mi amigo y compañero de Goya Riki Rivera. Gonzalo Hermida, otro cantante de Cádiz con el que estoy trabajando, también se ha venido a vivir a Valdemoro.

P – A los 14 años, comenzaste a cantar en un grupo; a los 17, se fijó en ti una multinacional discográfica, y comenzaste a editar tus propias canciones para artistas juveniles en España, México y Argentina. Llegaste a componer la melodía de un anuncio de Coca-Cola para México. A los 21 años, ya tenías tres álbumes con tu voz y cientos de conciertos por toda la geografía española. Con 41 años, tienes dos Premios de la Música concedidos por la SGAE, una nominación en los Grammy Latinos 2013, varios discos de oro, discos de platino y un premio Goya a la mejor canción en 2015. Tu carrera musical es formidable.

R – Las vocaciones se van desnudando con el paso de los años. Al principio, vas un poco a ciegas, vas probando cosas, investigando, intentas ver lo que te gusta y lo que no. Lo que estaba claro en mi caso es que la música me llamaba. Montamos un grupo, Doble sentido, y mi locura diaria era ensayar, construir canciones nuevas, buscar dónde podíamos actuar. Ese era mi sueño. Hacíamos pop, canciones melódicas. Hacíamos todo de forma muy autodidacta. Creo que ese ha sido uno de los factores que me han ayudado a desarrollar mi parte más intuitiva a la hora de componer. A mí me gusta tararear las melodías. Los arreglos los llevo en la cabeza. Si me dan a elegir, prefiero las intuiciones y el buen gusto a tener grandes recursos musicales. Aunque, si se tienen los dos, intuición y recursos, entonces ya eres Sting.

Poco a poco, pude abrirme paso en el mundo de la música y, poco a poco, fui descubriendo mi verdadera vocación. Hubo un momento muy importante en mi vida, yo ya tenía los tres discos con EMI, habíamos grabado discos en Italia, había estado de promoción por Argentina… y yo ya veía mis limitaciones como cantante. Disfrutaba más haciendo canciones, maquetando un nuevo disco y, sin embargo, me daba más pereza salir a cantar en directo. Fue entonces cuando decidí apostar por lo que realmente me gustaba. Sabía hacer canciones, se me daba bien inventar melodías, comenzaba a escribir las letras. Decidí focalizar mi energía en componer. A través de un editor independiente, empezamos a colocar canciones en México; música, sobre todo para artistas juveniles, pude empezar a vivir de lo que me daban los derechos de autor por esas canciones; y, en un momento dado, llegó Operación Triunfo y, a partir de ahí, empezaron a grabarme muchas canciones David Bisbal, Bustamante, Gisela, Fergó, Alejandro Parreño y, en la siguiente edición, Manuel Carrasco, Hugo Salazar…

Fue todo apostar, mirar dónde me veía en ese momento y dónde no me veía e ir a por todas en lo que me gustaba. Trabajar duro, también, entender que las canciones tienen unas estructuras que funcionan, intuir qué melodías pueden enganchar con la gente, qué melodías pueden emocionar.

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P – ¿Cómo escribes las letras para esas melodías?

R – Escribir la letra de las canciones es muy diferente. Para escribir letras, te tienen que haber pasado cosas. Hubo un momento de mi vida en el que aparecieron cambios, unas arenas movedizas internas en cuanto a lo sentimental, llenas de emociones agridulces. Fue a partir de ahí cuando comencé a sacar todo eso que llevaba dentro y a dedicar tiempo a las letras.

A mi edad, es interesante tener la capacidad de poder expresar los sentimientos a través de la boca de tus intérpretes. Recientemente, he escrito canciones para María Parrado, ganadora de la Voz Kids del año pasado, y obviamente, tengo que saber hacer letras que va a cantar una niña de 14 años.

P – En un momento dado comparabas tu trabajo con el de un sastre que debe vestir la voz de un artista.

R – Es un poco así, sí. Por un lado, mi trabajo consiste en diseñar unas canciones para la voz y la personalidad de un artista. Por otro, también es mi labor sugerirle a un artista que no canta un determinado estilo de canciones que se pruebe una canción a la que, tal vez, no esté acostumbrado pero que también le puede quedar bien. Pido a muchos artistas que sean atrevidos. Hay que tener un punto experimental, el resultado suele dar sorpresas muy gratas.

P – Al tener tantos clientes y tan variados que vestir, ¿te atreverías a definir tu música?

R – Creo que soy bastante versátil. He compuesto pop, canción melódica, música dance, pop más aflamencado, canciones pop con un toque más británico o con un punto más italiano, como para Sergio Dalma… Para mí lo más importante es la melodía, que mis composiciones, sean del estilo que sean, tengan una melodía poderosa.

P – Luego son importantes los arreglos que se añaden a las melodías.

R – Es importante la estética de una canción. Los arreglos de una canción van también cambiando con los tiempos. Ahora los arreglos son mucho más minimalistas. Hubo un tiempo en que las canciones se llenaban de arreglos. Ahora, lo interesante, desde mi punto de vista, es conseguir un buen arreglo y un gran sonido con cuantos menos elementos mejor. Un mal arreglo también puede destrozar una canción. Era una de mis pesadillas cuando comencé a componer. Mandaba una de mis canciones y, en manos de otro productor, podía salir un producto totalmente distinto al que yo había concebido (aunque a veces había gratas sorpresas, también). Ahora tengo la suerte de poder producir mis propias canciones en muchas ocasiones.

P – Hablemos del mundo discográfico. Gracias a lo joven que empezaste, has podido vivir dos momentos muy diversos de las empresas discográficas. Cuando empezaste se vendían millones de copias de un disco. Se movía muchísimo dinero. Hoy en día, con la piratería, el mundo de la música está atravesando tiempos menos boyantes.

R – Es cierto. Por fortuna, tal vez porque no he dejado de trabajar nunca y no dejan de lloverme proyectos nuevos e interesantes, yo no he notado esa crisis de forma tan dramática. Tal vez, como productor, ves cómo las discográficas tienen que ser más austeras con cada proyecto. Ahora que, después de tantos años, he consolidado mi autoría y puedo disfrutar de encargos más interesantes, no cabe duda de que me encantaría vivir en una época menos austera.

P – ¿No se han escrito ya todas las melodías?

R – Yo me sorprendo a mí mismo. Tengo muchas canciones dadas de alta. Otras, en las que sigo trabajando, que se siguen haciendo. Hay momentos en los que también pienso que se vayan a acabar las ideas. Sin embargo, la música es una mezcla de matemáticas y sentimientos. Las canciones son como ecuaciones. Las letras también juegan un papel muy importante. Creo que, mientras el hombre tenga algo que decir y nos sigan pasando cosas, habrá canciones nuevas.

PortadaP – Canalizas tu trabajo (composición y producción) a través de tu contrato con la multinacional Sony ATV y a través Le Goliat Publishing, que es tu propia editorial y tu propia productora musical y audiovisual.

R – Sí, a través de Le Goliat Publishing, mi productora y editorial, firmamos con Sony ATV y es como realizamos nuestro trabajo. Luego, además, por mis distintas inquietudes, también desarrollamos videoclips, que dirige Gema Lozano y cuyo director de fotografía normalmente es Iñigo Zubicaray. Se han hecho varios vídeos del último álbum de Vanesa Martín, el de David Bisbal e India Martínez, muchos otros de India Martínez, también de la cantante Merche, de Victoria Riba, el nuevo fichaje de Sony, de Abel Pintos, un artista muy potente en Argentina. Estamos muy contentos. Es una forma de diversificar y de poder ofrecer a las empresas discográficas material audiovisual junto al producto final de un disco.

P – Este año 2015 te ha dado muchas satisfacciones. A comienzos de año, el Goya a la mejor canción, con Niño sin miedo, dentro de la banda sonora de la película El niño. En abril, el pleno del ayuntamiento de Valdemoro, te nombró hijo predilecto de la villa.

R – Los dos reconocimientos me hicieron mucha ilusión. El Goya ha sido como el reconocimiento a muchos años de carrera. Teníamos claro que debía cantarla India. Lo que no teníamos claro era qué canción. El proceso de creación fue muy especial porque en el mundo del cine cada detalle de la canción cuenta. Una pequeña nota de guitarra puede molestar en un fotograma determinado y hay que hacer muchos cambios. Claro, eso nos motivó, era otra forma de trabajar y el reto nos atrajo. Vivimos el premio con mucha emoción. La gente en las redes me felicitó con mucho cariño. Y el reciente nombramiento como hijo predilecto de Valdemoro me hizo tanta ilusión o más. Lo disfruté más porque no lo vi como un acto político. Creo que la iniciativa fue de todos los partidos políticos a la vez.

P – ¿En qué estás trabajando en estos momentos? ¿Cuáles son tus proyectos futuros, tus sueños?

R – Últimamente trabajo mucho. Llevo varios proyectos a la vez. María Parrado, la niña ganadora de La Voz Kids, está a punto de sacar un nuevo disco, y tres de sus canciones, incluido el primer sencillo, son mías. He compuesto algunas canciones que se disponen a grabar para sus próximos discos Tamara, Malú y Kiko & Shara (que también produzco). También he estado trabajando con el último disco del artista italiano Marco Mengoni. Personalmente, me encanta. Sony Music va a  publicar su disco en español y he estado adaptando todos los temas al español. Había hecho esto con algún tema suelto pero todo un disco ha supuesto un buen esfuerzo. Tenemos entre manos, también, el próximo disco de India Martínez. La estética musical de sus discos es muy especial, una creación  en equipo, entre ella, Riki Rivera y yo. Este será su quinto disco bajo nuestra dirección y hemos decidido que era hora de darle una nueva vuelta de tuerca a esa estética.

Ahora no puedo tener otro sueño que el que tengo. Puedo trabajar para mí. Poder organizarme yo mismo y elegir los trabajos que yo quiero hacer. Mucha gente del mundo discográfico deposita su confianza en mi trabajo. Y mi trabajo me emociona. Me emociono cuando termino una canción. Y puedo vivir de esas emociones. Esas emociones son el estímulo de cada mañana.

 

Fernando Martín Pescador