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Motivos por los que hay tanto interés en ser azafata de vuelo

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Ahora que las aerolíneas están volviendo a retomar su alto nivel de actividad no es de extrañar que también aumente el interés por ciertos empleos relacionados directa e indirectamente con dicho ámbito. Un claro ejemplo es el trabajo de azafata de vuelo.

También se conoce por las siglas de TCP, las cuales hacen referencia a Tripulante de Cabina de Pasajeros. ¿Quieres saber por qué despierta tantísimo interés? En próximas líneas detallaremos las principales claves de su auge.

Formación de gran calidad y con pocos requisitos 

Acudiendo a un centro recomendable y especializado como Esatur Formación se obtiene un resultado inmejorable al apuntarse a un curso TCP en Madrid. Tal vez ello te haga pensar que, a cambio, hay que cumplir unos requisitos muy exigentes. Nada más lejos de la realidad.

Lo cierto es que el curso de Tripulante de Cabina de Pasajeros requiere contar con la Educación Secundaria Obligatoria. Si no dispones de este título basta con cualquiera que sea equivalente. Nada más.

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Ello ha dado pie a que se multiplique el interés por este tipo de cursos, los cuales hacen gala de una enorme calidad. Los contenidos teóricos son elaborados por profesionales del sector, mientras que los tecnicismos se explican en un glosario para una fácil comprensión de todos ellos.

Las clases teóricas son impartidas por expertos con una dilatada trayectoria a sus espaldas, asegurándose así de que el resultado es óptimo a todos los niveles. Por otra parte, en lo referente a las prácticas, se llevan a cabo cuando el resto del contenido teórico ha sido interiorizado al cien por cien. Nos referimos a manuales, así como las actuales normativas.

Todo está incluido en el precio del curso, abarcando prácticas como la defensa personal, el salvamento en medio acuático, el servicio que hay que prestar a bordo y los primeros auxilios que son esenciales, los cuales tal vez den pie a salvar alguna vida en el propio avión o fuera de él.

Terminando con lo referente a los requisitos, es innegable que también existen algunos de tipo físico, aunque no al nivel de una oposición de policía o bomberos, ni mucho menos. Sabiendo flotar y nadar un poco, no tendrás dificultades para, por ejemplo, alcanzar los cien metros en medio acuático en 150 segundos.

Un trabajo gratificante en todos los sentidos 

Tomando parte de una formación de calidad como la descrita en anteriores párrafos no tendrás dificultades para acceder a un mercado laboral dinámico y que, en líneas generales, ofrece unas condiciones realmente buenas.

Lo primero que llama la atención de quienes quieren ser Tripulantes de Cabina de Pasajeros es el sueldo. La media es elevada teniendo en cuenta la complicada situación económica que atraviesa no solo el aeropuerto de Madrid, sino también el resto de instalaciones, así como las aerolíneas y todas las empresas en general.

Sin embargo, de poco sirve cobrar bien si los trabajadores no están a gusto en su puesto laboral. Afortunadamente en la práctica totalidad de casos sucede todo lo contrario.

El ambiente dentro del ámbito de los TCP es muy bueno. Si en alguna ocasión se necesita una suplencia no suelen surgir problemas para que alguien lleve a cabo ese favor, por supuesto a cambio de que en un futuro se realice la misma acción.

Pero, ¿qué sucede con los pasajeros? Nuevamente hay que hablar de un aspecto positivo que también es tenido en cuenta por quienes se apuntan a un curso de azafata con el objetivo de ejercer esa profesión en un futuro. Nos referimos a una amabilidad que se generaliza, abarcando pasajeros no solo de Madrid y del resto de España, sino también de todo el mundo.

Es habitual que, tanto al entrar en el avión como al abandonarlo en el destino, se salude a cada azafata con una sonrisa de oreja a oreja. Ello es agradecido enormemente por los Tripulantes de Cabina de Pasajeros.

Precisamente hablando de agradecimientos, los mismos también son frecuentes por parte de los pasajeros: a la hora de recibir información personalizada, encargar algún producto de alimentación o de otros tipos, etcétera.

La predisposición a ayudar es agradecida por los pasajeros que en algún momento del vuelo requieren la colaboración o asistencia de algún TCP. Así pues, no es de extrañar que al llegar a casa, la azafata tenga la sensación de haber cumplido con su trabajo de manera óptima.

El hecho de que este trabajo sea tan gratificante también se debe a poder recorrer medio mundo con la aerolínea contratada. Si te gusta volar estás ante la carrera profesional idónea, ya que ser piloto es muchísimo más complicado.

Convertirte en azafata no es difícil decantándote por un buen modelo formativo que presuma de un alto nivel de empleabilidad. Es el caso de Esatur Formación Madrid cuyos cursos de aeronáutica están muy bien considerados por todos los alumnos que han pasado por allí, tanto presencial como telemáticamente.