Inicio La Revista de Valdemoro Valdemoro ¡Ya disponible nuestro Nº 109!

¡Ya disponible nuestro Nº 109!

1160
0
La Revista de Valdemoro 109
patrocinado

Alguien muy querido me dijo: «Al final de nuestros días, lo que cuentan son las personas que hemos amado y las ciudades en las que hemos vivido». Creo que la cita es del peruano Alfredo Bryce Echenique, escritor estupendo, pero no sería la primera vez que cito mal o que atribuyo una cita al autor equivocado. Pisé Valdemoro por primera vez en 1997 y, desde entonces, con mis idas y con mis venidas, he trabajado y he vivido en Valdemoro. Eso hace que, al final de mis días, Valdemoro cuente. Contará Valdemoro y contarán los múltiples valdemoreños a los que amo.

Es normal que estando tan cerca de Madrid, una de las ciudades del mundo que nunca duerme, Valdemoro sea considerada una ciudad dormitorio. Los reyes de España, en su camino hacia Aranjuez para huir de Madrid, hacían el viaje en dos días y ya dormían en la casa de la Marquesa de Villa Antonia, en la actual avenida de Andalucía. Pero Valdemoro ha estado siempre muy despierto a lo largo de la historia. Miguel de Cervantes se casó en Esquivias, a 23 kilómetros de aquí y es fácil que pasara por la villa como pasó San Juan de la Cruz o Miguel Hernández. En la iglesia de Valdemoro tenemos un Goya, obras de los hermanos Bayeu, unos frescos estupendos de Antonio de Van de Pere y una placa en uno de sus muros exteriores en la que se reconoce el trabajo de Diego de Pantoja, natural de Valdemoro, que elaboró el primer acercamiento a un diccionario y gramática chinos en el siglo XVI.

El Valdemoro del siglo XXI tiene, pues, un pasado del que sentirse orgulloso y mira hacia el futuro con una pluralidad y una multiculturalidad apasionantes. Valdemoro tiene más de 84.000 habitantes —solo dos hijos predilectos concedidos en democracia: David Santisteban y Miguel de los Santos; pero ojalá que pronto haya más—. El tejido demográfico del Valdemoro de siempre, al que ya se le habían unido multitud de castellano-manchegos, andaluces y extremeños durante la postguerra, se ha visto enriquecido en los últimos años con la llegada de ciudadanos de todos los rincones del mundo. Conozco en Valdemoro a rumanos, polacos, ucranianos, italianos, ingleses, dominicanos, estadounidenses, ecuatorianos, colombianos, peruanos, cubanos, venezolanos, argentinos, turcos, marroquíes, argelinos, senegaleses, chinos y nepalíes. Conozco en Valdemoro a católicos, ortodoxos, cristianos de otras denominaciones, musulmanes, budistas y ateos. Todos demostrando una convivencia y un respeto democráticos.

Además de los restaurantes con comida tradicional española, tenemos un restaurante con estrella Michelín, podemos encontrar restaurantes peruanos, argentinos, italianos, chinos, restaurantes de fusión asiática, kebabs turcos, un restaurante indio, restaurantes de comida rápida y restaurantes de digestión lenta.

Contenido Patrocinado
Publicidad LRDV

A mí me encanta caminar y Valdemoro todavía se puede recorrer de un extremo a otro en un tiempo relativamente corto. Valdemoro tiene escuelas nuevas de todos los niveles, una escuela de música, una escuela de idiomas y una seguridad ciudadana envidiables. Valdemoro tiene más de trescientos días de sol al año. Y durante casi todo el año, si cuando está a punto de caer el sol, tenemos unos minutos para mirar hacia el oeste en algún lugar de la villa en la que no se nos interponga un edificio alto, podemos disfrutar de atardeceres como los que salían en las películas de vaqueros de John Ford.