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Yoga, la más antigua psicología

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La mente es nuestra inseparable compañera a lo largo del tránsito existencial y por ello debemos saber cómo controlarla

El yoga esta íntimamente relacionado con la psicología porque, principalmente, uno de los fines para poder conseguir la serenidad es aquietar la mente, que es lo que buscamos con nuestra shadana (práctica). Se dice que la mente es una buena sierva pero muy mala maestra. Para mí el yoga es la más antigua psicología de la humanidad, mi propia experiencia personal así me lo demuestra.

Hace más de veinte años, sufrí ansiedad, pánico y un miedo terrible que me atenazaba, no dejándome vivir con libertad. Yo no digo que los psiquiatras, psicólogos o las pastillas milagrosas no ayuden un poco, pero a mí lo que verdaderamente me sacó del pozo fue una disciplina llamada yoga, que practicada con regularidad. Me fue sacando poquito a poco hacia la luz y despertando, para darme cuenta del giro que tenía que dar en mi vida en esos momentos. Yo a mis alumnos les digo que el yoga es para despertarse, no para venir a clase a echarse la siesta.

Y, efectivamente, aunque lo que más se conoce del yoga son las prácticas de asanas (posturas corporales) y las técnicas de relajación, en realidad, esto es solo una parte de este amplio y riquísimo sistema milenario que es el yoga. Este arte incluye experiencias y técnicas psicológicas para que sea posible desarrollar un completo y profundo equilibrio en todos los niveles psicofísicos del ser humano.

Muchos cientos de años antes de que la psicología moderna hablase de ellos, ya el yoga se refería de una manera clara a conceptos como el ego (ahamkara), el intelecto (budhi), las emociones y sentimientos, la mente en sus diversos aspectos conscientes o no conscientes y la posibilidad de realizar un proceso real de maduración, integración y transmutación para alcanzar un estado de equilibrio y claridad, sanando los procesos patológicos y avanzando hacia un verdadero estado de superación que establezca nuestra mente en el estado de turiya (la luz clara del interior y el despertar de la conciencia). Este estado de turiya no es algo fantasioso o irreal, sino la propia posibilidad de mejorar nuestra condición vital y encontrar verdadera liberación interior.

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Experiencia y sanación

El yoga no especula, sino que ofrece herramientas y experiencias contrastadas durante miles de años que desencadenan los procesos oportunos y necesarios para ese trabajo individual de autosuperación y sanación interior.

El centro y la responsabilidad de este proceso sanador recae en cada individuo y el experto en psicología o yogaterapia se convierte en el facilitador de la experiencia, guiando y acompañando a la persona en cuestión. El buen profesional señala el mapa, el camino de la liberación y se alegra enormemente cuando observa que su paciente comienza a caminar por sí mismo y se adueña de su propia realidad.

El yoga pone la responsabilidad y el eje del trabajo en el propio individuo y, cuando una persona es capaz de adquirir responsabilidades sobre sí mismo y sobre el mundo que le rodea, entonces acaece la verdadera madurez y el verdadero desarrollo integral.

Si separamos lo mental de lo físico o lo anímico, no será posible esa recuperación del equilibrio vital. El yoga es un trabajo integral en cuerpo y mente y no olvida ningún nivel de nuestra naturaleza del ser humano. Solamente la recuperación de la unidad puede sanar de manera verídica y real. Por eso las prácticas de yoga trabajan conjuntamente cuerpo, emociones, energía, sentimiento, mente y nivel espiritual.

De las personas que se acercan a las prácticas de yoga —muchas de ellas aconsejadas por su fisioterapeuta, médico o psicólogo—, la mayoría afirman que experimentan una mejoría ya desde los primeros días de asistencia a estas clases. Con el tiempo y con una práctica regular y constante, los beneficios van creciendo y la mejoría se va haciendo más evidente.

El yoga reconoce en cada ser humano un enorme potencial interior y la posibilidad de cambios inimaginables. Pero para acceder al despertar o actualización de ese poder interior es necesario, entre otras muchas recomendaciones, cambiar las negativas y excusas por una conciencia contraria de poder, seguridad, autoafirmación, fuerza interior y autoresponsabilidad. Se recomienda, como en cualquier otro campo o actividad, que se recurra a profesionales o expertos cualificados.

Todas las herramientas de la psicología están presentes en el yoga: relajación, indagación en los estratos profundos de la mente, la psicología cognitiva y la conductual, en definitiva: el conocimiento profundo de la mente, sus proyecciones y la dimensión mental no ordinaria (supramente y supraconsciencia).

Yoga como psicología transformadora

La experiencia yóguica propone un trabajo concienzudo y efectivo para producir una transformación real y profunda. No se pone tanto el énfasis en la búsqueda, sino en el encuentro. El sistema yoga impulsa al ser humano al cambio real y lo sitúa en una dimensión de su propia conciencia más evolucionada e impulsada hacia la luz y el despertar más allá de toda oscuridad o adormecimiento.

Y, querido amigo, no hay nada que no se pueda solucionar o mejorar. Los miedos, las angustias vitales, el estrés y las neurosis múltiples son transformados por medio de la experiencia yóguica en un estado de plenitud. Todos los seres humanos disponemos de un potencial interno inagotable que supera toda limitación o aprensión.

El verdadero poder del yoga reside en su capacidad de conducir a la mente a la sanación y desarrollo espiritual. A medida que avanzamos en nuestra práctica hay que dedicar más tiempo a la meditación, que es la mejor medicina para la mente.

La meditación tiene cuatro beneficios importantes.

El primero es arta, una liberación del sufrimiento. Cuando meditamos, el dolor se mitiga porque no tiene por qué ser necesariamente físico, también puede ser emocional.

El siguiente es jnanam, el conocimiento transcendental. Puedes vivir un momento de iluminación, de claridad o sabiduría donde durante poco tiempo todo se ve claramente. Aunque esta revelación momentánea desaparezca, el recuerdo de la clarividencia, y su impacto, permanecen.

La meditación también puede traer como consecuencia poderes extraordinarios, llamados artharta, como, por ejemplo: hay yoguis que han sido capaces de detener su latido cardiaco y respirar durante varios minutos sin sufrir ningún efecto adverso.

El último beneficio de la meditación es bhakta, entendimiento de la verdad más alta. A través de la meditación puedes descubrir tu verdadera naturaleza. Pero no todo el mundo está preparado para la meditación, es especialmente difícil si tu mente está distraída.

Casi todos hemos pasado por estos estados en diferentes momentos, y tendemos a fluctuar entre ellos. Lo que nos ayuda a pasar la mayor parte de la vida en los estados deseables de la mente es la práctica completa del yoga: asana, pranayama, meditación y conducta ética.

Cuando la gente me dice que no tiene tiempo para meditar, les digo que empiecen por cinco minutos si pueden. Es mejor cinco minutos diarios que una hora al mes, también les digo que a meditar se aprende meditando. Y cuando sientan el valor y los beneficios de la meditación, sacarán tiempo para hacer más. La meditación hay que adaptarla siempre a las circunstancias de cada persona.

Otro concepto importante, que la psicología moderna denomina cambio cognitivo, es la sustitución de pensamientos negativos por otros positivos. En lugar de dejar que los pensamientos perturbadores llenen tu cuerpo y mente de tensión y desesperanza, puedes sustituirlos por pensamientos positivos que te aporten paz y tranquilidad.

El término radja quiere decir real. Se le denomina así a esta modalidad de yoga por lo sumamente importante que es, siendo su práctica medular la meditación. Es el yoga mental por excelencia, aunque todos los yogas tienen un importante contenido mental y le procuran a la mente sosiego, ecuanimidad, lucidez y equilibrio en general. En el radja yoga el control de los pensamientos es esencial.

Si importante es aprender a pensar, igualmente es aprender a dejar de pensar. La mente es nuestra inseparable compañera a lo largo del tránsito existencial. A menudo, supone nuestro principal problema.

El radja yoga nos enseña a cuidar, adiestrar, sanear y dirigir la mente. Nada es más importante, porque la mente —cuyo cuerpo es el cerebro— lo rige todo. En la mente están el pensamiento, la percepción, la cognición, la memoria, la imaginación y la consciencia. En la mente, ya lo decía Buda, surgen todos los estados y todos los estados entroncan en la mente.

Si algo urge es cambiar la mente y, mejorándola, ponerla al servicio de las emociones laudables y constructivas. Mejorar la calidad mental y emocional es una de las mejores contribuciones que podemos hacer a los demás. Si uno controla su mente, controla sus palabras y sus actos. Para ello hay que aprender mucho del pensamiento y empezar a utilizarlo con cordura. Pensar bien es un arte; dejar de pensar, una proeza magnifica.

El pensamiento es de tres clases:

Inconcluso y automático: Es un pensamiento a menudo neurótico; no pensamos, sino que nos piensa. En el mejor de los casos ocupa necesariamente un espacio mental y agita la mente; en el peor, es el ladrón de paz interior. Estos automatismos son el resultado de la incoherencia y fragmentación del inconsciente, de la dispersión mental, de la negligencia, y la mecanicidad.

Incorrecto y malsano: Es el que se deja arrebatar por emociones nocivas como avidez, ofuscación, odio, celos, soberbia y tantas otras. Es un pensamiento malsano y que conduce a palabras hirientes y falsas, y a actos incorrectos. Tal como pensamos así somos. Hay que ir refrenando este tipo de pensamiento nocivo y aniquilarlo mediante la ética genuina, la práctica asidua de la meditación, el control de las tendencias perniciosas y el cultivo de los pensamientos sanos. Oponte a la ola de pensamientos insanos con una ola de pensamientos sanos.

El pensamiento correcto: Es el inspirado en la lucidez, la generosidad y la compasión. Conduce a acciones diestras y nobles. Es un gran aliado en la vida cotidiana y en la búsqueda interior, pero aun este pensamiento es insuficiente de la propia naturaleza real, porque hay que ir más allá de las ideaciones, los pensamientos y, por lo tanto, del ego.

Obstáculos básicos

Para ir purificando la mente hay que irse liberando de los condicionamientos evolutivos nocivos y de los psicológicos; es decir, ir quemando el impulso de los smaskaras, que son tales condicionamientos y tendencias. Hay, así mismo, que superar los cinco obstáculos básicos: apego, odio, egocentrismo, ignorancia básica de la mente y anhelo de inmortalidad del pequeño yo. El yogui va aprendiendo a desidentificarse de sus procesos psicofísicos y a instalarse en su inafectada naturaleza real. De la meditación brota el entendimiento correcto; y del entendimiento correcto, el amor. La mejor contribución que podemos hacer a los demás y a uno mismo es meditar.

Espero que haya quedado claro lo que dije al principio de que el yoga es la más antigua psicología que existe y se haya entendido que el radja yoga es el que mejor trabaja el aspecto mental del individuo previniendo y atajando cualquier tipo de desequilibrio emocional y mental.

Que todos alcancemos paz y tranquilidad      

Texto_Jesús Martínez Bernabé