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Asociación Musical Ciudad de Valdemoro

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Banda sonora de la cultura y el festejo local

Una parte muy importante de mis recuerdos más positivos están ligados a las fiestas patronales de mi pueblo. Durante algo menos de dos semanas en el mes de julio, Arévalo (Ávila) se llena de vida, celebración, música y amistad. Es la excusa perfecta para que todos los amigos que estamos repartidos por el mundo nos reunamos. Si tuviera que hacer imágenes, uno de esos momentos de felicidad sería cantando con ellos junto a una charanga.

Y es que la música es el hilo conductor de las fiestas locales, alrededor de los conciertos, charangas y pasacalles se articula el calendario festivo. Esos sonidos que se entonan calan dentro de mí como himnos del lugar al que pertenezco. Y es que no hay nada más bonito que cantar con orgullo los compases de una canción que solo conoce el entorno que te rodea.

Con la llegada del verano la música toma mayor relevancia si cabe en nuestras vidas. Es por ello que hemos querido reunirnos con Francisco Espejo Molina, presidente de la Asociación Musical Ciudad de Valdemoro. Francisco afronta su segunda etapa como presidente de la asociación, una agrupación que conoce muy bien porque la ha visto nacer, crecer y ahora la acompaña en los momentos más complicados tras la pandemia.

Con él queremos conocer de primera mano la trayectoria de uno de los colectivos más importantes en construcción de la identidad local de Valdemoro. Encargados de poner banda sonora a nuestros festejos, la banda de música de Valdemoro necesita del respaldo social e institucional suficiente para poder continuar su actividad más que imprescindible.

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La creación de una banda municipal

Aunque su fundación como asociación se produjo en 2009, la banda de música de Valdemoro comenzó́ su andadura en el seno de la escuela de música municipal en el año 2001. La escuela, orientada hacia el aprendizaje y el conocimiento de la música sin necesidad de poseer habilidades musicales previas, también ofrecía a sus alumnos la posibilidad de crear y de participar en agrupaciones ligadas a la escuela como son el coro, la orquesta juvenil, los grupos instrumentales y la banda de música.

Un pequeño grupo de once músicos y alumnos dirigidos por José Luis Ripoll, profesor de la escuela, organizó el 6 de abril de 2001 su primer ensayo. Repletos de ilusión, y con un repertorio sencillo y adecuado a las posibilidades del grupo, la banda ofreció su primer concierto en la gala de fin de curso 2000-2001.

La banda comenzó a conformarse como una alternativa que ofrecía a los alumnos continuidad en la interpretación y para muchos otros, un espacio de preparación para su incorporación al conservatorio. No fue hasta tres años más tarde, en 2004, cuando el grupo pasó oficialmente a denominarse Banda de Música de la Escuela Municipal de Música y Danza de Valdemoro. Este cambio de nombre trajo consigo la incorporación de la banda en la vida festiva de Valdemoro. A partir de 2004 comenzamos a ver actuaciones de la agrupación en las fiestas patronales, eventos de la programación cultural del Ayuntamiento, en diversos festivales a lo largo del año y demás actos municipales.

En apenas cinco años, el grupo creció sustancialmente, aumentando tanto su plantilla como su número de apariciones frente al público. Gran parte del éxito de su crecimiento estuvo motivado por el respaldo que recibía del Ayuntamiento de Valdemoro, que apoyaba a sus componentes con la concesión de ayudas individualizadas y asumía los honorarios de dirección y los gastos derivados de su actividad.

Una banda creada por los vecinos

La crisis económica de 2008 sacudió la oferta cultural de Valdemoro y también a la banda municipal. En abril de 2009, tras la decisión del Ayuntamiento de romper la vinculación municipal con la banda, sus músicos decidieron fundar la actual Asociación Musical Ciudad de Valdemoro, entidad sin ánimo de lucro cuyo fin principal es promover y promocionar la cultura musical en nuestra ciudad con la banda de música. El mismo año de su fundación se inscribieron en el Registro General de Asociaciones de la Comunidad de Madrid y, en febrero de 2011, pasaron a formar parte de la Federación Regional de Sociedades Musicales de la Comunidad de Madrid.

¿Qué cambios trajo consigo el 2009?

Como asociación comienza otra etapa, la banda debe ser sostenible económicamente y su gestión estable y eficiente. La base está en sus socios, que acordamos establecer una cuota mensual para los emolumentos de la dirección. Además, obtenemos ingresos de contratos parciales con las administraciones o con otras entidades particulares. Invertimos en instrumental, materiales, vestuario, divulgación de actividades, carga descarga y traslado de material, organización de eventos e intercambios con otras bandas (ágapes incluidos), y sobre todo continuamos en vía de desarrollar un convenio de colaboración con el Ayuntamiento de Valdemoro para alcanzar la valoración que nuestra actividad se merece.

¿Cuáles fueron los valores fundacionales?

Nuestro objetivo principal es promover y promocionar la cultura musical, con recursos artísticos, formativos y sociales, bajo el principio de la colectividad. Desarrollamos los sentimientos de unidad y convivencia entre los miembros de la Asociación para que la participación, el disfrute y la implicación imperen en nuestra actividad. Como colectivo, participamos y colaboramos en el desarrollo y perfeccionamiento de la Banda de Música y de la Escuela Municipal de Música; potenciando el desarrollo personal de sus componentes y del conjunto. Ofrecemos a la juventud de Valdemoro una posibilidad de orientar su vida profesional por el camino de la música. Para todos los vecinos, contribuimos al disfrute de la música con conciertos, recitales y pasacalles, entre otros. Para todos aquellos que la música tiene un sentido más amplio, la Asociación tiene como fin último ser un trampolín para la formación, la cultura, la convivencia, la solidaridad.

Arrancaban así los años más gloriosos de la Banda de Música de Valdemoro, que fue creciendo año tras año hasta llegar a estar formada por más de 60 componentes. Su crecimiento tuvo mucho que ver con la buena relación que existía entre la asociación y la escuela de música de Valdemoro. Ripoll, que era uno de sus profesores sirvió como nexo de unión para que muchos jóvenes que terminaban sus estudios musicales continuaran tocando sus instrumentos en nuestro municipio.

La incorporación de nuevos músicos y la pertenencia a la Federación permitió ampliar las fronteras de su interpretación. En esta época aumentó su actividad y llegaron a subirse al escenario en lugares como el Palacio Real de Madrid, el festival de Dosbarrios en Toledo o en varios municipios de Portugal, realizando una gira internacional. También han tocado con artistas de nombre y prestigio como Manolo Escobar y Francisco, y han contribuido en la grabación del disco La voz del agua, junto con David de María. Un disco creado en solidaridad con la hambruna del cuerno de África.

En 2016 se produce un cambio en la dirección. José Luis Ripoll abandonó la agrupación tras quince años de dedicación y pasó el testigo a José Luis Rodríguez Ortuno, profesor de la escuela de música de Parla, director pedagógico de la de Medina de Rioseco (Valladolid) y director de la banda musical de Pinto, la banda sinfónica de Madridejos (Toledo) y la banda de la Federación de la Comunidad de Madrid. Ortuno supo continuar con la buena inercia de la agrupación, ampliando el repertorio y preparando el conjunto para su salida fuera de la localidad.

Comenzar de nuevo

La banda experimentó un crecimiento constante que, desafortunadamente, se vio truncado con la llegada de la pandemia y el confinamiento. El sector de la cultura, y en concreto el de los espectáculos, se vio muy perjudicado por una crisis sanitaria y económica sin precedentes. Como consecuencia de la inestabilidad que golpeó a la banda, Ortuno abandonó la dirección para hacerse cargo de otros proyectos más estables y patentes. La covid-19 también trajo consigo una merma en el número de músicos, pasando de más de sesenta a doce. 

Desde 2021 hasta la actualidad dirige la agrupación Álvaro Sanz Martín, quien empezó sus estudios musicales en Valdemoro y pasó por los conservatorios de Ópera y de Getafe. Estudió violonchelo y saxofón en la Escuela de Música de Valdemoro, participó en la banda municipal y se reincorporó a la banda bajo la dirección de José Luis Ripoll interpretando el bombardino, percusión, saxofón barítono y tuba.

La banda se encuentra en proceso de crecimiento, y se refleja en su afiliación. Actualmente cuenta con una veintena de intérpretes y su presencia en los escenarios ha aumentado. Su agenda de actividades está ligada al calendario escolar lectivo de la localidad, ya que ensayan dos horas al día, todos los viernes, en un aula de la escuela de música de Valdemoro y dependen de la apertura del centro de actividades para el desarrollo de los ensayos.

Entre enero y junio dan tres conciertos, uno previo a Semana Santa, otro el 2 de mayo, y el tercero antes de que finalice el curso escolar en junio. Además, participan en las fiestas del Cristo de la Salud del mes de mayo gracias a su buena relación con la cofradía local. También acuden como invitados a certámenes de bandas fuera de nuestra ciudad. A partir de septiembre su meta está puesta en Santa Cecilia, patrona de la música y en Navidad. No obstante, también participan en las fiestas patronales de Nuestra Señora del Rosario en septiembre y en octubre están presentes en el día de la Hispanidad y de la Virgen del Pilar. Aunque el grueso de su actividad proviene de la Federación Regional de Sociedades Musicales de la Comunidad de Madrid, también mantienen relación con entidades privadas y asociaciones, con las que participan en conciertos benéficos.

¿Cuál es el perfil de músico de la banda?

El perfil del músico de nuestra banda es muy heterogéneo, músicos de edades dispares que van desde los doce hasta los setenta años, de diversa ideología política, aficionados de un equipo de fútbol y del eterno rival. Todos ellos en armoniosa convivencia, compartiendo afición y objetivos que nos hace interactuar entre nosotros mismos.

La banda está compuesta por cuatro clarinetes, cuatro trompetas, tres flautas, cuatro saxofones y dos trombones, dos bombardinos, una tuba y un percusionista. En los conciertos cuentan con entre ocho y doce personas de refuerzo que provienen de otras bandas.

En sus más de catorce años de trayectoria, la banda ha mejorado y ampliado su repertorio. Los géneros musicales son muy ricos, abarcando un amplísimo y variado repertorio tanto clásico (oberturas, zarzuelas, preludios sinfónicos, pasodobles y marchas procesionales) como contemporáneo (bandas sonoras y música para concert band). Buscan un equilibrio entre el peso de la tradición y la modernidad, para ofrecer una programación de conciertos y espectáculos variada, durante todo el año y para todos los públicos.

Creando identidad y cultura local 

Como presidente de la Banda de Música de Valdemoro, ¿qué opinión te merece el panorama musical local?

En Valdemoro residimos innumerables aficionados y profesionales de la música en general. Existen ofertas para actividades culturales, como escuelas de baile, de danza, de dibujo, de pintura, etc. Por otro lado, los conservatorios cercanos están desbordados y las escuelas de música sufren la misma situación. Los músicos aficionados cuentan con un mayor nivel técnico y artístico, lo que implica un grandísimo potencial. Sin embargo, el público está abandonado, no se educan melómanos, no aparece un interés espontáneo porque no se enseña esta manifestación artística al ciudadano. Debemos construir esa costumbre, debemos programarles actividades, adecuarles escenarios y lugares para su desarrollo, arremangarnos y colaborar entre todos para alcanzar ese vínculo con la música. 

¿Qué puede aportar una banda de música a los jóvenes de Valdemoro?

Cuando un joven ingresa en la banda lo hace para aprender, mejorar y, a su vez, mejorar el nivel general de la banda. Ha ocurrido en numerosas bandas que esos jóvenes se convierten en auténticas figuras musicales. Muchos de los músicos que han desarrollado una carrera profesional en nuestro país se iniciaron en la música gracias a las bandas de música y, algunos de ellos, han logrado ser grandes intérpretes, directores o compositores. Las bandas complementan la formación teórica con la práctica. Cada miembro aprende del resto de sus compañeros interactivamente. Asimismo, el individuo tiene una capacidad de aprendizaje para desarrollar habilidades y conocimientos gracias a la interacción con otros miembros del mismo grupo.

¿Qué función social cumple una banda local?

La importancia de una banda local radica en que es una herramienta capaz de transmitir cultura, fomentar y alimentar la vida cultural de nuestra sociedad. Promueve la participación en las actividades culturales que se desarrollan en teatros, fiestas patronales o eventos deportivos. Suele ser la encargada de interpretar himnos y melodías locales. Su presencia hace más accesible la cultura al ciudadano. Es una relación sociológica, comunicativa y pedagógica, ligada a los acontecimientos de la localidad, a sus raíces culturales. Además, tiene un impacto económico directo y derivado en tiendas de música, repercute en la economía local (certámenes y festivales de bandas), crea puestos de trabajos (profesores, directores, e incluso conservatorios).

 

Poco más queda decir sobre la gran influencia positiva que tiene la música sobre nosotros. Nos sirve como escape y distracción de la realidad, la utilizamos en muchos aspectos de nuestra vida porque mueve nuestra parte más emocional. También está estrechamente ligada al entretenimiento y la diversión, lo que potencia el estado de ánimo y crea vínculos con nuestros iguales. Por último, es una gran herramienta de expresión de la creatividad, con ella contamos historias en las que nos vemos representados y construimos un universo común. Y es que renunciar a la música, es renunciar a una parte muy arraigada de la condición humana.

Texto_Sergio García Otero

Fotografía_Ncuadres

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